“Las inconsistencias de la oposición la están matando literalmente”

Ibrahí­m Gil.- 

La oposición debe cuidar sus llamados de acción, al parecer de Balladares. Foto: El Mundo

Las inconsistencias y las divisiones internas que han quedado evidenciadas de manera reiterativa atenta contra la oposición como bloque frente a las aspiraciones del gobierno, hecho que pone más cuesta arriba la real posibilidad de imponerse en las próximas elecciones presidenciales, a juicio del profesor de la Universidad Monteávila, Carlos Balladares,

El catedrático también reconoce que ante el sistema impuesto por el presidente Nicolás Maduro las acciones a ejecutar por su contra parte no son fáciles de articular, en vista de cómo el gobierno mueve sus piezas a su real conveniencia para perpetuarse en el poder.

En dictadura es difí­cil contener las acciones de la dictadura. Que una oposición en dictadura pueda contener es complicado. Incluso, en un gobierno democrático contener las acciones del gobierno es difí­cil”, afirmó.

.-¿Cómo ve el escenario polí­tico ahora que las elecciones presidenciales se adelantaron?

El régimen demuestra una vez más que opta por las salidas radicales, por darle una patada a la mesa de negociaciones o establecer parámetros no negociables. Lo más triste es que todo esto divide a la oposición y por eso lo hacen. Es una expresión más de que el régimen no es una democracia, porque solo hace elecciones cuando las puede «ganar», de lo contrario, no las realiza.

.- ¿Qué debe hacer la oposición para obtener la victoria en las presidenciales?

Actuar rápido. No esperar más tiempo. Establecer un plan coherente de acción que incluso llegue al largo plazo y seguirlo de verdad. Las inconsistencias de la oposición la están matando literalmente. Después hacer lo que todos sabemos que se debe hacer, tener testigos en todas las mesas, pero testigos dispuestos a  sacrificarse.

Me preocupa que no haya tiempo para primarias, pero deberí­an intentarlo. Elegir un candidato que arrastre de verdad. Nunca, pero nunca parecerse al chavismo o justificarlo, y mucho menos asumir su neolengua. A pesar de todo esto, creo que se puede ganar, otra cosa es evitar que se las roben como le hicieron a Andrés Velásquez en Bolí­var, quien tení­a las actas, pero el CNE decidió hacer fraude.

.- ¿Cómo puede la oposición en estas condiciones convertirse en una oferta real que motive a los ciudadanos?

Vienen las presidenciales y el gobierno no se va a dejar quitar la principal fuente de poder que es la presidencia. Lo veo difí­cil. Creo en lo que dije antes: que la forma de renovar el respeto, la legitimidad y la representatividad para la MUD es replanteando la Mesa de la Unidad Democrática y eligiendo unas autoridades.

Que la misma gente elija a esas autoridades. Que sea una gran alianza de partido, pero no solo una alianza electoral, debe ser más que eso; y eligiendo unos portavoces claros. Creo que eso serí­a lo mejor.

También tener una hoja de ruta y tratar de ganarse a los abstencionistas. Cosa difí­cil, pero tienen que luchar con eso. Tienen que tener una lí­nea clara, una hoja de ruta coherente. Algo como “Vamos a ir a elecciones, aunque nos ganen”. Pero no puede ser “Hoy vamos a elecciones, mañana sí­, después pasado mañana no…”. La gente no confí­a en eso.

Hoy está previsto un nuevo encuentro entre la oposición y el gobierno. Foto: Mippci

.- ¿La oposición está cumpliendo con su rol de contención para las acciones del gobierno?

En dictadura es difí­cil contener las acciones de la dictadura. Que una oposición en dictadura pueda contener es complicado. Incluso, en un gobierno democrático contener las acciones del gobierno es difí­cil. ¿Cómo será en una dictadura? Mucho más difí­cil. A veces exigimos demasiado de la oposición, pero  también ha cometido muchos errores.

.- ¿Cómo evalúa el proceder de la oposición al tratar de cumplir con esta tarea?

¿Cómo es posible que exija a los demás lo que yo no hago? O sea, no me meto en un partido todo el dí­a, a militar, a ser diputado, a hacer campaña… ¿Entonces cómo voy a exigirles a ellos?

Evidentemente lo han hecho mal, porque no han logrado el poder. Evidentemente lo han hecho mal, porque en las dos últimas elecciones, aunque no fueron libres, les fue muy mal. Han cometido muchos errores, pero es muy difí­cil hacer polí­tica. No puedo estar predicando aquí­ como en un púlpito: “Claro, yo soy el politólogo, yo sé más que los demás”. No puedo juzgarlos; puedo darles consejos. Pero les reconozco el mérito del esfuerzo, y los sigo apoyando.

.- Se percibe una oposición desorganizada y dividida. ¿A qué se debe?

A la ausencia de asertividad. Pienso que se debe, sobre todo, a que no se ha creado un organismo que escuche a todos. O sea, la Mesa de la Unidad Democrática es una alianza electoral y deberí­a ser una alianza más allá de lo electoral, una alianza de partidos. Que sea como un macro partido o un mega partido.

Yo propondrí­a que se votara por unas autoridades que fueran de ese partido; que a todos nos llamaran a una elección interna y votáramos para elegirlos, al mismo tiempo que elegimos al candidato para la presidencia. Tienen que ir más allá de lo electoral, y quieren, pero no terminan de hacerlo. Y tienen que escuchar a todos. Dicen que hay un dominio entre Acción Democrática, Primero Justicia y no se escucha a Voluntad Popular, ni a Un Nuevo Tiempo.

.- ¿Considera que la oposición es la principal responsable de que Maduro continúe en la presidencia?

En parte sí­ y en parte no. Pero creo que no en mayor medida. La oposición no tiene a las Fuerzas Armadas, no tiene Ejército. ¿Cómo haces con una dictadura? Sus medios son las elecciones. Pero si las elecciones no son libres, se las roban… No lo tienen fácil. Ganaron las elecciones de la Asamblea Nacional, pero después les quitaron todo el poder por medio del Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional Constituyente.

¿Cómo luchar contra una dictadura? Es muy difí­cil. No creo que sea todo culpa de la oposición. Es culpa de todos; unos más que otros. Tiene más culpa la Fuerza Armada y los que han apoyado a este gobierno, siendo incluso de clase alta o clase media.

*Ibrahí­m Gil es estudiante de la Universidad Monteávila 

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