La pensión de los residentes de Macaracuay se diluye entre cisternas de agua

Los habitantes del conjunto residencial El Bucaral, en su mayoría personas jubiladas y de tercera edad, viven con una constante pregunta: ¿el agua llegará cuando corresponde o hay que usar la pensión para acudir a las cisternas?

*Isabela Velásquez

El 11 de marzo de 2024, como todos los lunes, los 175 vecinos del conjunto El Bucaral de Macaracuay, municipio Sucre del estado Miranda, esperan escuchar el sonido de la corriente de agua, al llenarse los tanques subterráneos de sus casas.

Esa semana, como muchas otras en el pasado, la llegada de un reporte de Hidrocapital que anunciaba la reciente reparación del Sistema Tuy II en La Guairita, estuvo acompañado por la ausencia del líquido.

Ese lunes, las caras de los vecinos mostraron desesperación, pues debían sacar 70 dólares para abastecer sus tanques.

Al tener como fuente de ingresos principal una pensión de 130 bolívares y gastos qué hacer, como la compra de medicamentos para la tensión, no saben si llamar a sus hijos o familiares fuera del país. No saben si van a poder cubrir el gasto e igualmente, garantizar sus comidas del mes.

Alcida Pérez es una de las vecinas con mayor suerte al poseer tanques auxiliares. A menudo, se ve envuelta en discusiones con otros residentes de la zona, en su mayoría personas de tercera edad, de si se debería pedir o no una cisterna para surtir a las casas más necesitadas. El debate termina como muchos otros: los jubilados no pueden darse este lujo, y si se lo dan, la pensión se les va en agua.

Pérez, doctora de 74 años de edad, recibe mensajes en los que se expresa el descontento de los habitantes por la falta de agua.

La también presidenta de la junta de condominio se enfrenta a los problemas de sus vecinos, que sin agua no pueden llevar a cabo acciones tan simples como limpiar los baños, asearse o cocinar.

Milagros Prato, otra de las pensionadas de la zona, señaló que su mayor preocupación es que, sin tener acceso al agua, no se puede hacer nada. “Todo usa agua, y sin agua en el tanque, entonces no puedes ni siquiera lavarte los dientes. Todo lo que pueda pasar sin agua es terrible para uno”, expresó.

Con 53 años, vive con su madre, Milagros López de Prato, y manifestó que las cisternas que se solicitan son un gasto “importante y que no puedo hacer”.

López, a diferencia de su hija y en similitud a otros vecinos, aunque tiene la necesidad, justificó no requerir el servicio tanto por los costos como porque tiene recipientes (comúnmente llamados pipotes), donde almacena agua adicional.

Esto último también fue mencionado por Migdalia Egui, que, aunque dijo tener “unos pipotes funcionales”, expresó que el tener que recoger agua de ellos le causa dolor en su espalda.

O corres o te encaramas

“Cuando tienes que reparar una tubería, lo primero que tienes que hacer es vaciarla. De cualquier manera, hay que sacar el agua. Y claro, al quitar el agua, la tubería se llena de aire”, describió Francisco Arriaga, ingeniero y residente de la zona.

Agregó que después de reparar el tubo, el líquido no puede ser enviado con la misma presión con la que es surtido usualmente (unos 4500 litros por segundo) sino que debe hacerse de manera paulatina, pues la presión sería mucha para el conducto y pudiese causar una explosión.

El profesional de 74 años de edad comentó que los problemas en el sistema no se dan solos, pues hay diversos factores externos que contribuyen al mal funcionamiento del sistema.

Arriaga describió al Tuy II como una escalera y en cada escalón, o sector del tubo, hay sistemas de bombeo, los cuales funcionan con electricidad. Si alguna fluctuación eléctrica (usuales en Venezuela), afecta el mecanismo, este se detendrá.

Aunque los vecinos entienden que Hidrocapital no puede enviar agua con su mayor presión, por lo que no llega a las partes altas de la zona, no están conformes con que la falta de planificación en el mantenimiento los perjudique con frecuencia.

“El Gobierno Bolivariano, a través de la fuerza trabajadora de Hidrocapital, dio respuesta inmediata a una avería presentada en la tubería matriz de 85 pulgadas de agua potable, perteneciente al Sistema Tuy II, específicamente en el sector El Encantado, municipio El Hatillo del estado Miranda”, informó Hidrocapital, a través de su sitio web, el 11 de marzo de 2024.

Ese lunes, como muchos anteriores, a los 175 vecinos del conjunto residencial El Bucaral en Macaracuay les toca esperar que el reporte de Hidrocapital no sea cierto, que llegue el agua y que no se les vaya la pensión en una cisterna, otra vez.

*Isabela Velásquez es estudiante de la Universidad Monteávila

Un comentario sobre “La pensión de los residentes de Macaracuay se diluye entre cisternas de agua

  1. Una estructura circular que enaltece a este reportaje sobre un tema recurrente en muchas comunidades del país.

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