Ilusiones juveniles corren libres al ritmo de un balón (II)
Rafael Rodríguez Vargas.- Y todavía se refracta en mi retina aquella luz perenne, crea la imagen del código vítreo más hermoso, sin jamás captar ni un solo movimiento. De solo ver el mismo cielo caerse encima un sábado a las doce del mediodía, luego de haber perdido mi primer partido, se me queda en blanco…