Equipo Pluma.-Â
Con 6 millones 190 mil 612 votos Nicolás Maduro resultó electo para gobernar el país por un segundo período la noche de este domingo, en un proceso caracterizado por el silencio, la apatía y la ausencia de votantes en los centros electorales.
La abstención, según la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, ascendió a 54%, lo que representa la participación más baja en un proceso presidencial en los últimos 50 años. Maduro ganó con apenas el 30% del padrón electoral. Un poco más de nueve millones fueron las personas que votaron, de una población de 20 millones 527.571 personas convocadas.
El candidato opositor, Henri Falcón, jugó posición adelantada y poco más de una hora antes que el órgano electoral diera los resultados oficiales ofreció una declaración. Cantó ventajismo electoral, incumplimiento del acuerdo pactado el día siguiente a la inscripción condicionada de su candidatura y anunció el desconocimiento de los resultados.
Por primera vez en los últimos años no se tuvo que madrugar para conocer la verdad oficial. Tibisay Lucena pocos minutos después de las 10:30 de la noche oficializó al presidente de la República como el ganador, con un 68% de ventaja sobre el candidato de Avanzada Progresista, “hecho histórico”, según destacó el primer mandatario nacional, desde su alocución en Miraflores.
Horas antes, Lucena se había pronunciado e instado a las partes a respetar los acuerdos electorales. Recordó que los puntos rojos debían estar al menos a 200 metros de los centros de votación. Puntos que fueron una constante a lo largo de toda la jornada, así como la falta de personas en los centros electorales.
Puntos que supuestamente no se iban a colocar en pro del juego limpio, según lo declarado por el propio Falcón la noche del domingo, al descubrir que no se cumplió con lo previsto, poco peso tuvieron los encuentros con los representantes del CNE y de la Fuerza Armada Nacional días antes de los comicios. En total fueron 12.711 puntos los denunciados por el exgobernador.
Los polémicos puntos estuvieron presentes en distintos sectores de la ciudad, al igual que la aplicación VeQR por donde se escanea el carnet de la patria para el prometido “regalo electoral” anunciado por el presidente Maduro, durante la campaña. Según los chismes se calculaba el nuevo bono en 10 millones de bolívares.
La principal diferencia en relación con estos puntos y las elecciones del 10 de diciembre fue que en esta ocasión muchos estuvieron disimulados sin la sombrilla roja, lo que expuso a los representantes del oficialismo al fuerte sol, presente en toda la jornada.
Incluso en un punto ubicado en la avenida México se apreció a un hombre disfrazado de Hugo Chávez que entregaba bandejas de comidas a las personas que escaneaban su carnet. De acuerdo con las leyes luego de registrarse el cierre de la campaña electoral no puede producirse hechos de proselitismo político.
Desde tempranas horas del día se evidenció la falta de movimientos en los centros de votación, en la ciudad de Caracas. Centros como el colegio Promesas Patrias, de Bello Monte, y el Mater Salvatoris, de Las Mercedes, abrieron sus puertas tardes por la ausencia de los miembros de mesa. Igual suerte corrió Claudio Fermín, jefe de campaña de Falcón, quien al llegar a su centro lo encontró con las puertas cerradas.
Instituciones como el Nicolás de Bari, de Ciudad Casarapa, en Guarenas, registraban una participación de 1600 votantes para las 4:30 de la tarde, equivalente al 15,56% de la población electoral, según explicaron los responsables del centro. Este colegio recibe a 10.281 electores. Situación similar se presentó en el liceo Andrés Bello, de Parque Carabobo, con una población votante de 12.283 personas, pasada las 12 de mediodía solo habían sufragado el 20% de los inscritos.
Asimismo, ocurrió en la Unidad Educativa Nacional Simón Bolívar, de la parroquia Altagracia, donde hasta las cuatro de la tarde habían votado 700 personas, de un total de 11 mil inscriptas. En el Colegio Experimental Venezuela y el Colegio Salesiano, de la parroquia La Candelaria, solo acudieron a las urnas un poco más del 15% de los convocados. En el Emil Friedman, en Los Campitos, a las 11 de la mañana 34 personas habían votado, de 3442 votantes, de acuerdo con os reportes obtenidos a lo largo de la jornada.
Las razones que adujeron las personas que acudieron al llamado electoral fueron variopintas. La mayoría indicó que era un derecho que no iban a ceder, otros que tenían que cumplir con la patria y algunos hasta señalaron que lo hicieron en rebeldía a la propia oposición y sus intereses personales, que privan por los del país.
La mayoría de los votantes que se apreciaron en los alrededores de los colegios eran personas adultas y de la tercera edad, pocos jóvenes decidieron unirse a esta jornada. En el caso de Amarú Reyes, de 21 años, estudiante de la Universidad Central de Venezuela, asistió a las urnas presionada por su mamá. La joven considera que el sistema es fraudulento y que el ganador estaba cantado con antelación.
Luisa Méndez también apreció muy pocos votantes jóvenes en las instalaciones, incluso se atrevió a decir que en su centro en el que solo votaron el 10% de los inscritos, el 1% era de la población joven, de entre 20 a 30 años. “Los que menos votaron fueron los jóvenes”, afirmó la mujer.
En definitiva, el país vivió una jornada suigeneris, que será estudiada desde distintas óptimas, previendo la más conveniente a los intereses involucrados. Lo cierto es que el poder sigue en manos de un presidente que por cuarto año consecutivo tiene una economía contraída y el país sumergido en una crisis inflacionaria y de servicios, que cada vez amenaza con agudizare más, mientras que los sectores de la oposición analizan los resultados y hasta qué punto la abstención también los salpicó a ellos como opción política viable en el país.