E-Learnig: Cercaní­a a distancia

Nabor Ruiz Martí­nez.-

Y bueno, el e-Learning abrió la puerta y se sentó en el primer pupitre. No pidió permiso ni lo necesitaba, estuvo mucho tiempo parado junto a la puerta, pero hubo maestros que no le pusieron atención, hasta que el covid-19 lo invitó a pasar.

Algunos docentes lo conocí­an, habí­an leí­do sobre él, tení­an ciertas nociones de qué es, de cómo funciona y de qué se trata, pero no le pasaba por sus mentes que tendrí­an que emplearlo, muchas veces, apresurada y obligatoriamente.

También habí­a una minorí­a que sí­ lo utilizaba, lo conocí­a, y lo trataba como un compañero más. Y ahora, para bien de la profesión docente, para los alumnos y participantes, el e-Learning se transformó, de un dí­a para otro, en la tabla de salvación del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Ya muchas instituciones privados y públicas han tenido que presionar a algunos docentes reticentes a emplear herramientas en la web. Otros simplemente, asumieron el reto fascinados y entusiasmados, al final, lo importante es cumplir la planificación y programación educativa, unos y otros, tendrán que implementar actividades y evaluaciones empleando las diferentes herramientas y plataformas que la web ofrece.No hay excusas.

Los alumnos y participantes esperan que los docentes cumplan. Que ellos diseñen, organicen, planifiquen e implementen los procedimientos y actividades. No queda otra. Nadie, ningún otro profesional puede, ni debe hacerlo, por lo tanto, el reto para un docente del siglo XXI es acompañar a su alumno o participante, desde la cercaní­a que la distancia de un cable o una onda electromagnética le permita.

*Nabor Ruiz Tovar es profesor de la Universidad Monteávila

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma