Clara Ramírez.-
Es verdad, puede resultarnos más fácil leer que escribir. Y nos preguntamos: ¿Cuándo leemos? Bueno, las motivaciones pueden ser infinitamente diversas, incluso a veces podemos desear disponer de más tiempo para “Leer por placer”, ya que usualmente en nuestra cotidianidad las lecturas están relacionadas con nuestras tareas, especialmente cuando nos dedicamos a la docencia y nuestra actividad de planificación nos invita a investigar sobre noticias, teorías, innovaciones y todo aquello que pueda estar relacionado con la materia que dictamos. Así que cuando visitamos librerías o vemos programas sobre reseñas de literatura, nuestros ojos pueden ilusionarse con alcanzar la dicha de poder leer “ese” libro que está ahí…. Pero no lo tomamos o compramos, porque sabemos que no tendremos el tiempo para dedicarle.
Visto lo anterior, se me ocurre que podríamos incorporar en nuestra agenda diaria la tarea de “leer” con una dedicación de 20 o 30 minutos, o incluso podríamos contar cuánto tiempo me toma la lectura de 15 páginas de un libro que me gusta, y darnos ese regalo diario. ¿Qué les parece? Pues, les cuento que yo lo empezaré a hacer en estas vacaciones decembrinas, ¡ya hasta me compré el libro! Se llama: El valor de elegir, cuyo autor es Fernando Savater. ¡En enero les contaré cómo me fue y qué tal esa lectura!
En el artículo anterior, ofrecí contarles sobre lo último que había leído. Pues bien, en la materia Escritura Creativa, suelo proponer a mis alumnos algún libro para luego comentar y analizar en clases, considerando además establecer las relaciones con los aspectos formales de la materia. Para motivar la participación de los jóvenes, les pido postular al menos 3 o 4 libros que ellos quisieran leer, de esta forma no los someto a mis deseos específicos.
Así una vez realizado el proceso de votos y con un “resultado irreversible”, el libro seleccionado fue “El Gran Gatsby” de Fitzgerald, Francis Scott Key. Se trata de una novela estadounidense escrita en el año 1925, que relata la vida de un hombre con una gran fortuna, cuyo origen se desconoce. El protagonista se encuentra siempre rodeado de mucha gente y es famoso por hacer fiestas llenas de lujos, ocultando levemente su intención de reencontrarse con un viejo amor, que ahora está comprometida en matrimonio. A lo largo de la trama, se aprecia el interés y la falsedad de algunos personajes, pero al mismo tiempo el valor de la amistad en otros. Es una novela que requiere una lectura detenida, sus tiempos son lentos y contiene abundante descripción. Su final no es feliz, pero no se los contaré. Si les puedo decir que mis estudiantes en general disfrutaron la lectura y hasta hicieron sus propuestas de un final distinto.
Luego de esta experiencia, como profesora me quedo con la satisfacción de haber logrado que leyeran algo distinto a los textos académicos y que se hayan involucrado con la historia. Ahora tienen nuevos retos por delante: escribir.
¡En enero les contaré que tal mi cronograma de lectura para atender a Savater! Hasta entonces.
*Clara Ramírez es profesora de la Universidad Monteávila