Eduardo Vidal Impagnatiello.-
En Texas se vio lo que se pudiera considerar como el mejor Super Bowl en la historia de la NFL. Todo comenzó hace unas semanas atrás, cuando los Patriots y los Falcons se coronaron como campeones de sus respectivas conferencias, lo que dejaría la mesa servida para un atractivo duelo entre la veteranía y la juventud.
El equipo de Atlanta estuvo comandado por Matt Ryan, de 31 años de edad, quien llegó a la primera gran final de su carrera, con una temporada magnifica que lo llevaría a ser nombrado el MVP de la liga, acompañado por Julio Jones, uno de los mejores receptores de la liga, con una defensiva rápida y sagaz, plagada de novatos. En la otra acera se situaba la experiencia de New England Patriots, esa dinastía ganadora comandada por la brillante dupla de su coach Bill Belichick y su quarterback Tom Brady, que a pesar de ser suspendido en los primeros cuatro juegos de la temporada, por la polémica de los balones desinflados, pudo llevar a los Pats a su séptimo Super Bowl, acompañado por su receptor Julian Edelman.
Este duelo prometía para ser un partido aguerrido y reñido. Todos daban favoritos a los Patriots debido a su experiencia en el Super Bowl; todo estaba en contra de los Falcons, que buscarían dar la sorpresa. Una curiosa estadística mostraba que la última vez que el MVP de la temporada ganó un Super Bowl fue en 1999, cuando el hoy miembro al Salón de la Fama Kurt Warner lo consiguiera con los Saint Louis Rams.
Todo comenzó con una tarde calidad a 25° grados en el NGR Stadium, temperatura ideal para jugar al futbol americano. Una emotiva ceremonia de apertura, en la que el ex presidente George H. W. Bush fue el encargado de realizar el sorteo ganado por los Falcons, que decidieron empezar pateando.
En el primer cuarto la defensiva de los Atlanta se robaría el espectáculo, anulando completamente a Tom Brady, capturándolo en dos oportunidades con una cobertura en zona, lo que generó en el legendario quarterback incertidumbre a la hora de completar sus pases. Los Falcons, en su única oportunidad de hacer daño, fueron detenidos por la defensiva de los Patriots, que capturó a Matt Ryan para frenar el avance. El período concluyó sin muchas jugadas ofensivas, salvo algunos escasos acarreos de DeVonta Freeman.
El segundo cuarto también tuvo a la defensiva de los Falcons como protagonista. Un acarreo de LeGarrette Blount terminaría en un balón suelto generado por el linebacker Deion Jones, lo cual sería otra serie ofensiva anulada por la defensa de Atlanta. Ahí se iniciará el show de Julio Jones y DeVonta Freeman, con quienes Matt Ryan se combinó para darle los primeros 7 puntos a los Falcons, generado por un acarreo de 5 yardas. De nuevo la defensiva de Atlanta detendría el intento de Brady para contrarrestar el daño ya sufrido.
No se notaba que estaban jugando cuatro novatos en la defensiva de los Falcons. Dan Quinn utilizaría una triple marca para así anular a Julian Edelman, el mejor receptor que tiene Brady en sus filas. Matt Ryan haría de nuevo una serie ofensiva duradera, con muchas jugadas de finta y pase que desconcertaban a la defensa de los Pats, que desencadenaría en un pase de touchdown que Ryan le lanzó a Austin Hooper: el jovencito de tan solo 22 años le permitiría a los Falcons aumentaría la ventaja a 14-0. Pero esto no se quedaría aquí: la desconcentración de Brady combinado al buen trabajo de la defensiva de Atlanta generaría otra perdida, la segunda para los New England, esta vez una intercepción convertida en touchdown para Atlanta a manos de Robert Alfrod, lo que los puso 21-0 en el marcador y con poco tiempo para culminar este segundo cuarto. Pero Brady armó una serie ofensiva rápida, utilizando pases cortos y armando ofensivas sin reunión. Solo se conformarían con un gol de campo para irse al medio tiempo perdiendo 21-3.
El descanso del Superbowl LI, con actuación de Lady Gaga, fue el medio tiempo más caro en la historia de la NFL: 10 millones de dólares se gastaron en ese show.
