Kelvin Brito.-
En el 2009 la Editorial Alfa complació a los asiduos lectores del gran historiador venezolano al publicar el decimoquinto libro de la colección Biblioteca Manuel Caballero: No más de una cuartilla. La expectativa de la obra no era solo satisfacer a un grupo limitado de personas –es decir, sus seguidores-, sino que era más ambicioso: llegar a aquellos que por la cotidianidad o cualquier otra circunstancia no podían desarrollar el hábito de la lectura.
Esto explica la estructura del libro: trescientos ensayos que no sobrepasan una página, lo que permite unas pausas más frecuentes que las ofrecidas en otros textos de cualquier género, amén de facilitar la digestión de los contenidos.
Pero, como se ha hecho costumbre en nuestros tiempos, para comprender la naturaleza de un libro primero debemos hacernos una imagen del autor.
Perfil académico
Manuel Caballero (1931-2010) fue profesor titular de la Universidad Central de Venezuela y ocupó el cargo de director de la Escuela de Historia de esa misma casa de estudios. En su etapa formativa pasó varios años en París y Roma.
Doctor en Filosofía (PhD) por la Universidad de Londres, su tesis doctoral lo convirtió en el primer venezolano publicado por la Universidad de Cambridge en 450 años de su editorial. Fungió como profesor contratado en la Universidad de Nápoles y conferencista en otras casas de estudio, como Oxford, Harvard, Carlos III de Madrid, por nombrar algunas.
Obtuvo en 1979 el Premio Nacional de Periodismo, en 1994 el Premio Nacional de Historia y en 2001 el Premio Bienal Simón Bolívar como reconocimiento a su trayectoria universitaria. Fue electo en 2005 Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia.
Ensayista, antimilitarista y polemista: “Hemezé”
Antes que historiador, ensayista. Así puede definirse en primer término a Manuel Caballero. ívido lector, ya a los nueve años había leído El Quijote de la Mancha, obra de la cual hablaba cuando se le presentaba la ocasión.
Desde muy joven combate lo que él mismo denominaría “la peste militar”, pues ya para 1948 se sabe que adversaba a la Junta Militar que derrocó a Gallegos. Y eso es algo que lo distinguirá por siempre: su animadversión por el militarismo, por los castrenses que se dedican a hacer política con el uniforme puesto. Ora con AD, ora con el PCV, jamás abandonó dicha postura.
Ello no quiere decir que aprobara la gestión de los civiles: desde el periódico Clarín, medio creado por URD, tenía una columna diaria donde –y bajo el seudónimo Hemezé- criticó el último periodo constitucional de Rómulo Betancourt. Paradójicamente se convertirá años mas tarde en su primer biógrafo marxista.
La escritura es un elemento sin el cual Caballero no se hallaba. Este oficio lo desempeñó desde diversas tribunas periodísticas: revistas, panfletos, diarios clandestinos o periódicos de alto calibre –como El Nacional (1965-1991), El Diario de Caracas (1992-1995) y El Universal hasta diciembre de 2010- contribuyeron a que se forjara una fama nada desdeñable en los medios, que llegó a ser tachada de polemista. La temática sobre la que versaban sus columnas bien podían ser de opinión o de política.
La editorial Alfa no dudó en publicar en 2002 una biblioteca donde se lanzara la prolija obra de Caballero, que consta de 16 números.
Una de las cosas que mejor sabía hacer Caballero era definir su público. Así fue como se propuso la descabellada idea de reducir 500 años de historia venezolana en 100 páginas en formato de bolsillo, con el nombre De la Pequeña Venecia a la Gran Venezuela, publicada por Monte ívila Editores y dirigido para personas que quisieran conocer nuestra historia pero demasiado ocupados para hacerlo.
Pero no todo era pastillas, pues solo el estudio de la Historia de Venezuela del siglo pasado le llevó casi 400 paginas. Este trabajo, con el título de Historia de los venezolanos en el siglo XX, aparece como fuente de obligatoria consulta y como su último libro publicado.
Entre otras obras que tiene en su haber Caballero se cuentan La Crisis de la Venezuela Contemporánea y Gómez, el tirano liberal, ambas contribuciones de muy alta estima en nuestra historiografía.
No más de una cuartilla
En el caso de No más de una cuartilla, el abanico temático es exuberante: política, historia universal y de Venezuela, anécdotas, críticas y análisis literarios, situaciones inverosímiles de la vida diaria, recuerdos de su infancia, su inexorable posición anti-bolivariana y antimilitarista, son los tópicos que abarca la obra, que se encuentra sin duda entre las mejores del autor.
La extensión de la prosa dentro del límite de la cuartilla es variable: algunas se llevan la mitad y otras son completas. Esto hace más interesante al libro si tenemos en cuenta lo extremadamente conciso que puede llegar a ser el ensayista.
Ya desde el primer escrito advierte el hecho de que, si bien las páginas son fiel reflejo de sus opiniones, no por eso pretenden ser mejores a las del propio lector. Al contrario, los ensayos aspiran dar pie al debate y pluralidad de ideas, que pueden considerarse cimientos fundamentales de una sociedad democrática.
Definitivamente este libro es un excelente comienzo para aquellos que quieran empezar a leer a Manuel Caballero, a la sazón uno de los mejores escritores e historiadores de nuestro país.
* Kelvin Brito es estudiante de Derecho.
Gusto en leer lo que escribes Kelvin. La historia es una pasión maravillosa y escribir sobre ella es muy provechoso.