A. Hernández/ M. D’Innocenzo/ O. Vargas.-
Métodos como el delivery, el pick up, el cambio de ramo comercial y la reducción de personal fueron empleados por los comerciantes en el írea Metropolitana de Caracas, en un intento por mantenerse a flote en medio de la pandemia.
Según la cuenta @cheesy4food, que se conoce por seguir la movida culinaria, más de 80 restaurantes de Caracas se reinventaron utilizando servicios como el delivery y el pick up. Además, alrededor de 50 mil usuarios descargaron las aplicaciones gratuitas para pedir comida a domicilio, según se informó en la mencionada cuenta.
Aplicaciones como Yummy, UbiiGo, Livery, Traetelo impulsaron la actividad comercial de Altamira, ya que les permiten a los usuarios realizar sus pedidos a diferentes prestadores de servicios gastronómicos sin necesidad de mantener contacto con las personas.
“Al principio fue bastante complicado porque no sabíamos cómo actuar con toda esta situación, pero pusimos en marcha nuevas estrategias que ya veníamos viendo y la verdad es que ha sido todo un éxito”, afirma el gerente de uno de los locales comerciales de la zona.
“En vista de la gran cantidad de comercios prestando este servicio la competencia aumenta y factores como la responsabilidad ante las medidas de seguridad, la calidad, la empatía y la amabilidad, conducen a ser la mejor opción”, enfatizó el gerente.
En este mismo sentido, Antonio Losada, dueño de una pizzería, afirmó que estas modalidades permiten prestar un “servicio fácil para llevar el producto sin que el cliente se mueva y sin exponerse al virus”.
Cifras en rojo
Sin embargo, no todos los comerciantes refieren esta misma realidad. En el caso de panaderías, pastelerías del centro de Caracas dueños y responsables sostienen que viven un momento de crisis.
A ocho meses del confinamiento tratan de mantener sus puertas abiertas, a pesar de que solo venden 30% de la mercancía. Han hecho reducción de personal y producen solo lo necesario.
Grecia Troconis, vendedora de la panadería Churiongo, afirma que antes de la pandemia se producía diariamente de nueve a 10 sacos de harina, ahora solo uno. “Los sábados son los días más movidos pero aún así no llegamos ni a los cuatro sacos”, aseveró.
Otra estrategia promovida por los comerciantes fue el uso de las redes sociales. A través de las cuales captan a los clientes, a los que luego los atienden directamente en los locales, bajo estrictas medidas de seguridad.
Tal fue el caso de Ender Varillas, dueño de una tienda de repuestos del pueblo de Baruta. “Ahora consigo clientes por las redes y luego los envío a la tienda”, aseguró.
Los comerciantes también realizaron ajustes en sus inventarios con respecto a los productos que ofrecen, en vista de que el cliente dispone de un presupuesto más reducido y las restricciones oficiales limitan la actividad comercial.
Para evitar que las autoridades cierren los negocios, se convierten en pequeños bodegones o kioscos que ofrecen alimentos o productos importados para mantener la actividad. Este comportamiento se evidenció en distintos negocios de la capital, desde pequeños locales hasta grandes cadenas.
*Agatha Hernández, María D’Innocenzo/ y Oriana Vargas son estudiantes de la Universidad Monteávila
Fotografía Cortesía