Animales domésticos abandonados sufren consecuencias de crisis en Venezuela

Carolina Sánchez.-

Animales domésticos abandonados sufren mucho en las calles. Foto: Carolina Sánchez

En cada amanecer aumenta la población canina y felina desamparada debido a la negligencia del ser humano. Aquellos a los que no le pareció suficiente tanto amor desbordado en cada de sus juegos y miradas, aquel al que no le interesó dejarlo sin importar si sobrevivirí­a.

Mahatma Gandhi decí­a “cuanto más indefensa es una criatura más derecho tiene a ser protegida por el hombre”. Lamentablemente en Venezuela no aplica cuando observamos animales domesticados que luego son abandonados.

Un animal criado bajo un techo no tiene posibilidad de sobrevivir por sus propios medios en la calle, se enferma y muere. “Cuando son perros habituados a estar en casa no se saben defender”, afirma Karen López, activista de la agrupación Quiero un perro.

Esto se debe a que un animal domesticado no aprendió a depender de sí­ mismo. “Todos los animales que están acostumbrados a que tú le coloques agua o su comida, ¿adónde lo va a conseguir? Un perro sufre mucho en calle. Primero perder a tu dueño y después aprender a vivir, no es fácil”, añade López.

El médico veterinario Stalin Ojeda expone que “el problema principal de estos animales recae en la depresión. Dejan de comer, se enferman y, casi con seguridad, se van a morir”.

López enfatiza que, muchas veces, el canino se queda en la misma zona cierto tiempo esperando el regreso de su amo. “Esperar es un tema emocional importante, los marca mucho cuando son abandonados”, señala.

Muchos de ellos no escapan de los maltratos, torturas, arrollamientos por vehí­culos  y sacrificios.  “La gente es muy insensible, ‘no me gusta el perro y lo pateo’. Si tienen gusanera o huelen mal peor todaví­a. Entonces el desprecio de las personas se resumen en `sale, no te quiero aquí­”, lamenta la activista.

Esta realidad crea además otros problemas complejos derivados de su vida al aire libre, como la reproducción incontrolada y la proliferación de enfermedades, convirtiéndose en un problema de salud pública que pudiera desencadenar consecuencias insospechadas.

“La mayorí­a de los animales que abandonan a la calle no son castrados sino que simplemente son animales que adoptaron uno o dos meses, no pudieron mantenerlo y lo botan a la calle. Al haber animal sin castración evidentemente se van a reproducir y va haber problemas de conducta por las testosteronas y el problema de territorio”, explica Ojeda.

El veterinario afirma que “existen problemas de zoonosis entre el perro y el gato. Estos pueden contagiarse de rabia aumentando así­ el riesgo de enfermedades tanto para perros y gatos como para humanos. Puede haber foco de mordedura y foco de sarna”.

Debido a la profunda crisis venezolana y al crecimiento desmesurado de la problemática se ha vuelto complicado conocer estadí­sticas exactas. “Hay una proliferación que aumenta a una tasa exponencial lamentablemente todos los dí­as. Por ejemplo, yo rescato un poddle y cuando salgo encuentro 3 o 4 más, entonces es un problema que nunca acaba”, apunta López.

“Ojala tuviéramos un organismo gubernamental que llevara un control de todos los perros y animales, en general, que están siendo abandonados en estos momentos en la calle de todo el paí­s”, agrega.

Lamentablemente son muy pocos los que encuentran la suerte de un nuevo hogar, una segunda oportunidad. Ante esta situación todos tenemos el deber de ser más humanos y menos intolerantes.

* Carolina Sánchez es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila.

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