Francisco Coronel Mejías.-
Para muchos el mes de diciembre tiene un carácter especial por ser aquel donde se celebra la Navidad. Es una época que invita a la gente a compartir, convivir, alegrarse y romper con la rutina del tiempo ordinario. La Navidad, dependiendo de cada individuo, familia, sociedad y cultura, se celebra de formas diferentes y está impregnada de un conjunto de tradiciones diversas. Los estudiantes de la Universidad Monteávila (UMA) relatan sobre la manera en que ellos y sus seres queridos festejan estas fechas.
Para el estudiante de 2º año de Comunicación Social, Sebastián Chacín, la Navidad es una fiesta como cualquier otra, con la particularidad de ser una celebración mucho más familiar y que causa mayor emoción en la gente.
Chacín comentó que, en Navidad, su familia monta el arbolito, decora la casa, hace hallacas y reza con la Corona de Adviento. El 24 y 25 de diciembre él y sus parientes más cercanos celebran en Valencia, donde vive la mayoría de su familia materna. Manifestó que el preparar hallacas en diciembre y hacer intercambio de regalos son costumbres muy arraigadas en su hogar. Generalmente se entregan los presentes por medio de distintos juegos y dinámicas, como el amigo secreto.
El estudiante aseguró que los 31 de diciembre prefiere compartirlos con sus amistades, algo que, según señaló, no le causa molestia a sus padres. Cuando logra reunirse con sus amigos van al Club Camurí Grande de la Guaira y celebran allí.
La alumna de 3º año de Administración, Jennifer Rodríguez, opinó que la Navidad es una época para compartir con la familia y amistades, y que le brinda esa excusa para reunirse con sus seres queridos, regalarles algo y alegrarse un poco la vida, algo tan necesario en una situación como la que afecta hoy en día al país. Aseveró que es el mes donde más reflexiona sobre sí misma y sobre los cambios que quiere en su vida.
Rodríguez explicó que su familia hace de todo en Navidad, desde las decoraciones hasta la comida: hallacas, bollos, ensalada de gallina, pan de jamón y en especial mucho dulce. Relató que acostumbran a preparar las llamadas “carabinas”, que son unos bollos rellenos de caraotas, típicos de la región andina. Esa tradición viene por parte de su abuelo, quien nació en Trujillo.
Todos los 24 y 31 de diciembre la familia se junta para cenar. Rodríguez manifestó que, últimamente, las reuniones son más pequeñas porque muchos se han ido del país, razón por la cual empezaron a integrar a los amigos más cercanos. Rodríguez contó que en sus navidades es tradición, luego de las cenas, cantar karaoke, lanzar los globos de deseos y sacar a pasear las maletas para favorecer las posibilidades de viajar en el próximo año.
Michelle Krivoy, quien cursa 4º año de Comunicación Social, declaró no celebrar la fiesta de Navidad ya que profesa la religión judía y la festividad del 25 de diciembre, para ella, no posee significado alguno. Sin embargo, aseguró que con su familia sí se unen al espíritu decembrino, dan regalos a los niños y preparan la comida típica venezolana de esta fecha, como las hallacas, bollos, tortas, panes y demás. Para los judíos está prohibido comer jamón y lo reemplazan con pavo, pollo o algún otro tipo de carne que haya sido preparada por el método Kosher.
Krivoy comentó que sus reuniones familiares de diciembre son mucho más cerradas, a diferencia de las que suelen hacer quienes celebran la Navidad. La excepción a esta regla es el 31 de diciembre, fecha que es celebrada por todos sus seres queridos porque se da inicio al nuevo año.
Según la estudiante, lo que para los cristianos es el mes de diciembre para los judíos lo es el de septiembre u octubre, cuando, acorde con su calendario, se celebra el año nuevo judío. Durante todo el mes abundan las festividades, por lo cual la familia entera busca juntarse. Es una época espiritual y tradicional, en la que se visitan frecuentemente las sinagogas y hay muchas reuniones familiares. Señaló que acostumbran a comer dulce en ese mes y que los platos varían según la procedencia de la familia, pues el pueblo judío está disperso por el globo y las culturas son diferentes.
Krivoy reflexionó sobre el paralelismo de las celebraciones cristianas con las judías. “Hay muchas cosas en común. Muchísimas. Y obviamente la esencia casi siempre es la misma. Eso es lo que a mí me parece bonito de las religiones, que la esencia siempre termina siendo más o menos la misma, y al final todos venimos de lo mismo. Poco a poco se han ido haciendo varias vertientes, pero si venimos de un mismo origen no hay mucha diferencia”.
* Francisco Coronel Mejías es estudiante de Comunicación Social de la UMA.
* Luis Rodrigues es estudiante de Comunicación Social de la UMA.
* María Gabriela Jiménez es estudiante de Comunicación Social de la UMA.