El cineasta señaló que los dilemas de la película están basados en la cotidianidad del venezolano de 2014-2017. Aseguró que el filme fue una experiencia de catarsis.
Daniel Olivo.-
El director de Simón, Diego Vicentini, en un cine foro realizado en la Universidad Monteávila, declaró que para el gobierno era más fácil ignorar el filme para no darle más atención de la que tenía.
“Se especula que por estadística alrededor de 4 mil a 5 mil venezolanos solo veían películas venezolanas, algo que Simón superó”, afirmó el cineasta.
Vicentini señaló que el rodaje no solo conectó con los venezolanos, sino también con los extranjeros.
Dijo que hubo casos en el que peruanos se disculparon por actos de xenofobia hacia los venezolanos, al ver las torturas que viven. También se pudo apreciar mexicanos saliendo de la sala del cine llorando por lo que les produjo la película.
El cineasta explicó que su idea principal se desarrolló con los dilemas que los venezolanos vivían en su cotidianidad en los años de 2014 al 2017.
Señaló que entrevistó a muchos jóvenes sobre su experiencia al salir de Venezuela que estuvieron en la misma situación que Simón: entre luchar o pedir asilo político.
Durante el cine foro, el jefe de filmación del proyecto, Horacio Blanco, afirmó que las referencias de la película fueron a través de sus percepciones cuando estudiaba en Venezuela.
“Yo estudié en la Santa María, fui a las protestas, respiré bomba lacrimógena, me inspiré en mis recuerdos y experiencias. Y se ve reflejado en la película”.
Vicentini acotó que el filme fue una experiencia de catarsis por eso introdujo en la producción muchas interrogantes para que el espectador reflexionará.
“Mis películas favoritas son las que te dejan pensando y quería plasmarlo en Simón”, expresó el director.
El nominado a los Premios Goya recomendó que los estudiantes deben hacer cosas que le importen, porque así no se rinden, no se frenan por los obstáculos y gracias a eso siempre buscarán que quede bien.
El escritor comentó que empezó a escribir el guion del proyecto a partir de 2019 y tardó un año y medio en perfeccionarlo, mientras estaba recolectando el dinero de la producción.
Explicó que el rodaje llevó alrededor de unos meses en plena pandemia, comenzando desde el primero de marzo del 2021 al primero de septiembre de ese mismo año.
También mencionó que las locaciones en Miami fueron elegidas por logística, más que por cercanía del venezolano y las imágenes de Caracas, fueron capturadas por una fotógrafa estadounidense años atrás.
*Daniel Olivo es estudiante de la Universidad Monteávila