Didiana Patricia Archila.-
La realidad económica que aqueja a los venezolanos en la actualidad es resultado de la incorrecta aplicación de mecanismos que se han prolongado en el tiempo y que han traído mayores consecuencias que beneficios.
El control de precios en Venezuela: 1939-2016. De la guerra mundial a la “guerra económica” es el nombre que lleva el libro escrito por el abogado Carlos García y la economista Anabella Abadí en el cual realizan un recorrido a través de la historia venezolana de los controles.
El control de precios es una medida legal que se toma con fundamento en una determinada situación económica y política. La misma implica la fijación unilateral, por parte del poder ejecutivo, del precio al cual debe ser comercializado un determinado producto o servicio, explica García.
“Es una medida extraordinaria que resulta justificable ante situaciones de carácter extraordinario, por ejemplo, en el origen del control de precios en Venezuela. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial había la preocupación razonable de que se iniciara un período de relativa escasez de productos, porque una Europa en guerra disminuiría la producción para el mundo occidental y se consideraba que esa eventual insuficiencia de productos generaría un incremento arbitrario y desproporcionado de su valor. Ese temor dio inicio a la idea de regular los productos. En el 2003, al aplicar vigente control de precios, Venezuela había pasado por una situación de paro empresarial que produjo cierta escasez, y se temía, también, el aumento desmesurado de los precios, por lo que se fijó un control sujeto a un régimen cambiario” continúa el abogado.
La falla del control de precios radica en que se niega a entender la realidad de los mercados debido a que elimina las señales que envía el precio de un producto, de su demanda, costo de producción e incluso calidad, y hace creer que todos los productos son iguales, lo cual es falso. Además, busca controlar la inflación y eso es imposible: ésta se genera por demanda y por costos de producción, es decir que, si mucha gente demanda un producto, los precios van a subir al igual que si se controlan los precios. Cabe destacar que el constante aumento de sueldos, la dependencia de los dólares, y la escasez de materia prima afectan directamente los costos y hace inevitable la subida de los precios, indica Abadí.
“Con la regulación actual en Venezuela, se tienen unos precios fijados incluso, en algunos casos, por debajo de los costos, por ende, la producción se va a ver afectada. Las empresas sin músculo financiero van a cerrar. Por ello la industrial trabaja al 35% de la capacidad instalada, tenemos entre 10 mil y 13 mil empresas menos de las que teníamos en los primeros años del siglo”, añade la economista.
Los profesores de la Universidad Monteávila coinciden en que la solución es levantar los controles y todas las regulaciones que dañan el aparato productivo nacional.
Recalcan que el desmontaje del control puede ser de manera rápida o gradual, hacerse de manera aislada o como parte de un sistema integral de eliminación de restricciones económicas. Los autores del libro enfatizan que en cualquier caso van a subir los precios y es este uno de los grandes miedos que tienen tanto oposición como gobierno por el costo político que implica. Advierten que por cada día que pase y se dilate esta decisión más tiempo tardará el período de recuperación económica.
* Didiana Patricia Archila es estudiante de Comunicación Social de la UMA.
* Luis Rodrigues es estudiante de Comunicación Social de la UMA.