Freddery Díaz.-
En las ligas de fútbol europeas, la brecha salarial entre un grupo de equipos y otro genera una división entre ellos, por lo que hay equipos que pelean por el descenso, otros por el acceso a la Europa League, y un último, que es el que menos varía, que busca el título. Popularmente este grupo es denominado “Big Four”, dado que en la mayoría de los casos son cuatro equipos los que se alternan las posiciones de vanguardia. Un ejemplo muy claro se vio en la Premier League británica a principios de década, donde los títulos se los repartieron Chelsea, Arsenal, Manchester City y Manchester United.
Sin embargo en el béisbol, que es tan cambiante y donde cualquiera puede ganar un juego, es poco común ver un grupo de equipos que constantemente se mantenga en la pelea por la corona, sino que la gran mayoría de los conjuntos de la liga apuntan a la gloria. Pero las circunstancias vistas en los últimos años en la LVBP hacen pensar que un Big Four puede nacer.
Incluyendo esta, las últimas dos campañas verán en las primeras cuatro posiciones a Cardenales de Lara, Leones del Caracas, Caribes de Anzoátegui y Navegantes del Magallanes, que no le han dado tregua al resto de las novenas venezolanas. En ambas temporadas los cuatro avanzaron a semifinales de forma similar, mientras que Tigres de Aragua, Bravos de Margarita, Tiburones de La Guaira y íguilas del Zulia se han quedado fuera de la fiesta sin oportunidad de replicar.
Caribes se han acostumbrado a la gloria, ya que han ganado tres títulos en esta década (más que ningún otro) y ha estado al menos en el cuarto lugar en los últimos nueve años. Y particularmente en los últimos dos campeonatos han resucitado de las cenizas cual Fénix: tras pasar gran parte de la temporada fuera de la clasificación, repuntan en diciembre para meterse en la fiesta de enero. Los peligrosos bates de Willians Astudillo, Luis Jiménez, Alexi Amarista, Tomás Telis y Balbino Fuenmayor han sido clave en esa dictadura que han montado los orientales, que parecen decididos a no dejarse eliminar por nadie.
Cardenales ha pasado de un equipo frágil y débil en la primera parte de esta década para convertirse en uno de los conjuntos más dominantes de la liga. Con el grupo de cubanos y dominicanos jugando con ellos (Rangel Ravelo, Jorge Martínez, David Martínez, Alejandro de Aza) y los aportes de los criollos Carlos Rivero, Ildemaro Vargas, Juniel Querecuto y William Pérez, los dirigidos por José Moreno han ganado más juegos que ningún otro desde 2016 (112-76), aunque el título se les ha hecho esquivo en las últimas dos finales.
Magallanes salió de una sequía de 11 años sin títulos en 2013, y a partir de ahí ha estado constantemente involucrado en la batalla por la corona. Campeón en 2014, finalista en 2015 y 2016 y semifinalista en 2018, los Navegantes han sido uno de los equipos más importantes de la década en Venezuela, y este año regresan a la semifinal gracias a la resurrección de Wilfredo Boscan, la buena dirigencia de Luis Dorante, el brazo seguro en los innings finales de Pedro Rodríguez, las oportunas conexiones de Ronny Cedeño, el Novato del Año Moisés Gómez, Luis Arráez y el colombiano Reynaldo Rodríguez y, sobre todo, los kilométricos cuadrangulares de Delmon Young, principal candidato al Jugador Más Valioso.
Leones es el miembro más reciente de este Big Four. Con una sequía de nueve años sin un título, y luego de pasar por tres campañas de resultados decepcionantes (séptimos en 2015, sextos en 2016, octavos en 2017), la llegada de Mike Rojas a dirigir la cueva ha rejuvenecido a los melenudos, que han mantenido la competitividad los últimos dos años, llegando a semifinales en ambos. Los lanzadores Luis Díaz, Albert Suárez, Craig Stem y Miguel Socolovich, junto a los toleteros Félix Pérez, Harold Castro, Wilfredo Tovar, Franklin Gutiérrez y Harold Ramírez son las armas principales de los capitalinos en busca de lograr el vigésimo primer título.
Este grupo de semifinalistas ya se ha visto tres veces en la década: en el 2013 (Magallanes campeón en 7 juegos contra Lara; Anzoátegui tercero con 8-8, Caracas cuarto con 7-9), en el 2018 (Anzoátegui campeón en 6 juegos contra Lara; Caracas tercero con 5-6, Magallanes cuarto con 2-8) y en este 2019, con ambas series empatadas a un triunfo por bando.
Para la próxima semana dos de estas novenas ya no estarán en competencia. Y las cuatro posibles finales lucen espectaculares. ¿Serán Lara y Caribes quienes tendrán revancha de lo sucedido en 2018? ¿Magallanes chocará con los orientales para su tercer choque decisivo? ¿Crepusculares y capitalinos se medirán por octava ocasión en la final más repetida de la liga? ¿O serán los eternos rivales los que se disputen por cuarta vez la gloria máxima de la LVBP? Solo falta esperar.
Freddery Díaz es estudiante de la Universidad Monteávila