El aforo en la actualidad es de 200 personas, la capacidad del recinto universitario es de 20 mil puestos
Elias López.-
La vista era hermosa; un gramado espectacular y muy verde, las sillas de las gradas del mismo color y haciendo un hermoso contraste la ciudad de Caracas al fondo, con el cielo azul totalmente despejado y la maravillosa montaña de El ívila adornando a un lado de la vista.
Así, después de más de 12 meses, fue el regreso al Estadio Olímpico de la UCV luego de la llegada de la pandemia al país. El último partido que se disputó en este recinto fue exactamente el 3 de marzo del año 2020, cuando Caracas enfrentó a Boca Juniors.
Este escenario deportivo fue diseñado por Carlos Raúl Villanueva en el año 1951 y desde entonces guarda una historia muy importante para la ciudad capital y todo el país. Al estar ubicado en la Ciudad Universitaria de Caracas fue declarado como Patrimonio de la Humanidad en el año 2001 por la Unesco.
Tiene una capacidad de 20.900 espectadores. Ahora, en época de pandemia, el aforo se ha reducido a un máximo de 200 personas, incluyendo a los jugadores y delegaciones de cada equipo. En las tribunas puede haber un máximo de 80 personas, más los 20 empleados de seguridad.
Gracias a mi trabajo, tuve la oportunidad de pisar nuevamente el Estadio Olímpico en pandemia. El calendario marcaba el siete de abril del 2021 y se enfrentaban Aragua Fútbol Club y Mineros de Guayana en la Copa Sudamericana.
Protocolos de seguridad
Ingresar al estadio en época de pandemia no es tan sencillo como parece, ya que debes primero pasar ciertos filtros para tener el honor de presenciar un partido. Primero debes enviar una solicitud y el equipo local se encargará de aprobarte o denegarte el acceso.
Por los momentos, el reglamento refleja que solo pueden ingresar 25 trabajadores de los medios de comunicación. La emoción invadía mi cuerpo: iba a volver a mi lugar favorito después de más de un año sin ir.
Para ingresar al estadio debía estar de cuatro a tres horas antes del inicio del partido, realizarme una desinfección al ingresar y luego una prueba PDR para descartar cualquier sospecha de covid.
Posteriormente, atravesar un pasillo oscuro y solitario que me llevaría a la puerta de ingreso a la tribuna principal, en donde dos chicas de logística me esperaban para llenar un formulario de salud.
Allí hacían preguntas sobre patologías y enfermedades previas, posibles síntomas de covid, viajes y salidas en los últimos días, contacto con personal médico, entre muchos otros.
Una vez superado este escalón, nuevamente debí pasar por una cabina de desinfección para así, finalmente, ingresar al maravilloso Estadio Olímpico de la UCV.
Fue un día completamente emocionante. Reencontrarte con tu espacio y tus compañeros de labores, a pesar de tener que mantener el distanciamiento, fue increíble. Soy un afortunado de poder haber vuelto a un estadio en época de pandemia.
*Elías López es un estudiante de la Universidad Monteávila