Virginia Rivero.-
¡Hola gente! Bienvenidos a PaperFilm. Espero que, dentro de lo que cabe, sus últimas dos semanas hayan sido buenas o por lo menos productivas. La película de la que vengo a hablar hoy trata sobre la lucha de dos jóvenes por romper con los paradigmas de sus sociedades.
Escrita y dirigida por Yasuhiro Yoshiura, Patema Inverted (Patema Invertida) nos cuenta la historia de un mundo dividido en dos, en que una parte de la población vive bajo tierra como topos y la otra vive en la superficie con total normalidad. Como el nombre lo dice, nuestro personaje principal es una chica llamada Patema y su sociedad, además de vivir bajo tierra, está de cabeza.
Nuestra historia comienza cuando, por curiosidad, Patema cae accidentalmente a la superficie y es encontrada por un muchacho llamado Eiji, que la ayuda a llegar a una suerte de depósito cuyo techo a ella le servirá de suelo.
Recién empezando la película nos exponen dos problemas. El primero, Patema no tiene forma de regresar a su hogar sin ayuda, pues por extraño que suene ella cae para arriba. El segundo, y probablemente el más dramático, es que dentro de la sociedad de Eiji las personas invertidas son consideradas pecadores y su existencia es una aberración. Por lo tanto, la relación entre las personas de la superficie y las que están invertidas está estrictamente prohibida por ambas partes.
Como es de imaginarse, el último se convierte en el motor de la historia cuando a Patema la atrapan unos hombres uniformados que van armados hasta los dientes, que supuestamente están allí para proteger a los habitantes de la superficie y la apresan injustamente (cualquier parecido con la realidad es completa coincidencia). Tras esto, Eiji debe ir a la ciudad de Patema a buscar ayuda para crear un plan y poder rescatarla antes que suceda una desgracia.
A nivel de animación, como muchas películas que entran en el género anime, no tiene nada que envidiar a las películas de Disney. La estética es increíble y hace énfasis en todo aquello que para nuestros personajes es importante sin detenerse demasiado en aquello que no lo es. Por lo que es una experiencia indescriptible en que los personajes tienen mucho más en común que lo que se ve a simple vista.
Personalmente disfruté muchísimo la película. Espero que ustedes la disfruten muchísimo también, pues es una experiencia increíble, como casi todas las animaciones japonesas que he visto (y no son pocas). Por ahora, me despido. Pero regresaré en dos semanas. Debemos seguir luchando por nuestros ideales. Si estos dos niños pudieron, ¿por qué nosotros no?
* Virginia Rivero es coordinadora de Radio UMA.