La trilogí­a de la NBA eleva a Durant a estatus de leyenda

Eduardo Vidal Impagnatiello.-

Durant y Curry recuperaron el tí­tulo para Golden State. Foto: nba.com

La trilogí­a de la NBA sonrió para los Golden State Warriors, quienes, comandados por Kevin Durant y Stephen Curry, cobraron venganza ante los Cleveland Cavaliers de LeBron James y reconquistaron el máximo tí­tulo del baloncesto profesional.

Esta fue una final muy vistosa en la que Durant y sus Warriors se pudieron imponer ante LeBron y sus muchachos, deslumbrando con el “nuevo” estilo de juego en la NBA.

Ahora los fanáticos del baloncesto tendrán que aguardar un año para ver si se da el cuarto capí­tulo de este enfrentamiento, que ya se ha convertido en clásico, para confirmar si Lebron será otra vez el rey o si se dará inicio a la era de Durant.

El Oracle Arena de Oakland fue el escenario del quinto y último juego de la serie final de la NBA entre Golden State y Cleveland, choque en el que el equipo de California, con Durant como máxima figura, se quedó con la victoria tras derrotar 129-120 a los Cavaliers,

Con este lauro los Warriors se unen al club de equipos que han conseguido cinco o más tí­tulos de la NBA, dos de los cuales los ha alcanzado en los últimos tres años.

Kevin Durant recibió la distinción del MVP de la final, donde demostró un nivel extraordinario que por momentos parecí­a indetenible. El hielo corre por las venas de este jugador. KD estuvo esperando este momento para  demostrar la calidad de jugador que es. Los Cavs no sabí­an qué hacer para detenerlo. Terminó promediando 34,2 puntos, 5,4 asistencias, 8 rebotes,  un porcentaje de 55,6% de tiros de campo, y embocó 38 de 41 tiros libres.

La estrella de los Warriors se unió al mí­tico Michael Jordan como el segundo jugador en ser nombrado MVP de una final y promediar más de 35 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias.

Otra clave del triunfo fue la banca de Golden State, que le permitió mantener la ventaja en los momentos donde sus estrellas descansabas. Mérito para el coach Steve Kerr, quien supo administrar de manera equitativa los minutos de cada jugador. Andre Iguodala, Shaun Livingstone, JaVale McGee, Ian Clark, a pesar de no ser titulares, aportaron puntos importantes saltando como recambios.

La final estuvo marcada por el enfrentamiento entre James y Durant. Foto: nba.com

Cleveland buscaba un bicampeonato, luego de la hazaña lograda el año pasado. A pesar que ya estaban más consolidados como equipos y se reforzaron en zonas importantes para mejorar su juego, el equipo dirigido por Tyronn Lue era “LeBron dependiente”. Si el Rey no estaba en la duela los Cavaliers se desmoronaban

El otro jugador destacado de los subcampeones fue Kyrie Irving, quien aportó mucho al juego de los Cavs pero no llegó a ser el jugador determinante del año pasado. Su selección de tiro en determinadas ocasiones no fue la ideal.

James sigue demostrando que es uno de los mejores jugadores, sino el mejor, de la NBA, a pesar de que esta vez el equipo no lo acompañó. En todo momento el Rey demostró su calidad en la cancha: se convirtió el primero en promediar un triple doble en una final, con 33,6 puntos, 10 asistencias y 12 rebotes, y pasó a su majestad Michael Jordan como el máximo anotador en la historia de los playoffs de la liga

A pesar de todo el espectáculo de James, Kevin Love, Kyle Korver, JR Smith, Tristan Thompson, Iman Shumpert y Richard Jefferson no estuvieron a la altura de la cita y de LeBron, quien solo tuvo respaldo, y únicamente en determinados momentos, de Irving.

Esta dependencia hacia Rey hací­a que cada vez que iba a la banca para descansar el equipo no podí­a mantener la ventaja. Otro punto fue la debacle constante en los terceros cuartos, donde Cleveland tení­a su peor desempeño en cuanto a números.

Golden State, en cambio, ha revolucionado el estilo de juego de la NBA. El equipo de Kerr se veí­a indetenible en la duela, siempre dando muestras de versatilidad, transiciones rápidas, mucha movilidad, rotaciones y tiros desde la lí­nea de tres.

Con tan solo cuatro hombres por debajo de los 2 metros, la mayorí­a de los jugadores de los Warriors podí­an sorprender con un lanzamiento de larga distancia, lo cual dificultaba detenerlos bajo algún esquema defensivo.

Con un promedio de 38,36% desde la lí­nea de tres y un porcentaje de 47,66% de tiros de campo, Golden State fue muy efectivo en cada uno de los juegos.

* Eduardo Vidal Impagnatiello es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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