Carlos García Soto.-
Uno de los lugares fundamentales desde los que se origina luz para alumbrar las tinieblas que rodean la comprensión de Venezuela es un viejo edificio ubicado en el centro de Caracas, frente al Palacio Federal Legislativo, en la avenida Universidad, esquinas de la Bolsa a San Francisco.
En el Palacio de las Academias tienen su sede las llamadas “Academias Nacionales”: la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, la Academia Nacional de la Historia, la Academia Venezolana de la Lengua, la Academia Nacional de Ciencias Económicas, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, la Academia Nacional de Medicina y la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat.
El esfuerzo realizado por las academias durante estos años de debacle institucional para dar orientación al país ha sido de una importancia que es difícil exagerar. Un resumen de esos esfuerzos puede encontrarse, por ejemplo, en el libro Propuestas a la Nación. Contribución a la celebración del Bicentenario de la Independencia, que recoge los siguientes informes:
- La reconstrucción institucional del país, por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales;
- Políticas públicas sobre la enseñanza de la Historia en Venezuela, por la Academia Nacional de la Historia;
- Estado de la salud en Venezuela. Consideraciones, conceptos, estadísticas y proposiciones, por la Academia Nacional de Medicina;
- Pertinencia de la ciencia en el desarrollo de Venezuela, por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales;
- La inflación y su impacto en la calidad de vida de los venezolanos, por la Academia Nacional de Ciencias Económicas, y
- El desarrollo sostenible del país, por la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat.
El libro resulta un fundamento completo y organizado para la reconstrucción de vertientes claves de la sociedad venezolana. Tal y como se señala en la presentación del libro, redactada por el Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, profesor Pedro Palma:
“Las Academias Nacionales, en su afán por contribuir activamente al progreso y al desarrollo sostenible del país, así como a la mejora en la calidad de vida de los venezolanos, acordaron a comienzos de 2010 realizar un esfuerzo conjunto con el fin de elaborar concienzudos estudios sobre problemas relevantes que aquejan a Venezuela, en los que, además del detenido análisis y diagnóstico de los temas estudiados, se proponen acciones concretas y específicas que pueden implantarse para el manejo y la solución de cada uno de esos problemas”.
Cada una de las Academias, desde su ámbito de estudio y reflexión, plantea al país críticas y nuevas ideas en torno a la crisis tan compleja que vive Venezuela, y vías a explorar para la reconstrucción. Así, constantemente las distintas Academias dirigen comunicados a la opinión nacional sobre los principales problemas nacionales. Desde un completo Dictamen de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales sobre la necesaria independencia e imparcialidad del Consejo Nacional Electoral como garantía esencial para la realización de elecciones libres y democráticas, hasta un Pronunciamiento de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales ante el Decreto Nº 44 en el marco del estado de excepción y de emergencia económica mediante el cual se establece un régimen especial transitorio para la gestión operativa y administrativa de la industria petrolera nacional, pasando por un comunicado de las Academias Nacionales a la opinión pública ante los anuncios en materia monetaria del gobierno nacional. En febrero de este año, la Academia Nacional de la Historia emitió un Comunicado titulado La Academia Nacional de la Historia fija posición ante la Nación, entre otros.
El pasado 29 de octubre fue presentado en la Academia de Ciencias Políticas y Sociales el segundo tomo del libro Doctrina Académica Institucional (Instrumento de reinstitucionalización democrática). Pronunciamientos años 2012-2019, que recoge 56 pronunciamientos de esa Academia y 22 de las Academias en conjunto durante estos últimos siete años. Como señala en el Prólogo el profesor Humberto Romero-Muci, Presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales:
“La finalidad de la doctrina institucional es informativa y formativa. Consiste sobre todo en ser un testimonio especializado. Una memoria viva compilatoria cuyo principal destinatario es la Nación, la opinión pública y desde luego los órganos del Poder Público, en consonancia con su función consultiva. De allí que su característica principal sea el componente reflexivo y crítico frente al poder y a su pesar. Su misión lógica es evitar que siga pretiriéndose al ciudadano y a sus derechos y tratar de orientar a una Nación vapuleada en su dignidad”.
Por otra parte, desde las Academias se ha hecho un esfuerzo enorme en poner a disposición de los venezolanos un acervo bibliográfico que de otra forma sería de muy difícil acceso. Así, por ejemplo, la Academia Nacional de la Lengua ha puesto a disposición sus boletines. La Biblioteca Digital de la Academia Nacional de la Historia ofrece libros, boletines, discursos de incorporación, textos históricos, entre otros textos de carácter histórico. La Academia de Ciencias Políticas y Sociales mantiene en su página web varios servicios bibliográficos, entre los que destaca en impresionante esfuerzo editorial del proyecto Ulpiano, que recoge una parte muy importante de la bibliografía jurídica venezolana en libre acceso digital.
Por otra parte, los Individuos de Número de las distintas Academias constantemente ofrecen discursos, conferencias y escriben artículos, ensayos y libros, algunos de los cuales son puestos a la libre disposición de los lectores en las respectivas páginas web.
En fin, afortunadamente los venezolanos contamos con un conjunto de Academias Nacionales, que fieles a su misión sirven como orientación ante los grandes problemas nacionales. Prácticamente para todos los temas que nos preocupan como venezolanos, las Academias han dado luces para aclarar el panorama, y ofrecen soluciones para hoy y el futuro. Esa labor, se realiza en unas condiciones de precariedad material muy significativas. A la Fundación Palacio de las Academias le corresponde la administración de las instalaciones físicas del Palacio, y merece contar con los recursos necesarios para el sostenimiento del Palacio y de las sedes materiales de cada Academia.
Ojalá las Academias puedan seguir cumpliendo esta labor irreemplazable que vienen realizando, a pesar de las circunstancias de nuestra sociedad, y a pesar del difícil contexto material que enfrentan para cumplir su misión.
*Carlos García Soto es profesor de la Universidad Monteávila