ReconciliACCIí“N sembró el germen de la paz en al menos 10 mil personas

El proyecto financiado por la Unión Europea cierra tras tres años de logros

ReconciliACCIí“N
Sabrina Machado.-

De ReconciliACCIí“N podrí­a hablarse solo a través de sus cifras, datos concretos, métricas superadas, en su gran mayorí­a, números que hablan de un proyecto sólido, planificado y ejecutado por sus socios en los tres años que se desarrolló.

En este tiempo, cerca de 10.000 jóvenes, mujeres, lí­deres comunitarios y organizaciones de la sociedad civil participaron activamente en eventos de formación y encuentros ciudadanos en distintos espacios, académicos, públicos, privados, principalmente en los municipios Sucre y El Hatillo de la Gran Caracas.

Como parte de su ejecución se llevaron a cabo 21 grandes actividades entre las que se desarrollaron tres diplomados, con 15 cohortes en total; 40 talleres; tres ediciones del concurso Campaña por la paz; tres Festivales de cortometrajes, 25 actividades en espacios públicos, 28 encuentros para la consolidación de alianzas vecinales. Todo con el único propósito de consolidar la cultura de paz y la promoción no violenta de conflictos.

Promover la paz y los derechos humanos es una causa que abraza a todos nosotros, en la que cada uno, individualmente, puede aportar su grano de arena

Isabel Brilhlante Pedrosa, jefe de la delegación de la Unión Europea

Fue un trabajo diario, constante, coordinado entre los socios People in Need, la Universidad Monteávila, Oportunidad Acciones Ciudadanas y Mujer y Ciudadaní­a, instituciones que abordaron distintas aristas de un mismo problema, de forma presencial o virtual, de acuerdo con las exigencias del momento, y que hoy dan por culminado este proyecto presentado a la Unión Europea en 2016.

ReconciliACCIí“N evidencia que es posible juntarse jóvenes, mujeres, educadores, actores claves, la academia y la cooperación internacional para plantearse acciones que inviten a tomar conciencia en los valores de los derechos humanos, a fomentar la no violencia, a tomar conciencia sobre la equidad e igualdad de género y la construcción de la paz”, afirmó Luis Martí­nez, director general de Oportunidad AC.

No solo números

ReconciliACCIí“N

Sin embargo, de este proyecto también puede hablarse, y con mayor razón, desde las experiencias humanas y el impacto social generado en las personas que formaron parte de esta iniciativa, desde los distintos roles que les tocó asumir.

Jóvenes estudiantes siendo tutores de otros jóvenes, lí­deres comunitarios recibiendo formación sobre proyectos sociales, mujeres conociendo las amplias posibilidades de crecimiento que tienen frente así­, generando un invaluable semillero de cultura de paz en las comunidades en las que se desenvuelven.

Propósito alcanzado, gracias al método Peer to Peer que responde a un esquema de formación aplicación que busca favorecer la apropiación del conocimiento, “logrando que las propias personas favorecidas con el proyecto se convirtieran en replicadores de lo aprendido”, según se destaca en el e-book realizado con ocasión del cierre de esta iniciativa social.

Sí­ es posible trabajar juntos, sí­ es posible construir mecanismos de cooperación, sí­ es posible que las personas y los grupos dialoguen para mejorar su entorno y la sociedad en la que viven

Michele Falaschi, People in need

“Durante este tiempo se vio un gran cambio en los chicos porque le participaban a sus compañeros de colegio las actividades que estaban haciendo, cómo tomar una fotografí­a, cómo cortar, cómo editar un video”, afirmó Soil Renjifo, maestra del colegio Manuel Aguirre, de Petare, institución que participó en el Proyecto ReconcliACCIí“N, a través de la actividad Taller de Producción Audiovisual.

Como una experiencia exigente y enriquecedora, distinta, fue calificada por los jóvenes integrantes de este proyecto audiovisual su participación en el taller, que luego se consolidarí­a con la promoción de cortometrajes, realizados desde sus perspectivas y experiencias, bajo el enfoque del respeto y la promoción de los derechos humanos.

