Sin consenso culminó debate en la OEA sobre Venezuela

Rafael Rodrí­guez Vargas.-

Cancilleres se reunieron en la OEA. Foto: Juan Manuel Herrera/OEA

Sin consenso culminó la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), quienes este miércoles 31 de mayo sostuvieron un encuentro en Washington para analizar la situación de Venezuela y adoptar medidas que faciliten una solución en la crisis por la que atraviesa la nación sudamericana.

Los miembros acordaron seguir trabajando para lograr el consenso necesario, para lo cual se fijaron como lí­mite las fechas pautadas para la realización de la Asamblea General de la OEA, que se celebrará en Cancún entre el 19 y el 21 de junio.

Para la próxima cita se espera la asistencia e la ministra de Relaciones Exteriores venezolana, Delcy Rodrí­guez, quien, a nombre de su gobierno, reiteradamente ha rechazado lo que denomina “injerencia” del organismo hemisférico en los asuntos domésticos de Venezuela.

La reunión de este miércoles se abrió con un debate por parte de cada canciller representante de los paí­ses miembros, quienes expresaron sus preocupaciones por la crisis que hoy vive Venezuela.

Cada opinión se diferenciaba de otra por mí­nimas palabras. Sin embargo, las declaraciones de los oradores de los dos paí­ses que abrieron el debate (Nicaragua y Bolivia) dejaron en claro su posición indiferente con respecto a la crisis

Mantuvieron similitud en sus declaraciones en cuanto a rechazar “la injerencia de la OEA en asuntos que le competen solo al pueblo venezolano”.

Aseguraron que dicha organización “no deberí­a haber convocado esta reunión”. Invocaron el principio de “solidaridad” con el pueblo venezolano y el “respeto” a las decisiones de su gobierno.

La delegación de Bahamas se mantuvo al margen de emitir declaraciones similares, más sin embargo el ministro de Relaciones Exteriores de ese paí­s sí­ estuvo de acuerdo con rechazar la “injerencia” que denunciaron Bolivia y Nicaragua. “Para la situación de Venezuela tiene que buscarse un proceso de dialogo”, apuntó.

El Salvador, Ecuador, Guatemala, Trinidad y Tobago, Honduras, Jamaica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas y Estados Unidos (aunque este último no nombró la palabra “injerencia”) expresaron su apoyo al “diálogo” como única salida, sin expresar una clara posición en contra del gobierno de Nicolás Maduro.

El canciller de Brasil, José Serra, afirmó que “la crisis del pueblo de Venezuela nos exige una reflexión. La comunidad internacional puede y debe adherirse al principio de una intervención, y por eso estamos aquí­. No nos podemos quedar de brazos cruzados. La inacción y la indiferencia no son opciones para nosotros”.

Manuel González, canciller de Costa Rica, recordó que “hace 16 años adoptamos por unanimidad en Lima la Carta Democrática Interamericana. Esa misma carta es la que defendió la democracia en Venezuela en el 2002, época en la que no se nos reclamó de inherencia, menos ningún intervencionismo”

El canciller costarricense aseguró que “la supervivencia del sistema interamericano depende la voluntad polí­tica de quienes estamos aquí­, voluntad polí­tica reconocer que Venezuela enfrenta una crisis sistémica y estructural, voluntad polí­tica para actuar sin vacilación llamando sin temor las cosas por su nombre, para unir a ese paí­s a salir del estancamiento”

Dejó en claro, al igual que Brasil, que dicha reunión no es solo materia diplomática, sino de responsabilidad con la democracia y los derechos humanos.

