La volatilidad de la web

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La humanidad debe atender cómo mantener en el tiempo lo que se sube a Internet como registro histórico.

Nabor Ruiz Martí­nez.-

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Cuando se le pregunta a un tecnólogo como Vinton Cerf, o al creador de la Web, Tim Berners-Lee, ¿cuál cree que es uno de los mayores problemas que tiene Internet? muchas veces se refieren a la pérdida de información. Y es que, no todo lo que hoy está ubicado allí­, lo podrí­a estar mañana.

Así­ es. Sea porque el usuario decide borrar la información, o porque se venció el pago del hosting, o alojamiento, -sí­, es pago, no es gratis-, la información puede ser transferida o simplemente borrada de donde está. Y no volverá a menos que se vuelva a pagar o se decida colocarla de nuevo. 

El problema es que eso depende del factor humano. De que alguien se tome la molestia de hacerlo y, algunas veces, no hay quien lo quiera hacer.
Eso suele ocurrir porque muchas veces, al perder relevancia la información, o porque ocurre un cambio de plataforma, es mejor comenzar desde cero, relegando a un segundo plano lo que estuvo antes allí­.

Es cierto que hay contenido que se vuelve obsoleto con el paso de los años, y otro es simplemente un trabajo o contenido que puede ser eliminado, pero hay que tomar en cuenta que es un eslabón histórico que deberí­a ser archivado o salvaguardado. 

¿Usaremos computadoras dentro de 100 años? O ¿será un reloj inteligente con pantalla holográfica proyectada en unos lentes y comandada mediante voz o pensamiento?

El problema de base es que lo digital tiende a ser considerado “efí­mero y volátil”, y allí­ está el problema.

  • ¿Cómo salvaguardar para el futuro algo que no existe en fí­sico, sino solo en digital?
  • ¿En qué soporte se puede guardar y que sea útil para revisarlo dentro de 20 o 70 años?

También es el hardware

¿Quién tiene hoy una lectora de disquetes de 5 1/4 o de 3 1/2 para ver un archivo antiguo? Esos aparatos eran comunes hasta mediados de los años 90, los “mató” el CD, y a éste, en poco tiempo, los pendrive. Pero, ¿existirán dentro de 50 años? ¿Con qué puerto? ¿USB? ¿De qué tipo? 

¿Usaremos computadoras dentro de 100 años? O ¿será un reloj inteligente con pantalla holográfica proyectada en unos lentes y comandada mediante voz o pensamiento? No lo sabemos.

De lo que sí­ estamos seguros es que seremos polvo y la montaña de bits actuales también lo será. El reto en el tema de resguardar la información en clave, pues se trata de determinar qué buscarán los arqueólogos, educadores y sociólogos para analizar nuestro tiempo.

Ya casi ni se imprime, por lo que casi no habrá libros, y así­ está también la prensa escrita... bueno, la prensa de por sí­ es casi una rareza en Venezuela, por lo que esos profesionales no la tendrán nada fácil si quisieran escudriñar en el pasado usando la otrora fuente referencial que era el periódico guardado cuidadosamente.

*Nabor Ruiz es profesor de la Universidad Monteávila

Este artí­culo también salió publicado en la Revista Estampa

Foto: Cortesí­a

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