Carolina Sánchez.-
La crisis económica no sólo afecta a los seres humanos. Las mascotas, consideradas un miembro más de la familia, también se han visto acarreados por la difícil situación que actualmente atraviesa Venezuela.
Los privilegios y beneficios que otorgaban los dueños a sus fieles compañeros han disminuido de una manera patente, impactando mensualmente el bolsillo de los venezolanos desde principio de 2015.
“Creo que mantener cualquier mascota, tanto gato o perro, es sumamente costoso. No es sólo la comida, son las vacunaciones, las consultas veterinarias, y para los que tenemos muchos es muy cuesta arriba”, aseguró Andrea Armas, activista de Ayuda al perro callejero.
Alimento, peluquería, medicinas y accesorios son sólo una selección de todos aquellos requerimientos que varían de precio actualmente en el mercado. Sin embargo, todo esto va a depender de la raza, tamaño, pelaje y necesidades especiales.
 “En promedio ahorita para un perro grande –San Bernardo, Mastín Napolitano, Gran danés- al mes está alrededor de los 120 o 120 mil bolívares en sólo alimentación y, entre 60 y 80 mil bolívares para perros medianos”, explicó el médico Pragedis Villalobos, del Consultorio Veterinario El Hogar de La Mascot’s, ubicado en Baruta.
En diversas clínicas y tiendas agropecuarias están disponibles pocas marcas nacionales y algunas importadas con precios que varían dependiendo de los kilos del paquete.
“Un saco de perrarina de 25 kilos, de la marca más económica que está saliendo ahora en el mercado, para enero del año pasado costaba 11 mil 500 bolívares. La semana pasada me dijeron que el saco de esa misma perrarina viene para 45 mil bolívares. Y es el de 20 kilo ni siquiera el de 25”, agregó el veterinario.
Marit Pulido, dueño de una gata y tres loros, afirmó que el gasto mensual que hace en sus mascotas “varía constantemente».
“Con mi gata el kilo de gatarina vale de 8 mil a 22 mil bolívares, y para mis loros en estos momentos el kilo de girasol está en 3 mil bolívares aproximadamente; el kilo de parchita, 1 mil bolívares. Las vitaminas sí están costosas: 3 mil bolívares un frasquito. Alrededor, entre los cuatro, gastamos como 100 mil bolívares aproximadamente”, señaló.
Rafael Caruci es dueño de una perra y una gata. “Solamente en comida para mi perra gasto casi los 20 mil bolívares o un poquito más, comprándola cada 15 días. La gata, un costo de 7 mil bolívares. En total es como 50 mil bolívares mensualmente”, apuntó.
Subrayó que estos precios pueden compararse con el de la canasta alimentaria de la familia venezolana, o incluso llegar a superarla. “El alimento para animales se puede comparar con el de nosotros en cuanto a costos, ya que los mismos han ido aumentando de precio como resultado de la grave inflación que vivimos actualmente en el país, y sumado a esto la escasez en ambos casos”, aseguró Veruzca Rodríguez, propietaria de dos perros y una lora.
Muchos de los dueños han replanteado sus presupuestos. Incluso han tenido que solucionar comprando otras comidas para sus mascotas y así evitar que los altos costos impacten aún más la entrada de dinero.
En cuanto al servicio de peluquería, Villalobos, señaló que “perro pequeño varía entre 5 mil y 6 mil bolívares, y puede llegar a 7 mil bolívares si el perro está bastante descuidado. También va a depender del costo de los productos como el champú, el suavizante y los químicos antipulgas”.
El veterinario agregó que en cuanto costo de las vacunas, como la quíntuple, la séxtuple, la óctuple y la de la rabia, varía según las marcas.
“Ahora nos llegó la quíntuple y cada dosis de vacuna esta alrededor de los 50 mil bolívares, solamente la vacuna sin aplicación. La desparasitación tiene un costo de 800 bolívares”, indicó.
Sobre el servicio de veterinaria que presta su clínica comentó que “oscila entre los 3 mil bolívares, pero eso solamente es una simple revisión, un chequeo básico, ver que no tenga nada de manera superficial”.
Aseguró que el costo mensual para mantener a una mascota va a variar dependiendo del animalito que tenga el usuario y el cuidado que le proporcione.
* Carolina Sánchez es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.