Albani Lozada: Estudiar Comunicación Social es “un gran compromiso” en Venezuela

Andrea Fermí­n Facendo.-

Lozada resalta la responsabilidad de los comunicadores. Foto: Fabiana Toro/Cortesí­a

Representó a Venezuela en uno de los certámenes de belleza más prestigiosos como el Miss Mundo, y tiempo después condujo el espacio Estrenos y Estrellas en Venevisión. Actualmente cautiva a los venezolanos en la emisora Éxitos 99.9 FM del Circuito Unión Radio, donde desde hace 10 años conduce el programa Agenda Éxitos, junto a Unai Amenábar.

Hoy es una de las locutoras más reconocidas del paí­s, con un tono cautivador y sensual. Una mujer con creencias firmes, perseverante y amorosa, con más de 20 años de experiencia en la radio y la televisión venezolana. Así­ se define Albani Lozada.

¿Quién es Albani Lozada en tres palabras?

Esas son preguntas que le mueven a uno el piso. Yo soy una mujer familiar, perseverante, y amorosa.

De su niñez y adolescencia ¿qué le marcó?

La muy buena comunicación con mis padres. Mi familia es muy unida, pero yo pienso que la mayorí­a de las personas pensamos que nuestra familia es la mejor. Yo de verdad me siento muy orgullosa de mi mamá, mi papá, y mis hermanos. Mis padres se casaron muy jóvenes y la verdad es que siempre tuvieron una relación muy cercana con nosotros sus hijos. Podí­amos hablar de todo, todas las inquietudes que tuviéramos, y siempre estuvieron presentes una cantidad de valores que eran fundamentales para el transcurso de mi vida, siempre basados sobre el respeto y en la buena comunicación. Eso definitivamente marcó mi vida.

¿Ellos siempre la apoyaron especialmente cuando usted concursó en el Miss Venezuela?

Sí­, pero hay una anécdota… Antes de ir al Miss Venezuela yo participé en el Miss Princesita, y en esa ocasión mi papá todaví­a no digerí­a muy bien ese tema de los concursos. Aunque fue algo que surgió fortuitamente en mi vida, para no contarte el cuento completo, el caso es que yo gané. Mis padres viví­an en Acarigua y yo viví­a aquí­ en Caracas, que fue cuando se hizo el evento. Yo les habí­a pedido permiso para ver si podí­a participar, pero era todo como rápido. Tenia que decidirme si iba a participar o no, y lo hicieron de una forma “casera” por llamarlo de alguna manera, porque el concurso habí­a salido del mercado de concursos en general y habí­an decidido volverlo a activar. Resulta que no me dio tiempo de esperar el permiso de mi mamá y mi papá, entonces yo dije “ok, voy a concursar”, y la gran sorpresa fue que gané, no me lo esperaba. Al dí­a siguiente cuando recibí­ la llamada telefónica de mi mamá y mi papá para decirme que no tení­a el permiso, porque mi papá no estaba de acuerdo, yo le dije “bueno, ya no hay nada que hacer porque gané”. En ese momento mi papá me dijo “bueno escoge, el concurso o yo”, y yo dije “bueno por supuesto tú, esta vez, pero si más adelante yo decido ir al Miss Venezuela ya no me vas a pedir que renuncie porque no lo voy a hacer”.

En efecto, cuando concursé en el Miss Venezuela, toda la familia me apoyaba y en lí­neas generales, a nosotros, los tres hijos, yo soy la mayor de tres hermanos, siempre nos apoyaron en las cosas que quisiéramos hacer en la vida porque entendí­an que eran importantes para nuestro desarrollo y nunca creyeron en eso de frustrarle a los hijos las cosas que quieran hacer, porque entonces eso es un problema.

¿Cuál fue su aprendizaje tanto profesional como personal al haber concursado en el Miss Venezuela?

El Miss Venezuela es el mejor casting que uno puede hacer en su vida porque es una plataforma que te da a conocer en todo el paí­s, y en el caso de que ocurra lo que me ocurrió a mí­, que tuve la oportunidad de representar al paí­s en un concurso internacional, pues te llegas a conocer en todas partes del mundo. Como sabes, yo representé a Venezuela en el Miss Mundo y fue una experiencia abrumadora porque se te abren las puertas de todo lo que tu quieras hacer en tu vida. Para mí­ fue muy especial porque yo estudié Publicidad y Mercadeo, y siempre quise ser productora de comerciales o dedicarme a la creación de comerciales. Estar en el Miss Venezuela, por ejemplo, era asistir a lo que es, el máximo evento, el show más grande que se produce en el paí­s, entonces ver el tras cámara era muy interesante para mi porque en cierta medida tiene mucho que ver en lo que ocurre detrás de cualquier producción, sea un programa, sea un canal de televisión, y en este caso, del show más importante que se hací­a en el paí­s.

