Yanuacelis Aure Cruz.-
El triunfo de Sebastian Kurz como Primer Ministro de Austria pareciera confirmar lo que ya algunos especialistas bautizaron como “Generación Kennedy”. Jóvenes, muy cuidadosos de su aspecto personal, líderes políticos y con amplio manejo de las nuevas tecnologías colman la escena internacional, erigiéndose como los nuevos rostros políticos.
A Kurz, de apenas 31 años, le sigue otra figura que disfruta de una gran ascendencia en las masas, como lo es el francés Enmanuel Macron, de 39 años; el ruso Alexei Navalny, de 41 años; el alemán Christian Lindner, de 38 años, cerrando esta exclusiva lista el canadiense Justin Trudeau, de 45 años, supuesto responsable de los suspiros de la propia Ivanka Trump, según reseñaron medios internacionales.
Cada uno de ellos de contextura atlética, con gran manejo de las redes sociales, visitas frecuentes al gimnasio, impecable apariencia física y aparente cercanía con los votantes, además sensibles al tema de paridad de géneros, son más abiertos a colocar mujeres en cargos de importancia.
Trudeau luce medias de Star Wars en una cumbre mundial de líderes, Macron destina millones de dólares del presupuesto nacional para maquillaje y Lindner se somete a una operación de trasplante de cabello y elimina sus lentes, mientras Kurzs se paseo por las calles tomado de la mano con su novia.
Para Carlota ígreda Briceño, experta en estrategia y comunicación política y profesora de la Universidad Monteávila, el elemento juventud puede convertirse para este nuevo grupo de dirigentes en un arma de doble filo, si no lo saben manejar, ya que detrás de ellos hay todo un “establishment! que puede ir en contra de sus intenciones, “Ellos representan“ a excepción de Trudeau- los candidatos de la “out of the box”, recalca la experta.
“El electorado ahora está exigiendo que los políticos sean más cercanos. Obama gana en el 2008 en parte por las redes sociales, porque logró que la juventud se involucrara más y, al final, es a eso a lo que deben apostar los partidos y los políticos, a que la juventud se enganche y a que sean ciudadanos políticos, que entiendan que la política no es sólo una cúpula de personas manejando al país, sino que el pueblo también tiene poder de decisión”.
Sin embargo, se mostró cautelosa con el uso exacerbado de las mismas, ya que a su parecer- puede ser erróneo. “Hemos visto con Trump que el uso obsesivo de las redes sociales es demasiado contraproducente, como, por ejemplo, el hecho de que twitter sea el medio de información oficial de las andanzas del presidente de Estados Unidos, eso me parece absurdo. También es muy fácil que por estos medios se tergiverse la información”.
Briceño considera que, por ejemplo, Trudeau es un hombre que fue hecho para este momento de las redes sociales. “Todo lo que hace es para las redes: desde las medias de Star Wars, el recibir a los refugiados sirios en el aeropuerto de Canadá con abrigos, nombrar su gabinete equitativo entre hombres y mujeres, representantes de distintas culturas, con alto nivel de preparación”.
Sobre la llegada de estos políticos, la comunicadora social desestimó que se trate de una moda, a su parecer la aparición de Trudeau, Macron, Kurtz, Lindner responde a un momento histórico, “respaldado por el entorno en el que se desarrollan”.
“Capriles está consciente del target que tiene y cómo se tiene que adaptar a sus diferentes audiencias. Sabe cómo usar los medios y cómo aprovechar todos los espacios disponibles, sabiendo que el gobierno de Maduro está cerrando cada vez más las opciones que existen a nivel institucional para que haya una oposición de verdad.”, señaló la especialista.
En líneas generales Briceño estima que esta generación joven de políticos labraron el terreno para que la gente joven esté más motivada a tomar cargos políticos y a cambiar la política desde adentro. No sabe si marcan un antes o un después, “debido a que el antes sería el mismo Kennedy”, pero si quisiera que se mantuviesen.
Recalcó que están muy bien asesorados, se atrevieron a pensar out of the box y son personas conscientes de los medios sociales que muestran un lado más familiar y no sólo un acto de gobierno. “De todas formas, la política siempre ha sido un show desde que se inventó la televisión, ahora también es una manera de entretenimiento, porque estamos saturados de ella”, afirmó.