Virginia Rivero.-
¡Hola gente! Espero hayan tenido dos semanas productivas en medio de los duros días que vivimos en nuestro país.
Hoy quiero hablar sobre una película producida, escrita y dirigida por Theodore Melfi. St. Vincent (San Vicente, en español) cuenta la historia de un jubilado alcoholizado, Vincent, que debe encargarse del hijo de su nueva vecina. La mayor parte de la historia es contada desde la perspectiva de Oliver, quien a pesar de ser judío debe ir a una escuela católica debido al proceso de divorcio de sus padres y es víctima de bullying.
Lo primero que aprendemos de Oliver es que se trata de un niño muy pacífico, maduro y quizá también un poco introvertido. No habla mucho, ni se defiende de otros niños. Cuando conoce a Vincent comienza a verse involucrado en situaciones que no son sanas para el desarrollo de un niño de su edad. Sin embargo, decide no hablar con su madre de lo que sucede porque aún con sus métodos poco ortodoxos Vincent le está enseñando cosas muy útiles.
Por otro lado tenemos a Vincent, a quien desde el principio vemos como un hombre alcohólico y ludópata, extremadamente endeudado, relacionado con personas de dudosa moral y muy infeliz. Este señor termina por decidirse a cuidar a Oliver porque el niño necesita quedarse en su casa una tarde y Vincent ve en él una oportunidad de hacer dinero.
Ambos personajes se van llevando cada vez mejor. Vincent le enseña a Oliver a alzar su voz para ser escuchado, a ser valiente y a tomar riesgos. Pero, debido al divorcio de sus padres, la realidad de lo que Vincent ha estado haciendo sale a la luz y como es de esperarse, su padre usa esto en contra de su madre durante el juicio de custodia. De más está decir que a Oliver lo castigan y lo separan de Vincent.
Durante la película, en algún punto, a Oliver le piden hacer un proyecto que se presentará en el auditorio de su escuela llamado “Santos de Todos los Días”. En dicho proyecto debe observar a gente de su entorno e identificar a alguna persona que cumpla con las cualidades para ser santo. Para este trabajo Oliver escoge a Vincent.
No voy a explicar las razones de Oliver para tomar esta decisión, porque creo que todos debemos ver esta película. Sin embargo, voy a tomarme la libertad de decir lo siguiente: Venezuela, vive una situación complicada, adversa. Una situación en que todos tenemos responsabilidades que cumplir para hacer de este un país mejor.
Debemos esforzarnos por ser santos de todos los días. Y tanto de un lado, como del otro, es hora de luchar por aquellos valores y derechos que consideremos que perdimos y debemos recuperar. Los santos están en todos lados, en las esquinas de los sitios menos esperados. Hoy, ¿tú que estás haciendo para convertirte en el santo que necesita tu nación? Hay formas diferentes de defender nuestro punto de vista. Vamos a ponerlos en práctica.
* Virginia Rivero es coordinadora de Radio UMA.