Mariana Yánez.-
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha acusado a los medios de comunicación de “fabricar” muchas de las noticias que publican sobre la Casa Blanca e “inventar” las fuentes confidenciales sobre las que se basan.
Desde que llegó al poder en enero pasado, Trump se ha mostrado indignado por las filtraciones a la prensa que provienen de la Casa Blanca o de las agencias de inteligencia estadounidenses, y en febrero aseguró que había encargado una investigación de esos actos “criminales” y que los responsables pagarían “un gran precio”.
Una de las principales teorías que más ha indignado al mandatario norteamericano es el de sus supuestos nexos con la Rusia de Vladimir Putin, quien, según numerosos periódicos y cadenas de noticas, tanto estadounidenses como extranjeros, es el responsable de que el magnate haya podido llegar a la presidencia de los Estados Unidos.
Recientemente el exgobernador republicano de New Hampshire y jefe de gabinete de George  W. Bush, John H. Sununu, negó en la cadena CNN la supuesta relación de Trump con Rusia. Resaltó que los «fake media» están informando sobre ‘’hipótesis’’ y ha añadido que nadie todavía ha enseñado ‘’una sola prueba’’ que respalde la historia.
El presidente  Trump ha culpado a algunos “políticos depravados” de inventarse los hechos. El escándalo político no ha dejado de lado a su yerno, Jared Kushner, a su asesor político, Steve Bannon, y a su ex consejero de seguridad nacional, Michael Flynn..
Sin embargo, la investigación de la llamada trama rusa dio un giro este jueves el ex director del FBI, James Comey, compareció ante el Senado de Estados Unidos y, bajo juramento, acusó a Trump de “mentir y difamar”. El ex funcionario aseguró que, tras sostener diversas reuniones con el mandatario llegó a la conclusión que el presidente quería “obtener algo” a cambio de mantenerle en el puesto.
El pasado 10 de mayo Trump destituyó a Comey. Este jueves, ante la cámara alta del Congreso estadounidense, el ex director del FBI afirmó que su remoción se debió a las investigaciones que llevaba a cabo sobre la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de noviembre del 2016, y de las presuntas relaciones del gobierno ruso con el entorno del magnate.
De confirmarse como ciertas estas acusaciones el primer mandatario norteamericano podría enfrentar un juicio político que conlleve su destitución de su cargo, lo que muy probablemente desencadenaría la mayor crisis política en la historia reciente de EEUU.
El presidente ruso Vladimir Putin afirmó que en las denuncias de injerencia rusa en las pasadas elecciones estadounidenses no había “nada concreto, solo conjeturas”, y las calificó de absurdas.
Sin embargo, aún existen afirmaciones y persisten los señalamientos de que el gobierno de Rusia mandó a hackear los correos electrónicos del Partido Demócrata, lo que ayudó a Donald Trump a ganar los comicios. Las investigaciones legislativas y del FBI sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia han echado por tierra las esperanzas del Kremlin de una mejor relación con Washington al corto plazo.
Al Kremlin también se le acusó, aunque sin pruebas, de interferir en las pasadas elecciones francesas para favorecer a la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, aunque al final el ganador, por mucha diferencia, fue el centrista Emmanuel Macron.
* Mariana Yánez es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.