“Podemos discutir sobre posibles soluciones, sin embargo, estamos claros que la situación actual de Venezuela no se resolverá con la denuncia por ese paí­s de la Carta fundacional de esta organización, o quebrantando su propia institucionalidad, o despojando  a la Asamblea Nacional de sus facultades constitucionales, o reprimiendo las voces crí­ticas de periodistas, estudiantes, civiles, representantes de la oposición, o bloqueando señales de medios de comunicación, o evitando la supervisión internacional de elecciones ni posponiéndolas, ni con arrestos arbitrarios o sentenciando personas con criterios polí­ticos, ni deteriorando el aparato productivo con expropiaciones al sector privado, ni inhabilitando a polí­ticos opositores a participar en futuras elecciones”, apuntó.

La OEA espera alcanzar una respuesta a la crisis venezolana. Foto: Juan Manuel Herrera/OEA

González finalizó su intervención reiterando “la solidaridad con el pueblo venezolano. No están solos, y no los abandonaremos”.

El canciller de México, Luis Videgaray, aseveró que su paí­s está convencido que la construcción de una solución negociada a esta crisis debe venir de los propios venezolanos, pero también consideramos que la comunidad internacional y en particular la comunidad hemisférica tiene la responsabilidad de actuar para que las partes logren restablecer la confianza y así­ poder desarrollar un nuevo proceso de negociación y acuerdo polí­tico”

En cuanto al tema de la Asamblea Nacional Constituyente, actualmente en desarrollo por parte del presidente Nicolás Maduro y el CNE, el representante mexicano expresó que esa iniciativa “profundiza el clima de desconfianza y crisis polí­tica”.

“Nuestra organización no es una mera agrupación geográfica, es una comunidad que comparte valores, principios y obligaciones. Salir de ella equivale a darle la espalda a este bagaje que hemos construido juntos a lo largo de casi 70 años”, señaló.

Finalizó su intervención aclarando que “México expresa su voluntad de participar en un marco de respeto, solidaridad, y fraternidad con el pueblo venezolano”.

La canciller argentina Susana Malcorra, quien recientemente anunció su renuncia al cargo, subrayó que “el propósito de esta reunión no debe interpretarse como un acto de injerencia o condena al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, sino todo lo contrario, tiene un compromiso fundacional con la promoción de la democracia representativa”

Malcorra dejó en claro que “la solución no está en la calle, donde hemos visto muertes sin sentido. Pero la solución necesita de decisiones ya”.

Concluyó su participación con la misma idea de “una solución que permita al venezolano una reconciliación genuina y que permanezca en el tiempo para que Venezuela construya el futuro que los venezolanos se merecen”

La representante panameña Isabel Saint Malo manifestó su preocupación aclarando que “desde un inicio Panamá creyó en el diálogo, respaldamos la participación del Vaticano como mediador, para evitar lo que sucede en la actualidad en nuestro hermano paí­s. Lamentablemente lo que ocurre ha burlado los esfuerzos de la región y de quienes creí­mos en el genuino interés de las partes por alcanzar un acuerdo y lograr por esa ví­a la solución pací­fica al conflicto”.

Lamentó la decisión de Caracas de retirarse de la  OEA y declaró que  “mi paí­s cree que la única opción es una salida negociada, si aspiramos a evitar más luto y dolor en Venezuela”.

La canciller colombiana, Marí­a íngela Holguí­n, señaló que “creemos conveniente que se hable de la compleja situación que atraviesa Venezuela en este momento”.

Dejó en claro que “la solución exige un gran consenso nacional que permita trabajar en la reconstrucción democrática que requiere la sociedad venezolana, y es una solución de los venezolanos, por los venezolanos”.

La representante de Canadá, Chrystia Freeland, comenzó su intervención asumiendo una gran responsabilidad al declarar que su paí­s “está sumamente preocupado por el deterioro de la situación humanitaria en Venezuela, sobre las personas en los hospitales públicos que mueren de enfermedades atribuibles”.

En este sentido también aseveró que “Canadá siente una obligación moral, jurí­dica y polí­tica de dar la cara y estar al frente hablando en nombre del pueblo venezolano.

* Rafael Rodrí­guez Vargas es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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