El tercer cuarto empezaría con los Falcons atacando, con la defensiva de los Patriots haciendo algunos ajustes que le permitieron frenar el ataque de Atlanta. New England seguiría con su desconcierto y errores, cometiendo castigos y soltando pases de rutina. Matt Ryan sabía que a pesar de la ventaja no podían aflojar y armó una serie ofensiva que culminaría en un pase de anotación para Tevin Coleman, lo que aumentaría el marcador a un parcial de 28-3.
En ese momento el público presente empezaba a corear la palabra “MVP”, refiriéndose al quarterback de Atlanta. Pero aquí cambiaria todo: la desesperación de los Pats estaba llegando al extremo de utilizar “jugadas de laboratorio” o cualquier medio para poder sumar una anotación. El movimiento crucial del partido, que es lo que terminó de despertar a la bestia de Brady, fue una conversión en cuarta oportunidad. Si Atlanta hubiese anulaba este ataque habría terminado de definir el juego, pero el mariscal de New England  sacó su magia y completó una jugada con Danny Amendola, manteniendo la ofensiva viva, lo que desencadenaría su primer touchdown, tras un magnifico pase de Brady a James White. El marcador se acortó a 28-9, y, a pesar de fallar la patada de conversión, esa anotación tendría un punto de inflexión bastante fuerte ya que el juego defensivo de los Patriots empezaría a demostrar el nivel que mantuvieron en toda la temporada, capturando y deteniendo una y otra vez a Matt Ryan y sus muchachos, permitiendo que Brady empezara a desplegar su juego.
Aquí empezó la historia de una de las remontadas más épicas en el deporte. Tras estar 19 puntos abajo Brady sabía que era la hora de los hombres, donde no se podía permitir ningún error. Fue tomando confianza poco a poco, con ofensivas rápidas y pases largos, y comenzó a notar el agotamiento de la defensa de Atlanta, cosa que fue aprovechada por el quarterback de New England. Dos capturas permitirían que los Patriots se conformaran con un gol de campo, dejando el marcador 28-12 con 8 minutos por jugar.
Casi un milagro tenía que ocurrir para que los Pats le dieran vuelta y lo ganaran. Y así fue: la defensiva de New England hizo la jugada grande. Dont’a Hightower generaría un balón suelto y con esto los Patriots tendrían el ovoide de nuevo. Bady necesitaba hacer 16 puntos en 8 minutos, con tres tiempos fuera y la pausa de los dos minutos. Eso para el legendario mariscal es una eternidad. Julian Edelman, que tuvo una primera mitad para el olvido, le daría 6 puntos a los Patriots tras un pase de Brady, esto complementado con la conversión de dos puntos tras un acarreo de James White.
Los aficionados de los Patriots se ilusionaban, pero Matt Ryan no se rendiría e intentaría sumar lo que fuera para alargar la ventaja. Pero los castigos en contra y la defensiva de New England detendrían uno de los últimos intentos de los Falcons. Esta era la última oportunidad de Brady para empatar, tras una milagrosa atrapada de Julia Edelman, quien hizo malabares con el balón y, antes de que tocara el piso, lo pudo atrapar. Este fue el envión anímico que permitió a los Pats empatar el juego. Tras un touchdown de James White y una conversión de Danny Amendola se haría historia al ser el primer Super Bowl que se va a tiempo extra.
Los Patriots ganarían el sorteo para empezar atacando en la prórroga. Si New England anotaba un touchdown en la primera serie ofensiva el juego se acababa. Y sí, Brady lo hizo de nuevo. Armó una serie ofensiva y tras un acarreo de James White los Patriots ganarían el mejor Super Bowl de todos los tiempos.
Brady y Belichick ganaron su quinto anillo de Super Bowl. Si alguien no creía que Brady es el mejor quarterback de la historia de la NFL, este juego aclaró todas esas dudas. Encabezó la remontada más épica en este deporte, tras estar abajo por 21 puntos. Brady hizo lo que mejor sabe hacer: magia. Magia que le permitiría llevarse su quinto trofeo Vince Lombardi y su segundo premio de MVP.
* Eduardo Vidal Impagnatiello es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.