Carlos Balladares Castillo.-
Es una frase dura, lo sé, pero debemos llamar las cosas por su nombre. No podemos hacer silencio ante el mal, ante las amenazas de destrucción de lo bueno que nos queda en Venezuela. Es deber de toda persona honesta defender la vida y la dignidad de toda persona humana y animar a los demás a luchar por ello. El fraude constituyente es de una gravedad tal que debemos usar todas nuestras fuerzas para luchar contra él, siendo este breve artículo una pequeña colaboración en este sentido. Colaboración enmarcada en el ámbito que trabajo, el de la Academia. Es verdad que las palabras no bastan y que debemos actuar, pero el demócrata se caracteriza por una acción pensada: es el discurso por encima del voluntarismo irracionalista e irresponsable a lo Eudomar Santos: “como vaya viniendo vamos viendo”.
¿Por qué la muerte? Porque se enmarca dentro del proceso de  desgobierno y destrucción de la economía y el tejido social que ha  llevado a cabo el régimen a lo largo de estos 18 años, el cual ha  generado que más del 80% de la población sufran alguna forma de hambre (e incluso desnutrición), padezca la escasez (que ha promovido un  mercado negro destructor de los ingresos de la familia) y un rápido deterioro de su nivel de vida al ser el país que posee el mayor índice de inflación (superará el 1000% este año) y de homicidios del mundo (78 diarias).
En palabras de la Conferencia Episcopal Venezolana: la constituyente «será impuesta por la fuerza y sus resultados serán la constitucionalización de una dictadura militar, socialistamarxista y comunista, la permanencia ilimitada del actual gobierno en el poder, la anulación de los poderes públicos constituidos, particularmente de la actual Asamblea Nacional, representante de la soberanía popular, el aumento de la persecución y exilio de los opositores al sistema político dominante y la ampliación de las facilidades para la corrupción de los gobernantes y sus adláteres» (Saludo de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana al Santo Padre Francisco con motivo de la audiencia concedida el día 08 de Junio de 2017).
Lo primero que ya ha hecho el fraude constituyente (que es la razón fundamental de su condición fraudulenta) es eliminar la soberanía popular, lo cual evidentemente será establecido en la nueva Constitución que redacten. ¿Por qué la ha eliminado? Porque no consultó al soberano (nosotros, los más de 19 millones de electores) preguntándonos si deseábamos o no una constituyente, debido a que es el pueblo el que la convoca y no el Presidente (artículo 347 y la tradición establecida en la anterior constituyente de 1999 y que fue repetida hasta la saciedad por Chávez y los libros de texto escolar del actual gobierno); y el otro aspecto es que al establecer las circunscripciones por municipio hace que unos venezolanos posean mayor número de votos que otros, por ejemplo: los municipios de menor población, y nos hizo retroceder a tiempos medievales al restituir el voto sectorizado que nadie sabe de dónde sacarán dicho registro. La principal conquista democrática de nuestra historia morirá con este fraude, y se impondrán el voto corporativo al mejor estilo fascista y el asambleísmo que no representa a las mayorías.
Una segunda razón es que ya han anunciado lo que harán: eliminar los poderes constituidos que son autónomos del dictador: la Asamblea Nacional y la fiscal general, de modo que violan la Constitución vigente (¡por enésima vez!) y la voluntad de los 14 millones de venezolanos que eligieron el poder legislativo en el 2015. Ante la insistencia de crear un Estado comunal muy probablemente destruiría las gobernaciones y las alcaldías para quitarle los otros espacios de poder que posee la oposición, y eliminará las elecciones regionales y locales que están vencidas o por vencerse.
Un tercer argumento es lo denunciado por el abogado Carlos Romero Mendoza en su artículo La constituyente para criminalizar la disidencia política de los venezolanos (publicado en Politika UCAB el 9 de junio de 2017), donde recopila los planes del chavomadurismo a partir de las declaraciones de sus voceros y candidatos. En dichos planes se identifican claramente el propósito de hacer las leyes lo más discrecional posible, de modo que los represores (estatales o paraestatales) tengan plena libertad para hacer “atrocidades” (ministro de Defensa Padrino López dixit), tales como las han venido haciendo, siendo un terrible ejemplo: no solo los más de 70 asesinados en las protestas sino también el allanamiento sin orden judicial – con tanquetas destruyendo los portones – que hicieron la tarde-noche del martes 13 de junio en los edificios conocidos como Los Verdes de la urbanización caraqueña de El Paraíso, donde policías y colectivos destruyeron las áreas comunes, los ascensores, los autos y entraron a la fuerza a algunos apartamentos llevándose secuestrados a varias decenas de jóvenes e incluso disparando a las mascotas.
En una próxima entrega explicaremos otras amenazas que representan el fraude constituyente, para después finalizar con un tercer artículo donde consultaremos a la historia para conseguir ejemplos adecuados a nuestra lucha de resistencia contra el autoritarismo, de cara a la transición democrática que ya se ha iniciado en Venezuela. Transición que esperamos se acelere, rogando a Dios porque la sensatez prevalezca logrando el respecto de la vida y dignidad de cada venezolano.
* Carlos Balladares Castillo es profesor de la Universidad Monteávila.
* Rubén Sevilla Brand es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.