Francisco Coronel Mejías.-
Hoy comienza el periplo arbitral de la Universidad Monteávila, en Washington, donde se pondrá a prueba la preparación de seis jóvenes estudiantes de esta casa de estudio en temas vinculados con el derecho y demostrarán su capacidad para mediar en áreas delicadas, de alto nivel, en la Quinta Competencia de Arbitraje Internacional de Inversión a realizarse en Estados Unidos.
Carlos Sandoval, de segundo año de Derecho de la UMA, explicó la importante oportunidad que implica para el grupo esta experiencia al mismo tiempo que dio las directrices para llevar adelante el proyecto arbitral.
El joven señaló que la competencia desarrollada en los Estados Unidos es una competencia bajo la modalidad de arbitraje de inversión, luego de explicar que existen tres tipos de arbitraje: el de Estado – Estado, el de Inversionista – Inversionista y el arbitraje de inversión, que es Inversionista – Estado.
“Nosotros teníamos un tiempo queriendo hacer la competencia nacional. Sin embargo, nos enteramos tarde de las fechas y ya habían pasado. Estábamos un poco desilusionados y luego de investigar encontramos esta oportunidad en Washington. Mi compañera Corina se encargó de buscar a la gente, de buscar al profesor, de montar todo”, aseguró Sandoval a propósito de cómo fue que inició el proceso de la competencia.
Para María Corina Domínguez, también estudiante de 5to año de Derecho, el arbitraje es el Derecho del futuro, un método de resolución de conflictos y controversias mucho “más justo, equitativo y eficaz”, siendo esas las razones que a ella y al resto del grupo motivaron principalmente a participar en la competencia.
Los estudiantes de Derecho aseguraron estar contentos con la preparación que han tenido hasta ahora, y que si bien nunca se puede estar cien por ciento satisfecho creen que cuentan con lo necesario para dar la talla y dejar el nombre de Venezuela y de la Universidad Monteávila bien en alto.
En relación con su participación en este evento de arbitraje Domínguez señaló que ya les fue otorgado un caso hipotético, donde un inversionista demanda a una república “por una supuesta expropiación indirecta, por un trato no justo y no equitativo, discriminatorio”.
En función de esto los jóvenes tendrán que variar en los roles, ya que en determinados momentos tendrán que asumir tanto el de demandante como el de demandado. “Tenemos que tomar postura para defender al demandante y también para defender al demandado.”
Domínguez explicó que la competencia se desarrollará desde el 12 hasta el 16 de marzo en Washington y consta de cuatro etapas. Unas rondas generales, en las cuales han de debatir contra dos estados que los demandan y demandar a otros dos. Luego pasan a eliminatorias, para luego entrar a semifinales y se culmina con las finales.
El grupo de la universidad estará representando en pleno por Carlos Nelson Carleles, Juan Andrés Brewer, Carlos Manuel Sandoval, Luigi Di Scipio, Gabriel Díaz, Samuel Soares, María Corina Domínguez, Daniela León, Daniela Urdaneta, Andrés Santillán y Gustavo Bernal, entre profesores y estudiantes.
“Van a participar 16 universidades, incluyendo la UMA. Estas 16 universidades están dentro del ranking de las 1000 mejores universidades del mundo, por eso tenemos un reto bastante grande. Nuestro equipo está conformado por cinco estudiantes de quinto año de la UMA y uno de segundo año”, comentó la estudiante.
Entre las actividades que se realizaron previas al evento se llevó a cabo el pasado 1ero de marzo un simulacro arbitral en el auditorio principal de la Universidad Monteávila (UMA), con el propósito de ayudar en las preparaciones al equipo de estudiantes de Derecho que participarán en esta competencia de arbitraje internacional de inversión.
El tribunal arbitral estuvo conformado por uno de los fundadores de la firma Altum Abogados, Alfonso Porras, quien fungió como árbitro de la parte demandada; por el socio del escritorio jurídico Araque, Reyna, Sosa, Viso &Pittier, Luis Araque Benzo, árbitro del lado de los demandantes, y por el profesor de Derecho Internacional Privado Eugenio Hernández-Bretón, quien presidió el tribunal arbitral.
Los estudiantes de Derecho se dividieron en dos grupos de tres, representando uno de ellos a la República de San Marcos, que era los demandados, y el otro a la compañía EnergyMatrix Inc., los demandantes.
En el simulacro, la demandante alegó tener un contrato que representa una inversión y que dicha inversión se le expropió sin una justa indemnización. Los demandados argumentaron que no existía inversión ni hechos violatorios en los que puedan basarse para afirmar que se hizo una expropiación indebida.
Para llevar a cabo el juicio, la parte demandada y la demandante contaron cada una con 30 minutos para presentar su caso, y con 10 de derecho a dúplica y réplica.
El simulacro concluyó sin ningún ganador, pues su objetivo era el de corregir aquellas fallas que el equipo pudiera tener y aconsejarles sobre los aspectos a reforzar.
*Francisco Coronel Mejías es estudiante de la Universidad Monteávila