Falta de estadí­sticas oficiales de inflación dificulta planificación económica

Didiana Patricia Archila.-

La alta inflación afecta la rutina de los venezolanos. Foto: photopin (license)

El Banco Central de Venezuela (BCV) tiene por obligación “rendir informes periódicos sobre el comportamiento de las variables macroeconómicas del paí­s y sobre los demás asuntos que se le soliciten e incluirá los análisis que permitan su evaluación”, reza el artí­culo 319 de la Constitución. A pesar de esta obligación, a la fecha el organismo emisor no ha publicado las estadí­sticas oficiales sobre el desempeño económico  correspondiente al año 2016.

El vicepresidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, aseguró que “un paí­s sin cifras es imposible de planificar. Afecta fuertemente la confianza de la banca internacional debido a que no tienen información oficial para hacer sus análisis, por lo que infieren información que no es conveniente”.

“Al empezar a planificar las actividades en la empresa se debe evaluar cómo se percibe que estará el mercado, si la economí­a va a crecer, cómo fue la inversión pública, cómo fue la inversión privada, la encuesta de hogares y su consumo. Eran solo algunos de los datos estadí­sticos que utilizaban las empresas para planificar e invertir”, agregó.

“Las cifras de inflación oficial también se utilizan desde el punto de vista jurí­dico, como para el pago de Impuesto sobre la Renta. Las empresas que tienen ajustes por inflación tienen que determinar cómo se mueve su patrimonio, sus activos y sus pasivos en función de la inflación para fijar las ganancias o pérdidas monetarias. Además, muchos contratos, sobre todo en empresas del Estado y del sector petrolero, son ajustados por la inflación. Al negociar las contrataciones colectivas la inflación es un factor significativo por ser el parámetro por el cual se puede aumentar el salario. De no tenerse esas cifras se infieren números que pueden generar mayor inflación”, argumentó.

El economista Agustí­n Ruiz expresó que “al no haber cifras económicas oficiales no se sabe adónde se dirige la economí­a, no hay un conocimiento oficial sobre qué está pasando con las variables más importantes, como el PIB, y cómo evolucionan los precios. Si no hay reportes oficiales no se puede hacer ningún tipo de planificación. Esto lo que genera es incertidumbre ya que no se sabe hacia dónde va la economí­a, toda la actividad económica se va hacia el lí­mite superior de los precios, pierde estabilidad”.

Ante la ausencia de cifras oficiales, organismos como el Colegio de Contadores Públicos de Venezuela sugiere utilizar referencias de inflación calculada por expertos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó, en octubre del año pasado, que la inflación para el 2016 serí­a de 720%. “Proyectar las perspectivas económicas de Venezuela es complicado debido a que los principales datos económicos se publican con retraso”, explicó el organismo multilateral en el informe Perspectivas Económicas de las Américas

índice “Café con leche”

La firma estadounidense especializada en finanzas Bloomberg, en un intento por estimar la inflación venezolana ante la carencia de cifras oficiales, diseñó un instrumento de medición a través del precio de una taza de café con leche servida en una panaderí­a al este de Caracas.

Esta medición, que se basa sobre una concepción afí­n a la del í­ndice Big Mac, no se sostiene sobre un patrón cientí­fico pero puede permitir aproximarse a la ponderación del valor de un elemento que es accesible para la mayorí­a de los venezolanos.

Según este cálculo, en las últimas trece semanas ha habido un incremento de 1.810%. En el mes de octubre de 2016 una taza de café tení­a un valor 600 bolí­vares y en enero del 2017 su precio se ubica en 1.100 bolí­vares.

Según el último informe del FMI, este año el paí­s podrí­a enfrentar una inflación del 2.200% y una disminución de 4,5 en su Producto Interno Bruto.

“Venezuela ya se encuentra sumida de lleno en una crisis económica y, de continuar las actuales polí­ticas, el paí­s enfrentará riesgos graves, incluido un colapso, aun mayor, de la actividad económica acompañado de hiperinflación. La ya aguda escasez de bienes básicos, en especial alimentos y medicinas, podrí­a empeorar aún más, y desembocar en una crisis humanitaria que, a su vez, podrí­a desencadenar una ola de migración a paí­ses vecinos”, advirtió el organismo multilateral.

* Didiana Patricia Archila es estudiante de Comunicación Social de la UMA.

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