Christian Hauer.-
Con el constante estrés y el flujo de problemas que vienen acompañados por una situación país como la actual, que sin importar la ideología que se posea nos afecta de alguna forma significativa como individuos, es normal tener una de tres reacciones: aceptarla, enfrentarla o escapar.
Cuando se llega a un punto en el que no se logra ver una salida al alcance y sumergirte en algún medio, o mejor dicho algún mundo te trae algo de felicidad que de otra forma no hubieses obtenido, ese escape o escapismo se ve como una tentativa elección. Es un tema muy interesante y que tiene múltiples enfoques causas y consecuencias, que proponen diferentes formas en las cuales esto puede ser positivo o negativo, por ende llevándonos a reflexionar sobre esto en un nivel más personal. Este es uno de los temas que la película Inception, conocida en Latinoamérica como El Origen, decide tratar, y uno que de la manera en la que es presentado dejará al espectador pensando.
Inception es una película del 2010 dirigida por Christopher Nolan, en la cual se narra la historia de Cobb (Leonardo DiCaprio), un ladrón de secretos cuyos métodos se basan sobre adentrarse en los sueños de las personas, en una misión para sembrar una idea en la mente de un importante CEO.
La historia de la película es ciertamente interesante y crea un debate intrigante en cuanto al escapismo, viéndolo desde un punto medio y no pintándolo como algo malo o bueno, sino permitiendo a la audiencia decidir por ellos mismos.
Cuando se habla de la cinematografía de Nolan usualmente se trata de películas de alto presupuesto pero de alta calidad también y esta no es una excepción. Desde impresionantes escenas de acción y efectos especiales, hasta momentos dramáticos, todo tiene un tono misterioso, como el de un sueño, y esto es algo que funciona a su favor.
Leonardo DiCaprio, como ha llegado a ser costumbre, da una brillante actuación, acompañado por un muy buen reparto conformado por actores como Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Tom Hardy y Ken Watanabe, quienes permiten a la película centrarse más en el drama que en la acción, sin hacer que estas dos se sientan distantes.
En cuanto a la música, esta fue producida por Hans Zimmer y presenta un escenario con esas mismas cualidades de sueño que se mencionaron antes. La canción que mas encapsula el tono de la película es Dream is Collapsing
En general es una experiencia interesante y entretenida, que quizá no sea tan aceptada por aquellos que tan solo desean acción sin parar y no tener que pensar para poder entender, pero que definitivamente es una sobresaliente cinta en la que si el espectador elige sumergirse en su mundo, y en especial si decide volver a visitarlo, no debería de decepcionarse.
* Christian Hauer es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.