Orlando Abreu.-
El sistema educativo venezolano, especialmente el público, ha sido un fracaso, problema que, según resalta el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Monteávila (UMA), Fernando Vizcaya Carrillo, se ve reflejado en la crisis que actualmente atraviesa el país. “Estamos sufriendo sus consecuencias en todos los niveles de la vida ciudadana”, resalta.
“Los niveles de pobreza personal económica, el índice de criminalidad, es decir la inseguridad personal, la imposibilidad de niveles técnicos de creación y de convivencia social, la miseria de los barrios y los campos, el estado de los bienes sociales de vialidad, Â la asistencia médica que estamos sufriendo ahora en 2017 responde a la enseñanza, instrucción y, al final, a la educación que se nos ha dado. No es una opinión. Basta abrir los ojos y escuchar”, agrega.
Para el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA, es representativo que un país con las carencias de Venezuela otorgue al Ministerio de la Defensa un presupuesto casi mil veces más alto que el asignado al sector educativo.
A lo largo de su carrera docente Vizcaya ha tenido la oportunidad de ejercer de educador en primaria, secundaria, universidad y posgrados, tanto en Caracas como en el interior del país.
Basado sobre su experiencia resalta la importancia que se debe dar a cada nivel que forma parte del proceso de aprendizaje, es decir, a la enseñanza, instrucción y educación.
Indica que la enseñanza es el más superficial de los tres y corresponde al maestro o profesor de aula. En el espacio de la escuela también se da la instrucción que, según apunta, es la suma de planificación, uso de recursos, y de ambientes adecuados a la transmisión y control de los diversos aspectos, económicos e incluso de nutrición.
La educación implica la siembra de valores que deben constituir las bases de la sociedad. Subraya que ésta debe comenzar en el hogar formado alrededor de la familia, para luego ser reforzada en la escuela.
“Este nivel, el de la educación, es el trascendente, es el mundo del ser humano en su plenitud, donde se forman los valores para la acción, los criterios de actuación y la sabiduría propia de alguien que actúa como ser social. Esto último es la conciencia del otro, que tiene igual característica de persona que yo, es decir, somos seres sociales, necesitamos de la otra persona, y eso lo consigues en la educación de casa de la familia”, señala.
Vizcaya enfatiza que la recuperación de Venezuela necesariamente pasa por reconocer la importancia de la educación (el reforzamiento de los valores familiares), la instrucción (el desarrollo de buenos maestros y profesores) y la enseñanza (la promoción de docentes competentes y escuelas adecuadas a las edades y capacidades de cada alumno).
“Creo que hay que cambiar la estructura del sistema. Esto hace que nos planteemos un paradigma diferente, totalmente diferente al que tenemos ahora. Y eso comienza por los gobernantes y la gente que hace leyes”, apunta.
“Decía un pensador como Immanuel Kant que ‘el ser humano llega a ser hombre a través de la educación’. Si esto es así, y lo que percibimos es una tendencia a la miseria en todos los órdenes, entonces deberíamos reflexionar sobre qué estamos enseñando, instruyendo y educando, y cómo lo estamos haciendo”, añade.
El decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA resalta la importancia que tiene la universidad para ayudar a resolver la crisis que atraviesa el país, empezando por ser un espacio que tiene como objetivo principal afinar las destrezas y convertirlas en habilidades que sean eficientes y productivas.
Asevera que a través de la universidad se debe profundizar y solidificar los conocimientos científicos que permitan a la sociedad avanzar en áreas importantes como los diferentes servicios públicos y dar un impulso al desarrollo. Asegura que en esta institución también se debe apuntalar los esquemas morales en sus doctrinas y teorías y hacerlas asequibles y practicables por la población.
“La universidad debe recibir alumnos con valores y normas éticas estables de las etapas de transmisión anteriores y, sobre todo, de una familia sólida y bien formada en sus principios. El sistema universitario, en sus aspectos clásicos de extensión e investigación requiere unas bases previas que están en la educación”, recalca.
 * Orlando Abreu es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.
* Adriana Angarita es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.