Yanuacelis Aure.-
El viernes 31 de marzo un grupo de manifestantes efectuó un asalto al Palacio Legislativo paraguayo, ubicado en el centro de Asunción, tras enterarse de que había sido aprobada la posibilidad de habilitar la reelección del presidente Horacio Cartes, quien lleva mandando desde el año 2013.
La protesta terminó con el Congreso incendiado, varios heridos, alrededor de 200 detenidos y la muerte de Rodrigo Quintana, joven de 25 años y líder de la juventud del Partido Liberal, quien fue asesinado por efectivos policiales que entraron disparando a los miembros reunidos en la sede de la agrupación política.
La reelección presidencial no está permitida en Paraguay desde 1992, tras la caída del gobierno militar de Alfredo Stroessner. Sin embargo, el Partido Colorado ha impulsado el proyecto de reelección para que Cartes pueda continuar gobernando después del año 2018, pero esto también ha generado oposición dentro de la mismo tolda porque Mario Abdo Benítez, quien también pertenece a la agrupación, convocó la manifestación junto a Efraín Alegre, presidente del Partido Liberal.
La situación política de Paraguay es una prueba más de que la extensión del mandato presidencial está más vigente que nunca en la política de América Latina, no sólo por el caso de Hugo Chávez Venezuela sino también en otros países de la región.
“En América Latina está muy presente una tradición de presidentes que se quieren extender, tanto en el tiempo como en el alcance del poder. Para evitar el caudillismo, los países inventan las restricciones“, aseguró al medio alemán DW (Deutsche Welle) el politólogo Javier Corrales, del Amherst College de Massachussetts.
Corrales hizo énfasis en que la democracia necesita alternancia en el poder. “Es muy fácil para un presidente acumular poder institucional con el tiempo. Esto es una lección que aprendió Latinoamérica en el siglo XIX. Mientras más tiempo se mantiene un mandatario en el poder, baja su popularidad, pero aumenta su capacidad de control de las instituciones, lo que impide que sea derrotado“, señaló.
En el caso de Colombia no existía la reelección hasta el 2004, cuando el entonces presidente ílvaro Uribe promovió una reforma constitucional para permitir una renovación inmediata del mandato, habilitándolo en el 2006 ser reelecto presidente de su país. Sin embargo, la Corte Constitucional colombiana le negó a Uribe un tercer mandato. Esto permitiría la llegada del actual presidente Juan Manuel Santos con las elecciones de 2010 y para un segundo período presidencial en el año 2014. A pesar de haber tenido dos períodos presidenciales, Santos prometió eliminar la reelección presidencial.
Un caso parecido al del chavismo se da en Nicaragua con Daniel Ortega, quien, después del triunfo de la revolución sandinista, ejerció el poder entre 1979 y 1990, para regresar a la presidencia en el 2007.
En el 2014 los sandinistas aprobaron una reforma constitucional que permite la reelección indefinida en la nación nicaragí¼ense. El año pasado Nicaragua celebró elecciones sin contar con observadores de la OEA, ni con la participación del partido opositor, lo que permitió a Ortega garantizar un nuevo período al mando del país.
En cambio en Argentina se vio el fenómeno de la “reelección conyugal”, ya que primero gobernó Néstor Kirchner hasta el año 2007 y luego vendría su esposa Cristina Fernández de Kirchner para el período siguiente, permitiendo así la extensión del kirchenerismo.
En Argentina la reelección presidencial se habilitó en la reforma constitucional de 1994, impulsada por el entonces presidente Carlos Menem.
Este mismo fenómeno fracasó en Guatemala, donde hay una restricción total en cuanto a la reelección, ya que el presidente ílvaro Colom intentó reelegirse y debido a que los tribunales se lo impidieron buscó lanzar a su esposa como candidata y para ello se divorció de ella, pues la Constitución guatemalteca impide que los parientes cercanos al presidente puedan postularse.
El actual presidente de Bolivia Evo Morales lleva en el poder desde el año 2006 y la Constitución boliviana del 2009 establece un máximo de dos mandatos consecutivos, pero en el año 2013 una polémica ley le permitió aspirar a un tercer período presidencial, convirtiéndose en presidente hasta el año 2020.
En Ecuador, en cambio, Rafael Correa gobernó en su país desde el año 2007 e impulsó un cambio constitucional que limita a dos los mandatos presidenciales consecutivos. Está por verse si el reciente electo presidente Lenin Moreno pretende seguir con el legado de su antecesor o prefiere tomar otro rumbo político.
* Yanuacelis Aure es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.