Javier Rodríguez Arjona.-
El Papa centra su mensaje para la Cuaresma de este año 2017 en la parábola del pobre Lázaro y el rico. En ella Jesucristo describe la actitud de un personaje que daba fiestas cada día en su casa, a cuya puerta estaba echado el pobre Lázaro. Ante Lázaro el rico se mostró tan indiferente que ni siquiera se fijó jamás en él.
Mientras que para el rico es como si Lázaro no existiera, para nosotros, que somos cristianos, el necesitado posiblemente es alguien conocido y casi familiar. Tiene rostro y, como tal es un don, un tesoro de valor enorme, y debe ser respetado y amado, pues es recordado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano.
Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las persona consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida.
*Javier Rodríguez Arjona es capellán de la Universidad Monteávila.