A nivel profesional fue maravilloso porque me abrió la puerta para yo saber lo que querí­a hacer por el resto de mi vida. Ya no fue estar detrás de la cámara, sino más bien estar delante de ella., comunicando. Cuando iba rumbo al Miss Mundo me ofrecieron ser la reportera del programa de Gilberto Correa, “Close Up”, en aquella época. Inmediatamente entendí­ que me habí­a conectado con lo que querí­a hacer en la vida. Allí­ empezó mi carrera profesional.

¿Cómo llegó a la radio?

A la radio llegué por mi querido Ramón Pasquier. Ya no recuerdo exactamente el año, pero creo que fue en el 2005. Unai Amenábar, fí­jate tú lo que es la vida, quiso celebrar su cumpleaños en un local comercial que tení­a yo en el Tolón Fashion Mall, y allí­ uno de sus invitados era Ramón Pasquier. Entonces nos sentamos a hablar, yo realmente no conocí­a a Ramón, sino por los medios. No éramos amigos, no nos conocí­amos, era la primera conversación que tení­amos en nuestras vidas. Conversando él me dijo “Albani, ¿tú nunca has pensado hacer radio?”, y yo le dije “fí­jate tú que me han ofrecido, pero yo la verdad que hasta el momento no he tenido el interés. Me gustarí­a mas adelante, pero en este momento no porque estoy como en un año sabático y me quiero dedicar es a mi negocio”. Ya yo habí­a salido de Venevisión y no querí­a todaví­a meterme a trabajar en los medios. Me dijo “considéralo porque tu tienes buena voz para eso, y yo creo que serí­a perfecto que tu hicieras radio en algún momento.” Él lo caracterizaba eso, tení­a un ojo especial para descubrir en qué podí­a la gente tener aceptación o éxito.

Al muy poco tiempo, se pasarí­an quince dí­as o un mes si acaso, recibí­ una llamada de Valentina Maninat invitándome a una reunión porque tení­an un proyecto el cual conducirí­a Ramón. Estaban buscando la co-animadora de ese proyecto, y Ramón habí­a dicho que le encantarí­a hacerlo conmigo. Yo vine a esa cita, el corazón se me iba a salir porque no sé si estaba preparada o no para volver a vincularme con los medios. La propuesta era hacer un programa en la noche, y ya yo estaba metida con el tema de la inseguridad en Caracas. Resulta que me enamoré del proyecto, hicimos la grabación de un programa piloto, resultó, maravilloso, como si nos conociéramos de toda la vida. Fluyó la energí­a, la verdad es que hubo mucha quí­mica entre los dos y era la primera vez en mi vida que conducí­a un programa con un co-animador. Siempre me tocó hacer Estrenos y Estrellas sola y tení­a mi equipo, pero no éramos los dos haciendo el programa. En este caso fue la primera vez y la verdad es que fue increí­ble. Por Ramón Pasquier yo estoy aquí­.

¿Cómo se prepara usted para sus programas de radio?

La verdad es que no da tiempo de prepararse. Es lo fundamental en estas cosas: estar informado de qué está pasando y para eso uno tiene miles de instrumentos. Ya sabemos lo que uno puede hacer con el internet, estar como muy ávido, interesado de qué está ocurriendo en todos los ámbitos.

Ustedes hablan de todo y tienen que saber de todo.

Sí­, de todo. Si no sabes de todo, previamente debes tener información sobre el tema que vamos a tratar. Tampoco es tan complicado, aquí­ los productores ponen temas sobre la mesa y nos consultan, a Unai y a mí­. Nos mandan la información, obviamente leemos todo eso, nos ponemos al dí­a para por lo menos tener una idea de lo que vamos a hablar. Lo demás va surgiendo con la conversación, una cosa improvisada y según lo que se nos vaya ocurriendo en el momento de hacer la entrevista. Es muy divertido, la verdad. Es un ejercicio continuo mental. Las cosas van surgiendo durante la conversación, pero eso es lo que lo hace interesante y es un aprendizaje constante para uno. Los temas que no dominamos los aprendemos en el transcurso de esa entrevista que estemos haciendo. Uno no puede saberlo todo. No hay duda de que ésta es una forma de aprender un poco de cada cosa.