En estos dos meses nos nutrimos, trabajamos nuestras ideas, trabajamos con nuestros guiones, nos sentimos los súper directores”, afirmó Manuel Herrera, estudiante de bachillerato y director de Karma; mientras que su compañero Edwind Gómez, realizador de Esto no es amor, también del Fe y Alegrí­a, de Petare, afirmó: “La experiencia fue muy bonita, muy buena, espero se concreten más oportunidades para mí­”.

Por su parte, Mary Ann González, estudiante de la Universidad Monteávila y tutora de audiovisual, señaló su satisfacción al ser parte de esta iniciativa, ya que le permitió conocer a “jóvenes que viven una realidad muy diferente a la mí­a y que a pesar de todo siguen motivados y quieren aprender cosas nuevas, en este caso en el área audiovisual, para tener futuro, desarrollarse y trabajar en algo que quizás ellos nunca se hubieran imaginado”.

Más allá de lo personal

ReconciliACCIí“N

El replicar de experiencias fue una constante a lo largo de la ejecución del proyecto, gracias a la formación dada en los diplomados, talleres y encuentros sociales, por ello, la incidencia real de ReconciliACCIí“N no se puede medir solo en cifras.

Aura Moreno fue la ganadora del concurso Arte por la paz, y ella, desde Petare, aspira que a través de esta campaña se “transforme un poquito la conciencia del venezolano, se transforme Petare, que ya no haya tanta violencia, que la violencia se transforme en alegrí­a, amor, pasión, afianzado en el arte para la mujer, los niños, los hombres y las personas de tercera edad”.

Así­ mismo, Ana Isabel López reconoce que la formación recibida en el diplomado Mujeres como agente de cambio: promotoras de la cultura de paz le permitió llevar a la práctica lo aprendido. “Lo llevo a mi comunidad y me ha ido muy bien, en estos momentos estoy de nuevo con el empoderamiento para seguir trabajando y aportando más conocimiento por mi paí­s”, asegura quien hoy dirige la asociación Tejedoras sin lí­mites.

El trabajo por la paz y los derechos humanos hace cultura y la cultura transforma a las personas y al paí­s

Francisco Febres-Cordero, rector de la Universidad Monteávila

Como una “gran satisfacción” calificó su experiencia personal el estudiante de la Universidad Monteávila David Mantilla, quien diseñó para Campaña por la paz una propuesta que abordó el tema del ciberacoso y ciberbullying que sufren los jóvenes de educación  básica.

“Logramos llegar a mucho jóvenes que estaban sufriendo este tipo de acoso, y gracias a los colegios logramos llegar a una gran cantidad de personas. Fue impactante saber los extremos a los que pueden llegar muchos jóvenes solo para molestar a sus compañeros y amigos, brindarles ayuda y ayudar a los profesores a identificar estos casos fue una gran satisfacción”, indicó el joven.

Acción social

ReconciliACCIí“N

ReconciliACCIí“N fue un proyecto financiado por la Unión Europea, por su intención de “contribuir a la consolidación de una cultura de paz y la resolución no violenta de conflictos, mediante el incremento de la incidencia de los jóvenes y de las mujeres como actores claves y agentes de construcción de paz en los municipios Sucre y El Hatillo de Caracas”.

Tení­a como principal propósito servir de semillero de paz, promoción no violenta de conflictos y de los derechos humanos en localidades con alta incidencia de violencia social y polí­tica. Es innegable, que Venezuela registra hoy altas tasas de homicidios y una situación polí­tica y social preocupante, que ha motivado que -desde distintos espacios- se aborden temas como la tolerancia, el consenso y la articulación de esfuerzos comunitarios, bajo el enfoque de la necesaria paz.  

Manfredo González, director general de la fundación Comunidad de Ciudadanas, del municipio Sucre e integrante del diplomado Gestión e innovación de organizaciones de la sociedad civil, reconoce que no es fácil hablar de paz en muchas comunidades, porque todaví­a existe “mucho rencor, algo de rabia”; sin embargo, afirma que en estos mismos espacios “todos coinciden en que es necesario comenzar a hablar de paz”.

