Una cara de lo absurdo y genial que puede ser el cine

Rafael Pellicer.-

Swiss Army Man es protagonizada por Daniel Radcliffe y Paul Dano. Foto: Cortesí­a

Pocas son las pelí­culas que pueden llegar a ser muy absurdas y que lleguen tan lejos, pero Swiss Army Man lleva esto a otro nivel. La cinta protagonizada por Daniel Radcliffe y Paul Dano retrata la historia de un náufrago que a punto de suicidarse ve en la costa un cadáver y entabla una amistad con él, lo que más tarde le permitirá a ambos vivir grandes aventuras.

La pregunta del millón al ver esta pelí­cula es qué tanto puede hacerse en 90 minutos con un suicida y un cadáver. Sin embargo los ganadores a mejor dirección en el Festival de Cine de Sundance, Dan Kwan y Daniel Scheinert,  supieron qué hacer al respecto.

La pelí­cula es muy sencilla y lineal: son dos personajes en busca de llegar a la civilización y atraviesan varias situaciones que los van uniendo cada vez más como amigos. No es hasta el final del film que muchas cosas empiezan a tomar algo de sentido, pero a la vez surgen ciertas dudas.

En los últimos cuatro años Daniel Radcliffe ha intentado hacerse una nueva imagen en el mundo del cine fuera del universo de Harry Potter, lo que lo ha llevado a protagonizar pelí­culas como La dama de negro, Imperium y, ahora, Swiss Army Man. Paul Dano probó suerte con proyectos diferentes a mega producciones hollywoodenses como Cowboys and Aliens y 12 Years a Slave y apareció nuevamente en las pantallas de Sundance luego de su participación en Little Miss Sunshine.

La iluminación de la pelí­cula es sumamente sencilla debido a que todo fue filmado en exteriores y de dí­a. Solamente dos escenas fueron desarrolladas en un ambiente nocturno. Los efectos especiales son regulares, pero no se puede esperar más de una cinta independiente que evidentemente no tiene el mismo presupuesto que, por ejemplo, Transformers. Los pocos recursos disponibles fueron usados de manera inteligente al sumarle a cada uno un movimiento de cámara que les permitiese distraer la atención del espectador.

Para ser una pelí­cula con dos actores, donde uno es un cadáver que apenas puede hablar,  la cinta posee un guión que, aunque en ocasiones se puede tornar aburrido, logra retomar la atención del espectador de una manera rápida, con unos chistes que pueden ser tontos pero graciosos, hasta unos que llegan a ser un poco oscuros.

Cada personaje evoluciona de manera distinta a lo largo del film, cada uno a su manera. Por ejemplo Manny (Radcliffe) a medida que se va enamorando más y conociendo más de la vida empieza a revivir; mientras que Hank (Dano) con el pasar de los minutos se siente más nervioso de llegar a la civilización, pero con un deseo de estar allí­ de nuevo.

* Rafael Pellicer es estudiante de Comunicación Social de la UMA.

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