La magia vuelve a la gran pantalla

Christian Hauer.-

El mundo de Harry Potter regresa a la gran pantalla. Foto: Warner Bros.
El universo de Harry Potter regresa a la gran pantalla. Foto: Warner Bros.

Después de cinco años desde la despedida de la saga de pelí­culas más famosa del nuevo milenio, Harry Potter, J.K Rowling regresa con el screen play original para una nueva cinta, ambientada en el universo del joven mago pero 70 años en el pasado.

Animales fantásticos y dónde encontrarlos sigue la historia de Newt Scamander (Eddie Redmayne), un mago ingles con una fascinación excepcional por las criaturas mágicas, que arriba a Nueva York con un peculiar maletí­n de cuero y con el objetivo de llegar a Arizona. En este maletí­n se encuentra una increí­ble colección de criaturas mágicas, de todos los tamaños y caracterí­sticas únicas.

Cuando por accidente algunas de estas escapan Newt tendrá que explorar la ciudad junto con Jacob Kowalski (Dan Fogler), un no-mago; Tina Goldstein (Katherine Waterstone), una auror del Congreso Mágico de los Estados Unidos; y su hermana Queenie Goldstein (Fine Frenzy) para intentar devolverlas a su maletí­n y evitar la exposición del mundo mágico ante los muggles.

Desde el primer momento en que Newt entra en escena el espectador se puede sentir emocionado y ansioso por ver qué sucederá, principalmente porque se trata de una pelí­cula en el universo de Harry Potter y ese nombre es suficiente para generar altas expectativas, pero incluso con todo eso en cuenta logró superarlas.

Esta pelí­cula merece respeto debido a que es capaz de cargar su propio peso sin la necesidad de vivir del nombre de su franquicia, un error del cual muchos directores no aprenden: véase el caso de la enorme cantidad de remakes que se han producido estos últimos años. La pelí­cula no trata de usar las cosas que ya conocemos para ganarse nuestro aprecio, sino que las aprovecha para ahorrarse el tiempo de exposición en cuanto a la magia y así­ poder explicar y presentar de una manera más eficaz el nuevo setting y a su vez este interesante mundo de criaturas mágicas que solo habí­a sido ligeramente tocado en las cintas de Harry Potter.

Aunque no se puede negar el gran papel que jugó Rowling en el desarrollo de esta pelí­cula, los actores no pueden irse sin recibir algún tipo de halago, en especial Dan Fogler y Colin Farrell. Dan Fogler, en el papel de Jacob Kowalski, fue una sorpresa, comenzando porque puede ser visto como el personaje de la audiencia, es decir, un perfil externo al mundo de los protagonistas usado como objeto al cual explicarle lo que sucede. Sorprendió porque se sintió como una adición natural a la cinta, en ningún momento apareció como alguien innecesario y más bien es quien logró sacar las mejores risas en la pelí­cula.

Colin Farrell actúa como el antagonista y, aunque no aparezca mucho en escena, cuando lo hace se roba el show. En cuanto a Eddie Redmayne, Newt Scamander se convierte en el personaje favorito de este crí­tico, no solo porque es excéntrico y un poco torpe socialmente, sino porque su amor por sus criaturas es conmovedor y se ve claramente sin necesidad de ser mencionado en la cinta.

La pelí­cula fue dirigida por David Yates, quien otra vez ha probado ser capaz de traer este universo a la vida. Esta cinta superficialmente se aleja del tono más oscuro que tuvieron las últimas historias de Harry Potter, optando un poco por un toque más cómico. Sin embargo, en el fondo hay un tema más serio y oscuro que refleja muchos de los problemas de la sociedad estadounidense.

El soundtrack fue compuesto por James Newton Howard, quien elabora el primer trabajo para esta franquicia. Mantiene un sonido similar al de los primeros capí­tulos de Harry Potter, con esa misma sensación de presentarnos un mundo desconocido y magnifico, realzando su belleza en el camino. Algo atractivo también es la falta de música en algunas partes de tensión, en vez de ir por un sonido que te obligue a sentir de cierta manera. La canción que encapsula el tono de esta pelí­cula es Inside The case.

Un pequeño detalle que hay añadir es que los efectos especiales de las criaturas dejaron un poco que desear. No son malos, ni quitan mérito a la pelí­cula, pero no están a par con lo que la tecnologí­a de hoy en dí­a es capaz de producir.

Esta pelí­cula se sostiene en sí­ misma, presentándonos un setting interesante, con personajes tridimensionales (en cuanto a personalidad, historia), actuaciones formidables y un buen soundtrack. Introduce al espectador a una nueva saga sin necesitar de sus futuras secuelas para contar su historia propiamente y recompensa a las personas por prestar atención a los detalles.

* Christian Hauer es estudiante de Comunicación Social de la UMA.

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