Willmar Tarazona.-
El ser humano tiende a aislarse del mundo real y, en la matrix, no solo olvida los problemas del día a día, sino que ignora – en su inmensa mayoría – los riesgos que enfrenta a cada instante con solo usar su WhatsApp.
Como sonámbulos las personas pasan horas alimentándose de contenidos – en su mayoría irrelevantes – convirtiendo a esta plataforma en una suerte de cordón umbilical, que los mantiene unidos a su entorno, sin importar distancias o cuarentenas. Y no estamos hablando de unos cuantos millones de seres, sino más de 2.000 millones de personas en todo el mundo que usan esta app, según cifras reveladas por Mark Zuckerberg en el segundo trimestre de 2021.
Y es que WhatsApp, duramente criticada desde su creación en 2009, se ha convertido pese a todas las polémicas en una de las principales vías de comunicación entre amigos, familiares y compañeros de trabajo, superando ampliamente a cualquier red social en cuanto a porcentajes de interacción, además de estar en un espiral constante de renovación y actualizaciones que mejoran la experiencia de usuario.
Pavel Durov, creador de Telegram, su principal rival comercial, ha portado desde siempre la bandera de la “inseguridad” en los sistemas de cifrado de WhatsApp en comparación con su plataforma. Su argumento es muy simple: Telegram no tiene “puertas traseras”, mientras que cada día hay más “aplicaciones troyanas” que vulneran la privacidad de WhatsApp.
Recordemos que este sistema de cifrado de extremo a extremo es nativo de Telegram y WhatsApp hizo la implementación posteriormente. Solo en el último año se detectaron al menos 12 defectos de seguridad, que han dejado a la mensajería del ícono verde muy mal parada.
WhatsApp es la tercera red social más usada del mundo, solo superada por Facebook y YouTube, según el reporte anual de 2021 “We are social” de Hootsuite.
Y parece inevitable por una simple razón – muy lógica además -. Telegram es una aplicación de open source, cuyo código está disponible para todo el mundo, mientras que el código de WhatsApp es una caja negra, donde no se sabe a ciencia cierta qué medidas o elementos de seguridad incluye para evitar ataques desde esas “aplicaciones troyanas”. Y es el argumento que usa Durov hasta el día de hoy para atacar a su rival.
Y cuando hablo de “aplicaciones troyanas” me refiero a todas esas ofertas de apps gratuitas que ofrecen potenciar la experiencia de WhatsApp sin ser extensiones oficiales. Y aquí es donde los riesgos se incrementan.
Por ejemplo: una amiga te envía unos emojis que no tienes disponibles en tu lista dentro de WhatsApp. Piensas que también te gustaría usarlos y le consultas cómo hizo. Te da las coordenadas, instalas la “app troyana” y entras por una puerta trasera al sistema de WhatsApp. Crees que es genial y la compartes a otros y ellos a otros, como un bucle infinito.
Hasta allí todo bien. Parece un software útil, práctico y divertido, pero no sabes lo que esconde en el segundo plano. Los datos en tu móvil quedan totalmente expuestos, sin notarlo, a estos hackers sedientos de dinero y poder. Algo similar sufre Instagram y Facebook con estas aplicaciones fantasmas, desarrolladas por terceros con fines ocultos.
Es tan grave que el propio WhatsApp advierte sobre ello en sus condiciones de uso – las letras pequeñas que nadie lee -, porque no es posible avalar el uso de estas extensiones de forma segura.
Así que la próxima vez que te aburras de las funciones oficiales de WhatsApp, será más inteligente que no trates de bajar la “nueva extensión” para traducción simultánea o cualquier otra oferta engañosa, porque estarás entrando a un agujero negro, que podría afectar tu estabilidad económica, tu seguridad y la de tu familia. Y no es ciencia ficción, es una certeza.
En resumen: Mantén actualizada tu aplicación de WhatsApp, infórmate de las novedades y no descargues aplicaciones no oficiales desde ningún dispositivo. ¡Ahh! y no olvides que, si usas WhatsApp web en una PC, laptop o tableta, debes cerrar tu sesión siempre. Esto es solo la punta del iceberg.
*Willmar Tarazona es coordinador de la especialización de Periodismo Digital