Francelis Carupe.-
En agosto del 2016 Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), dio a conocer que las elecciones de gobernadores y alcaldes estaban previstas para realizarse en el primer o segundo semestre del 2017.
Dos meses después el presidente de la República anunció, a través su programa En contacto con Maduro N° 69, que la prioridad en el país no son las elecciones sino la economía del país.
En ese mismo mes el CNE detuvo el proceso para llevar a cabo el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro al acatar la decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que ordenó posponer la recolección del 20% de las firmas como consecuencia de supuestas irregularidades en el 1% de los electores.
Frente a este panorama Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), dijo que en los últimos años ha quedado claro que en Venezuela no hay separación de poderes. “Lo que el presidente y su entorno dicen tiene una influencia total en las decisiones que se tomen en los poderes públicos”, afirmó.
Alarcón señaló que en democracia los comicios electorales son un mecanismo de resolución de conflictos. “Si no hay elecciones regionales la crisis política se agrava. Básicamente es la válvula de escape para reducir la presión social y política”, argumentó.
Sobella Mejía, abogado y ex rectora del CNE, comentó que el Poder Electoral no está para satisfacer los requerimientos del oficialismo o de la oposición, “sino para atender al pueblo”. Lamentó que dicho organismo haya quebrantado los derechos políticos de los venezolanos. “Se ha puesto de espalda al país”, acotó.
Otra de las razones por la que el CNE afirma que no se han realizado las elecciones correspondientes, ha sido por la crisis económica que atraviesa el país. Eugenio Martínez, periodista y experto en temas electorales, argumentó que “en líneas generales lo que cuesta hacer unas elecciones en Venezuela es menos del 0,5%Â del presupuesto que se destinó para el país en el 2017”.
Martínez destacó que la única manera de corregir el colapso que vive Venezuela es un cambio del modelo político. Advirtió que las elecciones de alcalde, gobernador y presidente no se van a lograr “sin presión nacional o internacional”.
“El problema no es que si 23 gobernadores van a poder mejorar la crisis política y económica que vive el país, el problema es que si la gente deja pasar las elecciones de gobernadores y alcaldes, el año que viene vendrán con las mismas razones para no realizar elecciones presidenciales”, apuntó.
Explicó que cualquier proceso de elección general que incluya la elección de presidente pasa por acuerdos entre el oficialismo y la oposición. “Si no está pactado en una mesa de diálogo, eso no va a ocurrir”. Dijo que los tiempos para que se lleve a cabo una enmienda, y así reducir el período presidencial depende de la voluntad política que tenga en CNE para empezar los trámites.
Recordó que la enmienda que se realizó en el 2009, la cual permitió la reelección indefinida, se llevó a cabo en un periodo de tres meses.
Mejía resaltó que otro de los argumentos del CNE para no realizar elecciones es porque se debe hacer la renovación de los partidos políticos, que dura 90 días. A su juicio esta no es razón suficiente para paralizar comicios, porque, según añadió, “ambas actividades se pueden realizar en paralelo”.
Alarcón aseveró que los tiempos del referéndum ya pasaron y enfatizó que hoy en día no tiene ningún sentido. “Tendría lógica si se pueden cambiar las reglas constitucionales, pero evidentemente si el gobierno hizo todo para que no se produjera un referéndum revocatorio, no podemos pensar que ahora van a aceptar una elección adelantada, la cual perdería”, aseveró.
Para Mejía la situación que atraviesa Venezuela refleja un problema de gobernabilidad. “Tiene que resolverse consultándole a los ciudadanos. Es el pueblo quien tiene que dirigir hacia dónde vamos”, anotó.
El director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB agregó que no se han realizado elecciones porque el gobierno tiene claro “que las va a perder, entonces la idea básicamente es tratar de evitarla todo el tiempo que sea posible”.
Martínez alertó que si no hay elecciones en el 2017 probablemente en el 2018 ya el debate no será cuándo serán las elecciones presidenciales, sino sobre un modelo político completamente diferente.
Alarcón advirtió que si no se realizan ningún tipo de comicios puede haber mayor conflictividad. No descartó que el gobierno, a través del ejercicio de la fuerza y los enjuiciamientos de líderes políticos de la oposición, “logre estabilizarse en el poder y volverse más autoritario”.
Afirmó que el diálogo podría permitir que el gobierno y la oposición logren un acuerdo. “Los resultados de una negociación dependen de lo que está pasando dentro y fuera de la mesa. Si fuera de ella no está pasando nada, tienes pocas probabilidades de obtener lo que quieres”, concluyó.
* Francelis Carupe es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.