Freddery Díaz.-
El béisbol invernal (Puerto Rico, México, República Dominicana y Venezuela) es extraordinariamente corto. Con ligas que van desde los 40 hasta los 68 juegos por temporada, no hay demasiado tiempo para experimentar o desarrollar jugadores; o se juega para ganar o a esperar hasta la otra temporada.
Además, el porcentaje de equipos clasificados es muy elevado en relación con los conjuntos que juegan. En la LVBP y la LMP (Liga Mexicana del Pacifico) clasifican a playoffs seis equipos de ocho, para un porcentaje de 75%. En la LIDOM (Liga Dominicana) avanzan a postemporada cuatro equipos de seis, el 66,7% de los implicados y en la LBPRC (Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente, de Puerto Rico) avanzan 3 de 4, también el 75%. Con una posibilidad de éxito tan alta, es inexcusable que un equipo quede eliminado.
Por lo tanto, la gerencia de los equipos hace todo lo posible para mejorar su posición si el conjunto está jugando muy mal, desde hacer cambios de jugadores nativos, hasta traer nuevos importados. Pero si la situación sigue sin mejorar, proceden a hacer algo que no quisieran: despedir a miembros del cuerpo técnico, principalmente a los entrenadores.
En Venezuela, los cambios de mánager en medio de la temporada son algo común, y en muchas ocasiones han generado los resultados que el equipo espera. Frank Kremblas despertó a los Leones en 2012, después de una complicada gestión de Rick Sweet. Ariel Prieto llevo a Caribes a Playoffs en 2011, a pesar de que su antecesor, Julio Franco, hizo a los orientales campeones el año anterior. Y en enero de 2014, Carlos García reasume como manager del Magallanes tras la salida de Luis Sojo, teniendo una postemporada espectacular y ganando el titulo con los eléctricos.
Este año dos dirigentes ya han sido destituidos. Ramón Hernández, en su primera experiencia como mánager, salió de los Tigres de Aragua con 9 ganados y 14 perdidos el 12 de noviembre, con su equipo fuera de la clasificación. El mismo día Navegantes del Magallanes despide a Omar Malavé, quien exhibía record de 11-13 al momento de su salida. Oscar “El Cachi” Salazar y Luis Dorante son los sustitutos.
Ambos han demostrado ser una inyección de stamina a las novenas. Con Dorante al mando, Magallanes tiene marca de 11-3, pasando del sexto lugar al segundo, a solo medio juego de la cima, que hoy ocupa Cardenales de Lara. El pitcheo, principal debilidad de los carabobeños, cambió de la tierra al cielo, dándole oportunidad a su poderosa ofensiva, liderada por Delmon Young, para arrasar con todo. Las incorporaciones de Andrés Eloy Blanco y Reynaldo Rodríguez ayudaron mucho también.
Los Tigres todavía siguen luchando en la parte baja de la tabla, aun con muchos inconvenientes a la hora de producir carreras (son el equipo con la peor ofensiva, con .253), pero con Salazar a cargo se han visto mejoras en su juego. Los rayados han ganado 7 de 12 desde que Salazar está en el puesto.
La destitución de managers es algo que ningún equipo desea, puesto que eso significa que el hombre al que se le dio la confianza para guiar la novena en la temporada no ha cumplido con su labor. Habrá que esperar para saber si Dorante y Salazar pueden ser los hombres capaces de darle a Navegantes y Tigres las satisfacciones que ellos desean.
*Freddery es estudiante de la Universidad Monteávila