Angie Hernández.-
El 30 de octubre del 2016 el presidente Nicolás Maduro propuso instaurar un diálogo con la oposición, liderada por la Mesa de la Unidad Democrática, iniciativa que en un principio tuvo el apoyo del Vaticano, Unasur, y los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España; Martín Torrijos, de Panamá; y Leonel Fernández, de República Dominicana. En su oportunidad los ministros de Relaciones Exteriores de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay firmaron una declaración en que expresaron la esperanza que tenían con respecto al desarrollo del proceso que se iniciaba en Venezuela.
En estos encuentros se debatiría el tema económico para impulsar el desarrollo y crecimiento económico en el país. El presidente acordó que en el Plan de Pacificación Nacional propondría  retomar los esfuerzos para brindar seguridad y paz a los venezolanos.
La oposición venezolana, por su parte, reiteró que su objetivo era lograr la materialización de una salida electoral a la crisis política del país, para lo cual enarbolaron la realización de un referendo revocatorio.
Aseguró que a través de este proceso también se podría lograr que el gobierno adoptara las medidas necesarias para revertir la crisis socioeconómica, la libertad de todos los presos políticos, el respeto a la Asamblea Nacional y la garantía de la separación de poderes públicos.
El tiempo pasó y, hasta ahora, ninguna de las promesas hechas ha logrado trascender más allá de lo que en algún momento se escribió en papel.
La dirigente del partido Vente, María Corina Machado, sostiene que lo escenificado durante el último trimestre del año pasado no podía tildarse como diálogo.
“Fue una operación diseñada por el propio régimen para engañar a los venezolanos, ganar tiempo y desmovilizar a la sociedad en el momento en el cual la energía y la fuerza para la transición estaba muy cerca de lograr su propósito”.
El dirigente del partido Un Nuevo Tiempo, Omar Barboza, reconoce que han sido muy pocos los resultados que ha arrojado el diálogo. Afirma que algunos presos políticos fueron puestos en libertad, pero en contrapartida otras personas han sido detenidas.
Asegura que el gobierno ha usado el dialogo para dilatar decisiones fundamentales y por eso se han creado algunas dudas por parte de la oposición. “Aunque todos estamos de acuerdo con que es la mejor vía para buscar una solución estable definitiva y constitucional, ha sido utilizada por el gobierno como una táctica poco sincera en relación a la solución de los problemas del país”, señala.
Machado opina que “se le ha dado tiempo al régimen, le han permitido bloquear la vía institucional, ha logrado frustrar a muchos venezolanos que han perdido confianza en la diligencia política y ha creado fracturas dentro de las fuerzas democráticas; Â porque hay un sector que insiste en tener conversaciones de espaldas al país y hay otro sector que exigimos que cualquier acuerdo sea de manera abierta y transparente”.
* Angie Hernández es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.
* Rubén Sevilla Brand es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.