Ante la dificultad del suministro se recurre al uso de cisternas.
E. Vivas/V. Vera
La Universidad Monteávila no escapa a los problemas del servicio del agua que afectan a la gran Caracas. Desde el regreso a clases presenciales se ha visto en la obligación de financiar alrededor de 10 a 15 cisternas de agua para aliviar la escasez en momentos de sequías importantes, como el actual.
Según explicaron sus autoridades, hay un déficit de aproximadamente 30 cisternas para abastecer completamente las tres sedes de la institución académica: Sede principal, Campus Oeste y Edificio Biblioteca, por lo que se ha tenido que recurrir al racionamiento del servicio.
El nuevo Campus Oeste, en el que se concentra la mayor cantidad de clases presenciales, cuenta con un dique de agua natural proveniente de El ívila, que a través de una bomba direcciona el agua a un tanque vertical y por gravedad se alimenta la sede principal, la sede oeste, el DGCIM y vecinos de Los Chorros.
La escasez de agua tiende a generarse en la época de sequía aproximadamente entre febrero y mayo. “Para solventar los problemas cuando es tiempos de sequía como ahorita pedimos camiones cisternas que llenen nuestros tanques principales”, dijo Andrés Aure, director de la universidad.
El edificio Biblioteca, comúnmente llamado Anexo, cuenta con un solo tanque y depende exclusivamente del servicio de Hidrocapital, que fluctúa irregularmente. “Allí tenemos el problema de agua como toda Caracas”, afirma Francisco Febres-Cordero, rector de la universidad.
Actualmente, el tanque de esta sede se encuentra suficientemente abastecido para brindar los servicios de manera continua.
Febres Cordero informó: “De todas formas, la universidad está evaluando y buscando la manera de conseguir una solución de mano de Hidrocapital para que suministre agua a la sede del Buen Pastor”.
Horarios de razonamiento
Ante la presencia de más de 800 jóvenes en la universidad, se debió diseñar un plan de racionamiento que mitigue los problemas del servicio.
Ronald Arzuza, director de Servicios Generales, explica que el agua es distribuida durante tres horas al día, a las seis de la mañana, al mediodía y a las cuatro de la tarde. En caso de una mejora pasará a ser un razonamiento más flexible de seis horas diarias.
Edey Guerrero, personal de mantenimiento, comenta que las horas seleccionadas para el racionamiento de agua permiten la limpieza de los baños en horas estratégicas como la llegada de los estudiantes al campus, la hora del almuerzo y al final de la tarde que permite al personal dejar la universidad limpia para el día siguiente.
“Ha sido complicado”, aseguro la empleada.
Las horas de razonamiento también permiten que los concesionarios de las sedes se organicen y puedan brindar sus servicios sin mayor problema.
*E. Vivas/V. Vera son estudiantes de la Universidad Monteávila