Usted estuvo bastante tiempo en Estrenos y Estrellas. ¿Qué prefiere, la televisión o la radio?

A mí­ me gusta esto, la radio, sin lugar a dudas. La televisión me encanta, y pienso que cuando más energí­a tení­a y por eso qué chévere que comencé haciendo televisión, tuve todos esos años haciendo los programas que hice. Aunque la televisión quita mucho tiempo, tienes que estar continuamente maquillada, peinada, arreglada, todo eso. Llega un momento en el que agota, yo quedé cansada de ese ritmo de vida que hací­a en Estrenos y Estrellas. No solamente era la sección del noticiero, sino que habí­a un programa especial de una hora los sábados y eso habí­a que pre-grabarlo. Es extenuante, vacaciones un mes al año. Aquél ritmo de vida continua que si tú lo unes a los compromisos del hogar, porque yo tení­a a mi hija pequeña en aquella época. Tení­a que viajar mucho. Es una linda experiencia, pero yo soy una persona hogareña y extrañaba ese estilo de vida en casa con la familia. Las cosas llegan cuando tienen que llegar, porque justo cuando ya estaba sumamente cansada salí­ de Venevisión y me dediqué justamente a lo que querí­a: tener mucho más tiempo para mi hija y hacer las cosas sencillas de la vida que tienen tanto valor para mí­. Esas cosas que lo mantienen a uno con los pies en la tierra.

¿Cuándo usted comenzó en este medio sabí­a que iba a llegar lejos? Usted es una de las locutoras más reconocidas del paí­s.

Yo te voy a ser muy franca, yo no le pongo mucha atención a eso. Yo me disfruto el momento y a eso le pongo pasión, sobre todo si estoy haciendo lo que me gusta. Yo digo que lo más lindo de este trabajo es… Yo prefiero no llamarlo éxito, solamente disfrutar el viaje.

La experiencia…

El dí­a a dí­a, la gente maravillosa con la que te encuentras, las pruebas en el camino, cada logro… Por supuesto, uno tiene sus metas. Esas metas son las que lo impulsan a uno a caminar todo los dí­as, levantarte de la cama y salir a luchar por tus sueños. No hay duda que lo más lindo es ese recorrido, uno soñar hacer lo que a uno le gusta, y darle importancia a la actitud con la que le haces frente a la vida. Aprendes a descubrir también que son momentos que uno tiene que disfrutarlos al máximo porque unos dí­as estás arriba y otros abajo. Lo ideal es mantener un equilibro y darte cuenta que hay esa vulnerabilidad. Entender que uno no solo hace las cosas para el beneficio personal, también hay una cantidad de gente, sobre todo cuando tienes el micrófono y están esperando para escuchar qué es lo que vas a decir. Adónde va el mensaje y la responsabilidad que eso conlleva.

¿Cuál ha sido la mejor entrevista que ha tenido, o la que más recuerda?

No ha sido ninguna en especial, todas te dejan algo. De las personas más sencillas o las más rimbombantes, todas tienen un mensaje. A veces hasta te llevas sorpresas, de repente la más rimbombante no te dijo nada que te haya llegado realmente, y la más sencilla te deja un mensaje que te mueve el piso, que de repente estabas esperando porque cada quien está viviendo diferentes procesos y te encuentras con alguien que te dice algo que tú dices “wow, este mensaje es para mí­”.

¿A quién le gustarí­a tener el placer de entrevistar?

Al que venga… Todo el mundo es interesante y tiene algo que contar.

¿Qué consejos le darí­a a estudiantes de Comunicación Social o a cualquiera que desee hacer radio?

Si esa es su pasión verdadera, abrácenla con toda la fuerza. Entiendan que la Comunicación Social no es “ay que chévere, me voy a parar en frente de una cámara y me voy a ser famoso”. Eso es un gran compromiso, sobre todo en los tiempos que estamos viviendo en Venezuela. Cualquier cosa que uno diga puede ir para el beneficio de toda la ciudadaní­a o puede ir en contra, absolutamente. Incluso de la misma persona que asume la responsabilidad que eso significa. Lean mucho, investiguen mucho, que entiendan el proceso que se está desarrollando en el paí­s. Que se pregunten a sí­ mismos qué tan útiles pueden ser para llegar a convertir a Venezuela en el paí­s que todos soñamos.

* Andrea Fermí­n Facendo es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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