La La Land: Un respiro de aire fresco con tono musical

Christian Hauer.-

Ryan Gosling y Emma Stone protagonizan La La Land. Foto: imdb.com

Los musicales en el cine, al igual que muchos otros géneros en este medio, han comenzado a disminuir su presencia en las ultimas décadas, principalmente debido a su tendencia a ser proyectos de alto riesgo. Esta caracterí­stica surge de una mayor dificultad para ejecutarlos apropiadamente, ya que ademas de necesitar buenas coreografí­as, actuaciones y canciones, todo tiene que funcionar de una manera armoniosa, y, aunque usualmente termine siendo cursi, se debe sentir apropiado para el mundo en el que toma lugar esta historia.

La La Land es una pelí­cula del 2016 dirigida por Damien Chazelle, quien encabezó apenas su tercer proyecto cinematográfico. Este filme, que suma 14 nominaciones al Oscar, cuenta la historia de  Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz tradicionalista, y  Mia (Emma Stone), una aspirante a actriz, entre quienes, en medio de la persecución de sus sueños en la ciudad de Los Angeles, florecerá un romance especial.

La relación entre estos dos personajes es entretenida y, aunque no avanza tan lentamente como para explicar cada pequeño detalle, presenta suficiente de ella como para lograr involucrar emocionalmente al observador.

El principal fuerte de esta cinta es la manera mas centrada en la realidad en la que maneja a sus personajes: las decisiones que toman tienen sentido dentro del contexto en el que se encuentran, y la pasión y dedicación que mantienen en sus respectivas areas se puede sentir en cada momento del filme. Aunque al comienzo pareciera que ambos personajes son el centro de la cinta, se puede ver como el verdadero foco se encuentra en Seb, quien es mejor desarrollado a lo largo de la historia.

Algo que tiene La La Land, que pocas veces es presentado apropiadamente, es la manera en que explica la pasión de sus personajes, en especifico la de Seb, por lo que la audiencia capaz de entender por qué persigue con tanta pasion su sueño, cosa que, aunque sí­ se pueda sentir con respecto al personaje de Mia, termina siendo un poco inconsistente debido a momentos como el de su primera cita, en la cual Seb parece saber mas acerca del mundo del cine que la misma Mia.

La cinematografí­a es excelente, con tomas largas y escenas con pocos cortes, una excelente selección de locaciones y una paleta de colores pasteles muy llamativa, que parece mutar junto con la historia, adaptándose a sus cambios de tono.

La música fue compuesta por Justin Hurwitz y consiste de piezas de jazz, con vocales por Ryan Gosling, Emma Stone y John Legend, y es un sonido mas contenido que en el tí­pico musical. Las canciones que mas encapsulan el tono de la pelí­cula son Mia & Sebastian’s theme y City of Stars.

Claro está que cuando se habla de un musical el sonido deberí­a de ser lo mas resaltante. Aquí­ es donde se encuentra el problema de esta pelí­cula: si bien el tono mas reservado encaja con el realismo de los personajes, esta pareciera no poder decidir si es un musical o una cinta que gira en torno a la música. Esto se puede notar en la primera canción y escena de la pelí­cula, la cual encapsula el tono usual de un musical, pero  pareciera estar conteniendose para adaptarse a los protagonistas y pierde así­ una oportunidad para llevar la cinta a otro nivel, por lo que se podria incluso decir que es mejor film convencional que un musical.

La La Land es un respiro de aire fresco que intenta incorporar elementos modernos en el genero de los musicales, y que, aunque no sea tan memorable como Singing in the Rain o El Mago de Oz, es un tributo al cine clásico de Hollywood, que sin duda merece ser apreciado.

*Christian Hauer es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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