Felipe González Roa.-Â
“La democracia se está degradando y se enfrenta hoy a gravísimos problemas”, advierte Gao Xingjian, ganador del Premio Nobel de Literatura del año 2010, durante su intervención en el Festival de Literatura y Traducción realizado en Rumania.
El novelista fue perseguido por el régimen comunista de China, que incluso prohibió la representación de sus obras de teatro. En 1987 tuvo que abandonar su país natal y refugiarse en Francia, donde está radicado actualmente. Nunca más regresó a su tierra.
“Estamos atrapados bajo el yugo de las ideologías del siglo XX. Y el verdadero problema es que esas ideologías devienen en dogma que no resuelve los problemas. Tomemos como ejemplo el marxismo, el comunismo, que se han vuelto una pesadilla. O el fascismo y el nacionalismo que tienen efectos brutales, como hemos visto. Ideologías que a pesar de todo no han sido derrotadas y que, como hemos visto, tristemente no caducan. También el imperialismo, que se transforma en propuestas políticas vacías, no tiene un verdadero sentido”, señala Gao Xingjian según reseña el diario El País de España.
No es propósito de este espacio (no ahora) analizar las razones del fracaso de las ideologías del siglo XX (muchas de las cuales, en realidad, nacieron en el siglo XIX), sino llamar la atención sobre la necesidad de traspasar fronteras y proponer ideas que estén en voga con los nuevos tiempos.
No se trata, por supuesto, de, cual Sísifo de la posmodernidad, borrar la memoria y empezar de nuevo. No podemos dejar de aprender de las lecciones del pasado, por más dolorosas que estas sean. Pero tampoco es posible vivir anclados en viejos paradigmas que ya deben ser superados.
¿Si la revolución industrial cambió el mundo de las ideas políticas, por qué no vemos que ocurra lo mismo con la revolución informática? ¿Dónde están las propuestas que dibujen el mundo durante los próximos 200 años?
Gao Xingjian llama a impulsar un nuevo “Renacimiento social” que busque su inspiración en el movimiento cultural que, hace 600 años, alejó al mundo del llamado “oscurantismo” medieval. Pero tal vez ahora la aspiración deba ser lograr que la luz no enceguezca nuestros ojos sino que nos permita iluminar todos los rincones de nuestros conocimientos.
La democracia “no puede ser solamente un simple recuento de votos, sin perspectiva, horizonte y futuro”, reclama el escritor. Y precisamente ese concepto, democracia, necesita ser redefinido y sobre todo ser dotado de un contenido que tenga un significado concreto.
¿Qué creemos que es la democracia? ¿Qué queremos que sea la democracia? ¿Qué necesitamos que sea la democracia? Tal vez plantearnos esas preguntas sea el primer paso para empezar a asomar nuevas propuestas políticas.
“El verdadero problema de la humanidad es que olvidamos nuestro pasado”, exclama, tal vez sordamente, Gao Xingjian.
*Felipe González Roa es director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.