En vista de los recientes hechos acaecidos en el Hospital Clínico Universitario de Caracas, que provocaron la muerte de al menos dos pacientes, según denuncias de la ong Provea, Pluma comparte un trabajo realizado en diciembre, en el que se deja constancia de la lamentable situación de este centro asistencial, que generó la designación de una junta interventora este lunes.
Mariana Di Yorio/ Gianna Camporeale
La navidad no es algo fundamental para el venezolano que se encuentra día a día en el Hospital Universitario de Caracas. Con materiales reciclables se realizaron adornos que dieron un ambiente navideño al hospital, aunque no hay decoración que disimule la falta de la casa, la prioridad de los pacientes es volver a su hogar.
Al llegar a las instalaciones de la Universidad Central de Venezuela la bienvenida la da un arbolito de navidad, flanqueado por diversos pesebres realizados por los niños que momentáneamente hacen vida en el hospital, con lo cual se pretende disimular el notorio deterioro de este centro de salud.
íreas comunes abandonadas, olores pestilentes, salas cerradas, ascensores sin funcionar, pasillos oscuros, paredes manchadas, ventanas abiertas que sirven de ventilación ante la falta del aire acondicionado, puertas y vidrios rotos, goteras, son algunos de los elementos presentes en el Clínico de la UCV.
Empleados aseguran que desde hace 3 meses el ascensor no funciona por lo que los pacientes deben ser trasladados por las escaleras o las rampas dispuestas internamente.
«A raíz de que los ascensores no sirven, se suben y bajan a los pacientes por las escaleras y si están en camillas o sillas de ruedas por la rampa, pero si se presenta algún contratiempo y se queda en el camino, se quedó”, indicó uno de los vigilantes, quien prefirió conservar su nombre por seguridad.
En sectores como pediatría se puede observar una mayor higiene, las habitaciones están en buen estado, los pisos limpios y con agradable olor, ya que los propios representantes de los pacientes se pusieron de acuerdo para realizar jornadas de limpieza, según indica Yumary, madre de un niño de cuatro años.
“Nos toca hacerlo a nosotras si queremos gozar de un ambiente digno de una persona, ya que el hospital no provee ningún tipo de limpieza, esta habitación está cuidada gracias a que nos ponemos de acuerdo para mantenerla”, afirmó la joven.
A pesar de estar afectados por la salud de sus familiares y las condiciones en las que se encuentra el hospital, los espacios de esta área denotan un espíritu navideño.
Una de las enfermeras que labora en este sector señaló: “Antes, cuando había más dinero y no estaba esta crisis, decorábamos mejor, ahora solo hacemos lo que podemos con material reciclaje”.
A pesar de los esfuerzos realizados por el personal del centro médico no se logró el cometido, no hay disfraz de Santa que disimule la falta del hogar, como es el caso de Yramay, madre de un niño de un año, quien espera estar el 24 de diciembre en su casa en los Valle del Tuy, después de estar tres meses con su hijo hospitalizado.
Mientras en algunos sectores se realizaron concursos de pesebres, entrega de regalos, en otros espacios la navidad no llegó, como señaló Juan Medina.
“Otros pisos están totalmente decorados, tienen adornos navideños como bambalinas, pesebres, árboles, y muchos otros, mientras en este pasillo no hay ni una bambalina. Para nosotros la navidad pasa como una época más en el año, algo muy común visto en estos días”.
A los pocos días de este recorrido, un apagón y la falla de la planta eléctrica generó que dos pacientes fallecieran por no contar con la asistencia técnica necesaria, entre ellos Eduard Pérez, quien se encontraba conectado al momento de la suspensión del servicio.
El 12 de enero, en horas de la madrugada, al menos 100 personas debieron ser desalojadas por las escaleras, ante la falta de ascensores, mientras se hacía más presente que nunca las deficiencias ya conocidas por el personal que día a día acude a este importante centro de salud caraqueño.
Mariana Di Yorio es estudiante de la Universidad Monteávila
Gianna Camporeale es estudiante de la Universidad Monteávila