Alessandra Chomiak.–
La escasez de medicamentos y de otros elementos clínicos necesarios para muchos pacientes es un factor clave dentro de la crisis humanitaria que se vive actualmente en el país. Cada vez es más notoria la difícil situación de personas cuya calidad de vida está ligada al consumo de medicinas y, en algunos casos, la falta de estas puede implicar hasta la muerte.
Los trasplantados no escapan de esta realidad y son uno de los eslabones más delicados de una cadena donde la desesperanza gana cada vez más terreno. Un individuo que se realiza un trasplante de órgano presenta una mayor vulnerabilidad, la continua necesidad de ingerir fármacos específicos se vuelve entonces una obligación de por vida.
En la medicina existen dos perdurables riesgos que conviven con el trasplantado a partir del primer día post operatorio: el contraer una infección y el rechazo del órgano, siendo ambos un arma de doble filo, indica Francisco Valencia, presidente de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y a la Vida (Codevida) y fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela, quien vive en carne propia este escenario, hace 17 años se realizó un trasplante renal.
El especialista explica que el paciente debe ingerir una serie de medicamentos llamados inmunosupresores, que son los que permiten que el organismo regule su reacción frente al órgano trasplantado con el fin de que este no sea rechazado por el propio cuerpo. Otro riesgo es que el uso de estos fármacos influye directamente a que el trasplantado sea más propenso a obtener infecciones y enfermedades.
En este sentido, los trasplantados del país se manejan entre una delicada línea entre la vida y la muerte, un continuo juego de azar entre las posibilidades de supervivencia en frente a una crisis humanitaria que se vive en la actualidad venezolana.
El cambiar la dosis, el dejar de ingerir los fármacos indicados por el médico y hasta el intercambio de medicinas por la escasez pueden traer un fatal final para quien tuvo que salvar su vida por medio de un trasplante, especifica el representante de Codevida, quien destaca que en el país hay alrededor de 3.500 personas trasplantadas que necesitan diariamente diferentes dosis de medicina.
El experto recuerda que la situación para los trasplantados se volvió crítica desde el 2016, cuando fue cada vez más cuesta arriba la realización de trasplantes en el país y se manifestó, en mayor medida, la dependencia de las importaciones de fármacos.
La inflación y la escasez de los medicamentos e insumos, como los filtros de diálisis y los inmunosupresores como la Ciclosporina y el Tacrolimus, son una de las situaciones que a diario viven los trasplantados en el país, acota el experto.
Agrega: “Ya son 30 casos de rechazos durante este inicio de año, de los cuales siete trasplantados fallecieron. Y va a aumentar el número de casos si no se trata a tiempo la falta de medicinas en el país. Hasta ahorita hay alrededor de 300.000 personas con enfermedades crónicas”.
Por su parte, Carmen Luisa Milanes, asesor médico de la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV), acota que durante este año y el año pasado no hubo donantes cadáveres. “El programa de donante fallecido está paralizado y no se realizan trasplantes con ese tipo de donantes y en cuanto a trasplantes con donantes vivos los niveles se mantienen muy bajos”.
Según un artículo de la revista de la ONTV la cifra de donantes logró llegar en 2012 a 4,52 donantes por un millón de habitantes; sin embargo, tuvo bajó a 3,71 donantes por millón de habitantes a partir del 2013. Para el 2014 el Ministerio de Salud se encargaría de contar con los datos por medio de la Fundación Amigos del Enfermo Hepático (Fundahe) que aún .no presenta medidas para solucionar la crisis que actualmente viven los venezolanos y sigue siendo un cabo suelto entre la diversidad de problemas que se ven en Venezuela.
Otro sector de la población que padece gravemente la falta de medicamentos es los portadores del virus del HIV, quienes necesitan de los retrovirales para mantener su calidad de vida y luchar contra la enfermedad.
En este sentido, Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria, fundador de Codevida y  activista de los derechos humanos, señala en relación con la entrega de los medicamentos que en los últimos meses ha comenzado a fluir de mejor manera la entrega de medicinas donadas por otras instancias.
“Suponemos que el gobierno ha preferido voltear a otro lado y dejar que pase las medicinas donadas, estas que vienen por distintos servicios, porque saben que la ayuda es necesaria. Desafortunadamente a veces alguien puede traer en una maleta desde cualquier país del exterior y hay funcionarios que por corrupción sacan esas medicinas e impiden que pase, pero también hemos encontrado lo contrario, funcionarios muy sensibilizados por la sensación y dejan que la medicina ingresa”, señala Reyna.
El experto reconoce que a pesar que la ayuda ha estado fluyendo “más o menos bien”, estos servicios que llamó de “puerta a puerta” son de un alcance muy limitado ante el tamaño de la situación y de la gravedad que vive el país.
Reyna lamentó que grandes sumas de dinero que estaban destinadas a la recuperación del sistema de salud del país fueron despilfarradas en actos de corrupción y hoy se viva la crítica situación que pone al filo de la muerte a muchos venezolanos.
*Alessandra Chomiak es estudiante de la Universidad Monteávila
*Mary Ann González es estudiante de la Universidad Monteávila