Guillermo Fariñas asumirá el cargo de rector para el periodo 2022-2025
Redacción.-
Ingeniero, gerente, fundador, este es el perfil del recién juramentado rector de la Universidad Monteávila. Con estudios en la Universidad Metropolitana, el IESA y la Universidad de Navarra, Guillermo Fariñas asume un nuevo reto en su vida profesional.
Lo acepta con gusto y esmerado esfuerzo para continuar con la misma dimensión y empuje que trae una institución de la que es parte, aun antes de existir físicamente.
“Son gente UMA”, se escuchó comentar el día de su juramentación e indiscutiblemente llevan el espíritu e ideal de esta casa de estudios sembrada a los pies de El ívila y con gran ímpetu de crecimiento.
Su vinculación con la Universidad Monteávila ya suma casi tres décadas. En este tiempo siempre ha estado presente en los pasillos de la institución, como director, profesor, profesor invitado y presidente del Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico, último cargo desempeñado.
Fariñas pasó de idear, comentar, planificar, estructurar lo que sería la Universidad Monteávila, en compañía del grupo de fundadores, a ser el primer director de la escuela de Ciencias Administrativas, el director general del Centro de Desarrollo Ejecutivo, no sin pasear por las aulas con las cátedras de Formación general persona y organización y Ética de las empresas, entre otras.
Desde inicios del presente año, Fariñas es un rostro conocido en los pasillos de la universidad, se le ve en las distintas actividades que se realizan rutinariamente en la intuición educativa, en muchas de ellas acompañando al profesor Francisco Febres-Cordero, como poniéndose los zapatos que a partir de junio le tocaba asumir.
“Asumo con mucho entusiasmo, recordando esos tiempos de hace más de 20 años. Recuerdo aquellos años con Enrique Pérez Olivares, en el 94, con Joaquín Rodríguez, pensando en la universidad. Tras 23 años superó los sueños, lo que se ha hecho en estos años ha sido increíble y espero que yo pueda seguir empujando en el mismo sentido y logrando buenas cosas para la Montéavila”, dice mientras recibe felicitaciones de quienes lo acompañan en su juramentación.
Sin titubeos este hombre formado en ingeniería y gerencia, admite que siente a la universidad “madura, con procesos estables, con un buen equipo humano que auguran un mejor desarrollo, sin lugar a dudas”.
No obstante, reconoce que este nuevo reto profesional lleva intrínseco el entorno en el que le toca vivir a la universidad, entorno que afecta desde distintas dimensiones, y que hay que encararlo, estudiarlo e incluso aprovecharlo.
“Estamos en una sociedad cada vez más líquida, donde hay como desorientación de los potenciales estudiantes de qué es lo que quieren hacer. Hay mucha desesperanza entre ellos. Yo quisiera que la universidad les diera un punto de apoyo para que ellos pudieran animarse en el momento de construir su futuro. Este es el gran reto”, afirma sin desmeritar los otros entornos con lo que tendrá que lidiar, como el económico y el sociopolítico.
Para el nuevo rector es importante darle un mensaje a los jóvenes en el que se sientan “protagonistas de lograr su mejor versión”, ya que ellos tienen mucho que dar, a su parecer, y “a veces no lo saben”.
“Hay que decirles que el futuro son ellos y que ya tienen que empezar a construirlo y que queremos ayudarlos”.