Pacific Rim: Acción y estilo sobre todo lo demás

Christian Hauer.-

Pacific Rim brilla por su cinematografí­a. Foto: imdb.com

Muchas veces en el mundo del cine es importante poder hacer distinciones entre la calidad de una pelí­cula y la cantidad de entretenimiento que te proporciona. Quizás suene absurdo, pero por más entretenida que sea una pelí­cula llega el punto en el que colocarla junto a las grandes serí­a una ofensa para ellas, y en este caso Pacific Rim es exactamente eso, un ejemplo de cómo hacer un popcorn flick efectivo, que al mismo tiempo mantiene un estilo muy particular y que no aspira más que ello.

Pacific Rim es una pelicula del 2013 dirigida por Guillermo Del Toro y protagonizada por Charlie Hunnam y Rinko Kikuchi. La historia parece importada directamente de Japón, y ciertamente viste sus influencias. En un mundo en el cual bestias gigantes conocidas como Kaijus surgen del océano y destruyen todo a su paso, la humanidad decide crear robots gigantes conocidos como Jí¤gers para combatirlas. Cada Jí¤ger requiere dos pilotos, los cuales deben sincronizar sus mentes para lograr controlarlos de forma eficaz, y tras un incremento reciente en la actividad de los Kaiju, el ex piloto Raleigh Becket y la aprendiz Mako Mori parecen ser la única esperanza.

En cuanto a estética, como es común con Del Toro, siendo un director bastante visual, la cinematografí­a brilla, en este caso alejándose de la tí­pica paleta gris de la pelí­cula de acción moderna. Los efectos especiales están muy bien ejecutados y las escenas de acción, las cuales dependen fuertemente de estos, son impresionantes, algo que se puede atribuir a la capacidad de presentar escala, peso y movimiento satisfactoriamente.

Otro aspecto que beneficia fuertemente a estas escenas tiene que ver con el hecho de saber dónde situarlas: si se colocan muchas y muy seguidas obtienes cintas como la saga de Transformers, y si tuviesen demasiada distancia entre ellas, las debilidades de esta pelí­cula se convertirí­an en el foco de la pelí­cula.

Como fue mencionado antes, hay ciertas lagunas en la cinta, y estas tienen que ver principalmente con los personajes débilmente escritos. Sí­, tienen pasados y se desarrollan a lo largo de la pelí­cula, pero parece ser nada más cuando el plot lo necesita. Por otra parte, para tener como protagonistas actores  poco conocidos, proveen una actuación sólida. Rinko Kikuchi en especí­fico prueba que es una lástima lo muy influyentes que son los nombres grandes en la industria.

Hay otra faceta más de los personajes que pudiese ser una división para una gran parte de la audiencia, y esto es que actúan de forma caricaturesca, pero en especifico como si fueran parte de un anime, en este caso, sobre todo si eres familiar de esto, encaja perfectamente con el estilo y la presentación de la pelí­cula, pero por otra parte siento que el resto de las personas pudiesen considerar que es algo extraño.

Desde el comienzo la cinta viene trayendo consigo una noción de que su estilo es lo que más importa, y la música no hace más que reforzar esto. Cada canción en el soundtrack sirve para aumentar la potencia de todas las escenas, y no se apena de mantenerse a la par con el tono de la pelí­cula. Es sin duda uno de los soundtrack más entretenidos de esta década y es fácilmente memorable. La canción que mas encapsula el tono de la pelí­cula es “Pacific Rim”

Pacific Rim, con su genial cinematografí­a,  su sorprendente cantidad de atención al detalle y sobre todo con su estilo, logra presentarnos una historia que, a pesar de su sencillez, deja una muy buena impresión.

* Christian Hauer es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma