Tensiones entre EEUU y la Unión Europea se asoman en el panorama mundial

Carla J. Mendoza. –

Estados Unidos y Europa no atraviesan por su mejor momento. Foto: photopin (license)

La controversial personalidad del recién electo presidente estadounidense, Donald Trump, ha hecho crecer muchas dudas alrededor del mundo sobre cuáles serán sus próximas decisiones a largo plazo. Uno de los temas sobre el que más se ha especulado es el posible distanciamiento entre la potencia norteamericana y la Unión Europea.

Tales especulaciones tienen su origen en que, en los pocos meses de su administración, el presidente Trump ha dado una serie de declaraciones que se prestan para pensar que su posición frente a los paí­ses europeos no es del todo amistosa.

Durante la cumbre de lí­deres de la OTAN, el mandatario se rehusó a sumarse a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, hecho que ha sido arduamente criticado por toda la comunidad internacional. Además, cuestionó la polí­tica de asilo y refugio que mantiene la Unión Europea e hizo énfasis en que muchos paí­ses, entre ellos Alemania, adeudan grandes sumas de dinero a su paí­s y a la OTAN.

Cuando Trump anunció que Estados Unidos dejarí­a el Acuerdo de Parí­s, algunos lí­deres de la Unión Europea se apresuraron a reafirmar su compromiso con el pacto. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, anunció que la unión continuarí­a con sus compromisos de protección ambiental, con o sin la presencia de Estados Unidos.

Otros lí­deres europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, han expresado su descontento e incertidumbre sobre los comportamientos de Trump.

Es importante recordar que no llevaba Donald Trump más de treinta dí­as en el poder cuando decidió retirar a Washington del Acuerdo Transpací­fico de Cooperación Económica (o TPP, por sus siglas en inglés), tal como lo habí­a prometido durante su campaña. Esto se debe a que el presidente está llevando a cabo su polí­tica nacionalista de velar primero por el orden interno de Estados Unidos, dejando de lado su protagonismo en ciertas alianzas internacionales.

¿Qué pasarí­a si ambas regiones rompen los lazos que las han unido durante tanto tiempo? Primero que todo las limitaciones comerciales que sufrirí­an ambas partes serí­an demasiado grandes, algo que tal vez Estados Unidos y las primeras potencias europeas podrí­an solventar, pero que serí­a devastador para los pequeños paí­ses de la unión.

Habrí­a importantes reducciones del espacio aéreo en el que actualmente circulan con libertad los paí­ses involucrados. Además, tanto europeos como norteamericanos perderí­an ciertos privilegios de los que gozan hoy dí­a para movilizarse de un continente a otro y se pondrí­an en riesgo muchos de los beneficios educacionales que aporta el intercambio cultural.

Ante esta posibilidad es necesario tomar en cuenta en su totalidad el panorama mundial actual, los movimientos nacionalistas y los actos terroristas están a la orden del dí­a. Una futura ruptura entre estas naciones, que llevan más de setenta años cooperando entre sí­, traerí­a como principal consecuencia la inestabilidad polí­tica global y el posible desencadenamiento de conflictos bélicos no sólo entre ellas, sino con otras potencias o grupos armados que se encuentran al acecho.

Sin embargo, estas observaciones son estrictamente especulativas. La verdad es que estos “impases” entre el presidente Trump y los lí­deres de Europa por los momentos se han limitado a ser meramente verbales, con ciertas situaciones agridulces.

El pasado abril, cuando Estados Unidos bombardeó la base militar siria a causa del ataque tóxico que dejó más de ochenta muertos, todos los polí­ticos europeos se pronunciaron a favor de la acción tomada por el gobierno estadounidense.

En esa ocasión tanto Tusk como Merkel y otros dirigentes dieron su apoyo a Trump, reafirmando que el uso de armas quí­micas es claramente prohibido, y que el ataque militar de Estados Unidos a la base militar de Siria no podí­a ser comparado con el ataque quí­mico que Siria habí­a llevado a cabo contra una población de civiles, donde se encontraban docenas de niños.

Los ojos de Europa y del mundo entero se encuentran posados sobre las acciones del presidente Trump, quien acaba de revertir la apertura económica que el gobierno de Barack Obama habí­a implantado con Cuba recientemente, demostrando una vez más que es un hombre de armas tomar.

Lo que pase entre Estados Unidos y la Unión Europea a partir de ahora dependerá, seguramente, de las futuras decisiones radicales que el controversial inquilino de la Casa Blanca pueda tomar.

* Carla J. Mendoza es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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