ReconciliACCIí“N evidencia que es posible juntarse para plantearse acciones que inviten a tomar conciencia en los valores de los derechos humanos

Luis Martí­nez, director general de Oportunidad

Para ello, es necesaria la construcción de “alianzas, trabajar en equipo y en conjunto para construir la sociedad que buscamos”, a juicio de Sergio Gómez López, estudiante del diplomado Liderazgo y gestión de la cultura de paz.

En este sentido, Aixa Armas, presidenta de Mujer y Ciudadaní­a, destaca que uno de los principales aportes de ReconciliACCIí“N fue entregar las herramientas a actores sociales para que entiendan que la paz es algo que se “aprende, se construye, se edifica”.

“Es muy fácil decir paz y levantar los dedos y hacer el sí­mbolo, pero cuando te das cuenta que construir la paz implica resolución de conflictos, aprender a dialogar, a perdonar, a reconciliarse, a tener resiliencia, entonces te preguntas cómo hago eso, con qué herramientas hago eso, nosotros dimos las herramientas para construir la paz, para hacer promotores y edificadores de paz”.

Abono para el futuro

Este proyecto que tendió puentes entre actores -nacionales e internacionales- para que trabajaran bajo un mismo enfoque, hoy cierre con cifras y experiencias alentadoras.

No solo se trata de los 600 estudiantes que participaron y ejecutaron campañas de concientización sobre la cultura de paz, los 1588 participantes que actuaron activamente en las iniciativas de Armoní­a ciudadana, las 1430 mujeres formadas en diplomados, talleres, seminarios, los 170 cortometrajes producidos por jóvenes de las comunidades que ya suman más 40 mil reproducciones en Youtube, las 99 organizaciones formadas en ejecución de proyectos, los 20 microgrants entregados, sino de los jóvenes y organizaciones que hoy trabajan para que la experiencia se perpetúe en sus comunidades y sirva de abono para futuras iniciativas que consoliden la paz.

“Fue muy valioso que distintos entornos sociales se encontraran para trabajar en torno a la paz y los derechos humanos, porque ese trabajo hace cultura y la cultura transforma a las personas y al paí­s”, afirmó Francisco Febres-Cordero, rector de la Universidad Monteávila, espacio que aportó al proyecto experiencia, calidad y formación de alto nivel desde sus aulas, de la mano de sus profesionales.

Construir la paz implica resolución de conflictos, aprender a dialogar, a perdonar, a reconciliarse, a tener resiliencia

Aixa Armas, presidenta de Mujer y Ciudadaní­a

Bajo esta óptica de trabajo común, Michele Falaschi, jefe de la Oficina Regional del Centro de Derechos Humanos y Democracia de People in Need, Costa Rica, mostró su satisfacción al cierre del proyecto, al afirmar: “No obstante, las increí­bles dificultades, la polarización, la crisis humanitaria compleja, la pandemia, sí­ es posible trabajar juntos, sí­ es posible construir mecanismos de cooperación, sí­ es posible que las personas y los grupos dialoguen para mejorar su entorno y la sociedad en la cual viven y eso nos llega de orgullo”.

ReconciliACCIí“N, como un proyecto financiado por la Unión Europea, Isabel Brilhante Pedrosa, jefa de la delegación de la Unión Europea en Venezuela, reconoció ser fiel creyente del lema “la unión hace la fuerza”, hecho que se evidencia –a su parecer- en esta iniciativa.

Promover la paz y los derechos humanos es una causa que abraza a todos nosotros, en la que cada uno, individualmente, puede aportar su grano de arena, pero al final es la acción colectiva, todos unidos, sumados en el mismo propósito, que puede generar más visibilidad para esta causa, más impacto en la defensa de los derechos humanos, de la paz”, aseguró la diplomática.

En este sentido, agregó: “Hay que pensar y no olvidar que estamos en pandemia, un contexto muy difí­cil y muy particular, pero aun así­, en pandemia, la defensa de los derechos humanos no debe entrar en cuarentena o en confinamiento”.

*Sabrina Machado es coordinadora de Pluma

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