Inflación impacta de manera “drástica, negativa y hasta cruel”

Oriana Abello.-

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La inflación resta valor al bolí­var cada dí­a.

El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Humberto Garcí­a Lamalde, indicó que la inflación, más allá de verse como “el nuevo impuesto para las clases bajas”, es un problema que impacta de manera «drástica, negativa y hasta cruel» sobre toda la sociedad,

Garcí­a Lamalde aseguró que la principal razón del incremento de la inflación de Venezuela son las polí­ticas desplegadas por el gobierno nacional, las cuales, a su juicio, solo favorecen a un grupo selecto de personas en el poder.

Existen múltiples causas que han conllevado a la aparición de este fenómeno que hoy es uno de los principales responsables de la demolición del aparato productivo interno del paí­s.

“Esto tiene que ver con algo que los economistas llamamos señoreaje”, señaló el presidente de la Academí­a Nacional de Ciencias Económicas, explicando que es la capacidad del gobierno en recaudar más impuestos en la medida que imprime más dinero, y esto a su vez alimenta un déficit fiscal porque ni siquiera ya hay respaldo de ese papel moneda (lo que comúnmente se le denomina inorgánico).

Este déficit (que según Garcí­a oscila entre el 15% y el 20% del Producto Interno Bruto) es considerablemente alto tomando en cuenta que el PIB se ha posicionado entre los 200.000 y 250.000 millones de dólares a partir de la renta petrolera registrada principalmente en los últimos tiempos.

En conjunto con estos dos factores, el economista recordó que hay que sumar el restringido control cambiario que ha limitado especialmente al sector privado.

Explicó que “tenemos una restricción de divisas originadas que están sometidas a racionamiento a una tasa artificialmente baja (dólar preferencial de 10 bolí­vares ahora llamado DIPRO), y otra tasa que está creciendo que es el DICOM (dólar complementario), pero el grueso del sector privado  (para realizar la mayor parte de las importaciones) tiene que acudir al dólar paralelo, el cual supera los 1000 bolí­vares (evidenciando la pérdida del valor adquisitivo de la moneda)”.

Son muchas las consecuencias que la inflación tiene en los bolsillos venezolanos, hoy más empobrecidos que nunca. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que Venezuela cerrarí­a con una inflación del 720%. Sin embargo, el presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas considera que puede ser mucho más.

“En términos técnicos no se considera que estamos en una hiperinflación, pero en la práctica ya estamos inmersos en ella”, apuntó Mario Cervellione, economista especializado en Polí­ticas Públicas.

Cada semana es mayor el aumento de los precios a partir de la merma de producción nacional (conociéndose como desequilibrio de la oferta y demanda), por lo que se genera la actual situación de escasez que fomenta el agravamiento del problema con el denominado “bachaqueo”, que vende los productos regulados hasta 10 veces más caros que su precio original.

“Formalmente no ha salido ningún indicador con cifras oficiales”, corroboró Garcí­a Lamalde tras haberse consultado la página oficial del Banco Central de Venezuela, la cual solo se tiene registro hasta el año 2013 del núcleo inflacionario a distintos í­ndices, en el que se destaca el índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).

El gobierno le ha cerrado la puerta al FMI, al que Cervellione afirmó severamente que “habrá que acudir sí­ o sí­” para poder conseguir captación de inversión y financiación extranjera.

“Desde el 2006 el Fondo no hace seguimiento de la economí­a venezolana”, enunció.

A partir de estas lagunas que los entes oficiales han dejado hasta la actualidad, pero conociéndose ya los resultados de la innegable crisis que afronta el paí­s, Garcí­a Lamalde aseveró que “hay que atacar a la inflación de raí­z”.

Destacó que hay que enfrentar el déficit fiscal (con el freno de las altas cantidades de dinero en circulación que no coinciden con la cantidad de bienes y servicios que se pueden obtener); dejar de imprimir dinero inorgánico; y liberar el control de cambio para repotenciar la capacidad productiva del sector privado. No obstante, repitió que “estamos en una situación terrible que no tiene ninguna salida si no se cambian las polí­ticas económicas de forma drástica.”

En contraste Cervellione simplificó su respuesta considerando dos aristas: incentivar la producción nacional (esto en conjunto con el libre cambio) y evaluar la productividad de lo que se genera en la economí­a (esto es, hacer un mercado eficiente donde exista mayor oferta).

Tras comentar algunas de las acciones que son necesarias a tomar para frenar el fenómeno, ambos economistas confesaron que de no haber en primera instancia un cambio por completo del gabinete actual es imposible que se apliquen los correctivos pertinentes.

* Oriana Abello es estudiante de Comunicación Social.

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