Trapani: La migración afecta en mayor medida a los niños

Carlos Trapani

Génesis ílvarez/ Oriana Arrioja

Fotografí­a: Contrapunto/El Espectador.-

El coordinador general de Cecodap, Carlos Trapani, explicó que el gran afectado por el importante proceso migratorio que vive el paí­s en los últimos años son los niños, ya que “ellos son los que sufren la mayor repercusión”.

“Las migraciones tienen un impacto determinado en los niños, ya que al pasar por esta etapa a tan temprana edad dejan atrás su niñez”, sostuvo el coordinador al resaltar los riegos que contrae este proceso, que según las Naciones Unidas involucra a más de tres millones de venezolanos en los últimos dos años.

El representante de la organización civil fue enfático al señalar que en este de fenómeno existen dos tipos de migraciones: la acompañada, en la que el niño se va con sus padres, y en la que migran los padres y dejan al niño atrás, mientras buscan un mejor futuro.

En la mayorí­a de estos casos el menor resulta afectado no solo emocionalmente sino social y jurí­dicamente, al parecer de Trapani, quien indicó que entre las consecuencias directas para los pequeños de la familia está el sentimiento de abandono y la paternidad a distancia.

El coordinador general de Cecodap recordó las recientes cifras publicadas por Fe y Alegrí­a en la que se deja constancia que al menos cuatro mil 444 niños que forman parte de las 170 instituciones educativas de esta organización han sido “dejado atrás”, lo que afecta la estabilidad emocional de los pequeños.

El abogado rechaza el cí­rculo de desmejora social que vive el venezolano promedio y que lo ha obligado a buscar nuevos horizontes, en busca de una mejor calidad de vida.  “Los jóvenes de hoy en dí­a no tienen una visión a futuro ni algo que los motive para lograr progresar y crecer, esto es alarmante ya que ellos son la generación de relevo y la esperanza de este paí­s”, agregó.

Migración

Recordó que la organización donde trabaja ha documentado este año casos donde los niños de ciertos colegios se prestan el uniforme para poder asistir a clases, lo que implica que un dí­a va un niño y al dí­a siguiente va el otro.

Asimismo, conoce de personas que se han dado a la tarea de borrar cuadernos enteros para cumplir con los útiles escolares, sin contar que la falta de transporte obliga a los jóvenes a caminar largas distancias para llegar a sus colegios, donde también se ven afectados por la falta de docentes.

Para Trapani la principal violencia que enfrenta la niñez y la juventud venezolana es la social, donde la mayorí­a de los casos se manifiesta de modo interpersonal porque se pone en riesgo el desarrollo del crecimiento, sin dejar de contar la violencia sexual, escolar, familiar que se sufre en la actualidad.

De acuerdo con el último informe publicado por Cecodap al menos 1.134 niños y adolescentes fueron asesinados el año pasado, mientras que 4.852 fueron ví­ctimas de la llamada violencia estructural, que atañe al incumplimiento de los derechos sociales y la falta de polí­ticas sociales básicas relacionadas con los menores.

“Se incluyen casos que van desde las muertes de niños por desnutrición, o por insalubridad o falta de medicinas en los servicios sanitarios, niños intoxicados al comer basura, la imposibilidad de conseguir vacunas, casos de niños con enfermedades crónicas que no reciben tratamientos, entre otras incidencias que sólo pueden ser calificadas como violencia”, se lee en el informe Somos noticia presentado en octubre de este año.

Cuando se habla de garantizar el derecho de los niños es que tengan las mejores condiciones para que alcancen las máximas potenciales capacidades para que se desarrollen de forma sana”, afirmó el coordinador general de esta organización que tiene 34 años trabajando en la promoción de los derechos de los niños y adolescentes.

*Génesis ílvarez es estudiante de la Universidad Monteávila

*Oriana Arrioja es estudiante de la Universidad Monteávila

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Pluma