Oriana Rondón/Victoria Rincón
Bárbara Nieves, iicenciada en Nutrición y Dietética, denuncia que la dieta de Maduro se traduce en pasar hambre, comer de forma incorrecta y sobrevivir a las enfermedades que origina. Al parecer de ella, la principal causa de ésta es la ausencia de sustento económico para comprar alimentos.
“Todos los días mis pacientes me detallan sus historias, sus dificultades alimentarias y sus plegarias; a la mayoría no le alcanza su sueldo para abastecer su hogar, compran lo poco que pueden y esto, generalmente, es puro carbohidratos”, relata la nutricionista.
La egresada de la UCV asegura que sus pacientes ingieren principalmente alimentos económicos y rendidores, como lo son arroz, pasta y harina de maíz; en cuanto a los demás alimentos, revela que, cuando pueden adquirirlos, deben elegir en qué gastar sus ingresos: en verduras o en carne, no pueden comprar ambas.
En este sentido, Nieves asevera que en el plato de las personas escasea la proteína y muchas veces ni siquiera se consumen. Asimismo ocurre con los vegetales, granos y frutas. «Existe un gran déficit de vitamínica y proteínas. Solo se consumen los rubros alimentarios que son los más densos en calorías y más pobres en nutrientes, y esto está ocasionando innumerables problemas de salud en familias enteras”, declara.
La nutricionista clínica indica que las enfermedades crónicas, tales como hipertensión arterial, desnutrición, cáncer, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, etc., son manifestaciones asociadas con la alimentación inadecuada.
“La consecuencia entre el exceso de ciertos grupos alimenticios y el déficit de otros varía según la persona”, informa la nutricionista. Indica, refiriéndose a las personas adultas, que el exceso de carbohidratos origina la diabetes, el exceso de sal suscita la hipertensión arterial y el exceso de calorías produce la obesidad.
Nieves sostiene que en los niños es común la desnutrición puesto que, del índice calórico que deberían consumir, ingieren máximo la mitad. «El grado de deficiencia nutricional que existe es muy grande. Lo que comen los niños su organismo lo asimila para mantenernos de pie, pero no para nutrirlos y tener buena salud», avala.
Al finalizar, la nutricionista recalca la importancia de que sus colegas, al igual de que lo hace ella, colaboren con fundaciones para proporcionar atención nutricional a las personas que padecen alguna de estas enfermedades a causa de la llamada dieta de Maduro.
En este mismo sentido se pronunció Ana Adames, nutricionista, al señalar que la dieta del venezolano es monótona y desequilibrada, independientemente de su extracto social, Â debido a que las personas están comiendo lo que se consigue y lo que se puede comprar.
“Si se consigue pasta se mantiene comiendo ese mismo alimento por varios días, hasta que se agote y así, sucesivamente, está ocurriendo con otros alimentos”, señaló.
La experta explica que de acuerdo con cálculos extraoficiales para el 2015 la desnutrición infantil en Venezuela alcanzaba al 10% de la población, pero ya a principios de este año esta cifra ascendió dramáticamente a 72%, debido al poco consumo de alimentos que condicionan el crecimiento de los más pequeños como leche, pollo, carne y pescado, al parecer de Adames.
“También nos preocupa la carencia del ácido fólico, un nutriente crítico durante el embarazo, ya que, de no consumirlo, puede generar una deficiencia y desarrollo de malformaciones y defectos en el tubo neural, tales como la espina bífera y el labio leporino”, señaló la experta.
La egresada de la Universidad Central de Venezuela, al igual que su colega Nieves, mostró su preocupación por las huellas que indeleblemente va dejando esta situación al venezolano promedio. En algunos casos las consecuencias son más que claras e irreversibles.
*Oriana Rondón es estudiante de la Universidad Monteávila
*Victoria Rincón es estudiante de la Universidad Monteávila